-tensions.

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Caminaba por el pasillo como si fuera una intrusa, con cada paso resonando en el suelo pulido de la recepción del hotel

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Caminaba por el pasillo como si fuera una intrusa, con cada paso resonando en el suelo pulido de la recepción del hotel.

Había recibido un mensaje urgente de Mason diciendo que tendríamos una reunión de último minuto con Stella y Lando, y en el mensaje adjuntaba la dirección del hotel donde nos encontraríamos.

Aunque intentaba mantener la compostura, sentía el peso de la incertidumbre sobre mis hombros, un nudo de nervios que se retorcía en mi estómago con cada paso que me acercaba al lugar. Y mis manos temblaban ligeramente a pesar de mis esfuerzos por mantenerlas firmes a mi lado.

Me sentía vulnerable, como si estuviera caminando hacia un campo de batalla sin saber quién sería el enemigo ni sobre qué quería discutir.

Al llegar al pequeño bar del hotel, tomé una respiración profunda y ajusté el largo de mi falda, tratando de calmar los nervios que se agitaban en mi interior. Luego, con un movimiento decidido, avance, preparada para enfrentar lo que sea que me esperara al otro lado.

Sin embargo, lo que encontré al llegar frente a la mesa fue una sorpresa que me dejó sin aliento: solo Lando estaba allí, esperándome con los brazos cruzados y una expresión seria en el rostro. La ausencia de Stella y Mason solo aumentó mi sensación de desconcierto, haciéndome preguntar qué podría querer Lando discutir conmigo a solas.

Con un latido acelerado en mi pecho, me senté en la silla frente a él, tratando de mantener la compostura a pesar de la tormenta de emociones que rugía dentro de mí. Mis manos se aferraron ligeramente al borde de la mesa, mi mente girando con preguntas y temores que me dejaban sin aliento.

El bar estaba lleno de gente, mesas ocupadas por parejas riendo y grupos de amigos charlando animadamente. El murmullo constante de conversaciones se mezclaba con la música suave que sonaba de fondo, creando una atmósfera acogedora pero que yo sentía tensa bajo la atenta mirada del hombre frente a mí.

El brillo de las luces del bar iluminaba su rostro, destacando los rasgos angulares y la expresión seria en su semblante. Se veía nervioso, jugueteaba con el borde de su vaso lleno de algún trago oscuro.

—Lando. —dije, en apenas un hilo de voz. —¿Dónde están Stella y Mason? —pregunté, sintiendo un escalofrío de preocupación recorrerme.

Lando me miró fijamente, sus ojos intensos parecían contener un torrente de emociones que no podía descifrar. Sus dedos se aferraban con fuerza al vaso, sus nudillos blancos por la presión.

—Quería hablar contigo a solas. —respondió con voz firme, su tono dejando claro que no había margen para que pudiera escapada de la discusión.

Traté de mantener la compostura, pero la tensión en el aire era palpable, y no pude evitar sentir un nudo en la garganta mientras esperaba a que siguiera hablando.

Finalmente, después de un momento de silencio incómodo, el piloto rompió el hielo.

—Incumpliste una de mis normas, Nirvana. —comentó con seriedad, manteniendo su mirada fija en la mía. —Y no solo eso, sino que además coqueteas con otros pilotos frente a todo el mundo, vas a provocar que el plan fracase.

Teardrops on my guitar | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora