-unexpected harmonies.

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El sonido insistente de mi alarma me despertó de golpe

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El sonido insistente de mi alarma me despertó de golpe.

Apagué el molesto ruido con un golpe rápido y me quedé unos segundos en la cama, tratando de reunir la energía para levantarme.

La conversación del día anterior seguía resonando en mi cabeza, mezclando emociones de confusión y resentimiento. No podía sacarme de la mente la forma en que me miraban sus ojos ni la cercanía de su cuerpo. Me sentía abrumada, atrapada entre la ira y una atracción que no quería admitir.

Finalmente, luego de un gran suspiro, me levanté y caminé descalza por el piso frío de la casa, sintiendo cada paso como un pequeño recordatorio de la realidad. Me dirigí a la cocina, donde el aroma del café recién hecho me recibió. Al llegar, encontré a Mason y a mi padre desayunando y leyendo las noticias.

—Buenos días, Kurtie. —saludó mi padre, levantando la vista del periódico y sonriéndome.

—Hola. —respondí, tratando de ocultar mi cansancio mientras me servía una taza de café.

—Tienes que ver esto. —dijo Mason, sosteniendo su teléfono con una sonrisa de oreja a oreja. —Las primeras cifras de la presentación están aquí, y son increíbles.

Me sentí aliviada por un momento, dejando de lado mis demás problemas.

El álbum significaba mucho para mí, y saber que lo estaban esperando con tanta emoción me llenaba de esperanza.

—Eso es genial. —respondí, sonriendo sinceramente por primera vez en lo que parecía una eternidad. —Gracias por informarme.

Mason me dio un apretón en el hombro antes de que ambos nos sentemos en la mesa. Mientras tomábamos café y planificamos el día, mi celular vibró.

Miré la pantalla y fruncí el ceño al ver varios mensajes de un número desconocido, el contenido de los mensajes me revolvió el estómago.

—¿Todo bien? —preguntó mi representante, notando mi expresión.

—Sí, solo... mensajes raros. —respondí, tratando de restarle importancia. —Ya sabes...

Pero no pude quitarme la sensación de incomodidad.

Mi padre, notando la tensión en mi rostro, se levantó y se acercó a mí.

—¿Necesitas hablar de algo? —preguntó, con su tono característicamente calmado.

—No, papá, estoy bien. —mentí, esforzándome por sonar convincente.

Mi padre me dio un abrazo, su manera de transmitir apoyo sin necesidad de palabras. Siempre había sido mi roca, pero hoy necesitaba enfrentar esto por mí misma.

Después de una breve charla, mi padre se retiró a su estudio, dándonos espacio para continuar nuestro trabajo.

Mason se puso a organizar un calendario con las próximas actividades, pero en segundo después levantó la vista para mirarme.

Teardrops on my guitar | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora