Después del encuentro tan íntimo, Anahí se aseó en el baño y tras acicalarