Capítulo 21

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Al día siguiente, sin todavía procesar bien lo que había sucedido, Anahí se fue a almorzar a una cafetería que estaba próxima al local, desde donde telefoneó a
su amiga Lorreine, pues necesitaba con urgencia hablar de lo sucedido con
alguien:

—Amiga, dime que no estás ocupada por favor...

—Acabo de salir de una operación, soy toda tuya. ¿Pero pasa algo? ¿Te noto muy
ansiosa?

—Tranquila, estoy bien. Acabo de almorzar, pero la cabeza no para de darme vueltas. Ayer pasó algo que necesito hablarlo con alguien... Y me temo que te ha tocado a ti.

—¡Soy toda oídos!

—¡Gracias Lo! —exclamó llevándose la mano al pecho—. Mira, no sé por dónde empezar porque esto es...

—Te has liado con tu jefe...

Anahí, que hasta ese momento no tenía noticia de que su amiga fuera adivina, dio un respingo y dijo:

—¿Desde cuándo tienes poderes, Lorreine?

—Jajajajajajaja. ¡Lo sabía! Odio decirlo: pero te lo dije. Sabía que iba a pasar.

—Pues yo no. Ni lo buscaba, ni lo esperaba, ¡y todavía no sé cómo ha sucedido!

—Quiero saberlo todito, todo. Así que empieza de una vez que me tienes con una intriga que no me cabe en el pecho.

—Me pides demasiado... Es que fue muy fuerte, Lorreine. Jamás pensé que llegaría
hacer algo así. Es que he cruzado todos los limites imaginables, cada vez que
lo pienso es que hasta me ruborizo... —contó cubriéndose la mejilla con la mano.

—Chiquilla, ¿tan bueno fue? Bueno, sí, tiene que ser rematadamente bueno: es Alfonso Herrera.

—Fue mejor que bueno, y tan morboso... Ay amiga, creo que me estoy echando a perder...

—¡Anda ya! Estás viviendo la vida que es lo que hay que hacer.

—La vida demasiado loca. Me metí en un reservado, yo... La casi monja que no ha roto un plato metido en un turbio reservado de Nueva York. ¿Cómo te quedas?

—Jajajajajajajajaja. ¿Es broma, ¿no? Es eso. Hoy te has levantado graciosilla, querida Any.

—Que no, tía. Que es cierto. Me metí en la boca del lobo y me dieron mi merecido.

—¡La madre que te parió! Jajajajajaja. ¿Pero qué mosca te picó? ¿Se puede saber?

—La de siempre, la mosca del altruismo.

—Perdona, tía, pero esto es lo más gracioso que he escuchado nunca. ¿Te has metido en un reservado con un empotrador en toda regla por altruismo? Vamos, nena, jajajajajajajaja, explica porque me voy a mear de risa.

—Así es, te sonará a chiste pero así fue. Mi compañero Michael tuvo que ausentarse
por una urgencia y me pidió que le supliera atendiendo esa zona tan peculiar del local y yo le dije que sí. Ya sabes cómo soy yo, que no sé decir que no.

—Sí, bueno, nena, pero de ahí a tirarte al jefe va un trecho...

—Ay por favor, no seas vulgar, Lo. Que no te creas que no me cuesta contarte esto,
a pesar de que necesito hacerlo porque estoy que me va a dar algo. Resulta que
cuando fui a dejar la bandeja en el reservado, un tío asqueroso que estaba
dentro me vio, porque la puerta estaba entreabierta y se abalanzó sobre mí
pensando que quería unirme a la orgía. Alfonso lo vio, me sacó de allí y nos
metimos en otro reservado... Le expliqué por qué estaba allí y le logré aclarar
algo que había pasado horas antes. Después del gimnasio, tuvimos una conversación
muy interesante, intensa, profunda, íntima, de amigos, pero llegó un momento en
el que todo se fue al traste porque comenté que yo era una monja a su lado. Me
dejó con la palabra en la boca y se fue... En el reservado confesó que había sido
para protegerme de él mismo y luego me besó y se lió gorda... Muy gorda...

—¡No puedo creerlo! Vamos, que sí, que te creo, pero a ti te gusta entonces... Porque
tú eres de sexo con amor... ¿Te has enamorado de él y es lo que te agobia?

—No. Es la primera vez que tengo sexo con alguien que no es mi pareja formal, Alfonso
es Alfonso. Reconozco que en estas últimas semanas hemos conectado mucho, que
tenemos complicidad, que le admiro, que le respeto como emprendedor, pero no
estoy enamorada de él.

—Pues perdona que te diga, pero eso que cuentas que sientes por él se parece mucho a estar enamorada, nena.

—Tenemos una atracción muy fuerte, la verdad es que con él he descubierto cosas de mí que ni sabía. Me ha hecho disfrutar como nunca, amiga, y no creas que no me
cuesta abrirme así contigo, pues ya sabes que no soy de hablar de sexo. Soy
tremendamente pudorosa, pero déjame que te diga que con Alfonso he descubierto
cosas del placer que ni sabía que podían llegar a sentirse —confesó Anahí
sintiéndose liberada por haberse abierto con su amiga.

—Guau, ¿y cuándo repites? Jajajajajajaja.

—Eso es lo que me tiene loca, porque aunque te parezca increíble, como a mí, resulta que Alfonso dice que lo suyo va más allá del sexo, que está sintiendo cosas por
mí que no ha sentido nunca. Y la verdad es que me preocupa un poco.

—¿No le crees? ¿Piensas que es un truco de seducción para que caigas rendida a sus
pies?

—No. Le miro a los ojos y sé que dice la verdad, sé que está sintiendo cosas pero yo
no... A ver siento atracción y lo que te digo, estamos empezando a crear una
complicidad bonita, pero para mí esto es nuevo. Quiero decir que yo tengo sexo
después de conocer en profundidad a alguien, con John me acosté después de casi
dos años de relaciones. ¿Me entiendes, Lo?

—Entiendo que la atracción que sientes por ese hombre es enorme y que estás descubriendo
algo nuevo. Lo demás, supongo que irá surgiendo...

—¿Y si no surge? Es lo que me preocupa, que lo mío sea por primera vez en mi vida
sexo por el sexo, placer nada más. Y yo no quiero hacerle daño, es un hombre
que ha sufrido mucho y teme a que le dañen.

—No soy mujer de dar consejos, pero déjate llevar y disfruta. No te agobies por lo
que pueda pasar, disfruta el momento, es lo único que tenemos. Me parece un
error angustiarte por cosas que no sabes si van a suceder. ¿A ti te gusta él?

—Como hombre, claro. Me muero por volver a estar en sus brazos, en la vida me había pasado nada igual. Le deseo con todas mis fuerzas...

—Vívelo y ya está. Es que no hay más, cielo.

—¿Y si llega un momento en el que me pide un compromiso emocional y yo no estoy
preparada?

—Eso pasa todos los días...

—A mí nunca me había pasado... Aunque también podría pasar al contrario, que me
enamorara de él hasta las trancas. Y es Alfonso Herrera, ¿sabes lo que significa
eso?

—Sí, que ibas a matar a tu madre, bueno, solo un poco, al principio... Jajajaja.
Luego, hasta acabaría cogiendo cariño al crápula de su yerno...

—No te burles de mí, bandida. Que lo estoy pasando fatal...

—Sí, ya veo, ya me gustaría a mí tener una sesión de esas en un reservado con un tío
como tú Alfonso Herrera.

—En menudo lío me he metido.

—Respira, nena, y tranquila. No pasa nada. Te estás anticipando a cosas de una forma
ansiosa, aparta el miedo de una vez y disfruta de lo que estás viviendo.

—Ahora le voy a ver en un rato en el gimnasio y...

—Estás excitada ya pensando en lo que puede pasar...

—Ay no seas mala, Lo. Que de verdad que esto es muy duro...

—Jajajajajajaja. tiene que estar durísima la cosa para que tú hayas perdido la cabeza de esa forma.

—Jajajajajajaja. Estás loca, amiga, pero me has hecho reír. Es lo que me hacía falta. Además tienes razón, es absurdo agobiarse, lo mejor es enfrentar la realidad y que
pase lo que tenga que pasar.

—La vida es eso, nena. Siempre sorprendente...

—Sí, pero tanto...

—Jajajajajajaja. Unas tanto y otras tan poco. ¡Qué envidia me das!

Love Bites (AyA adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora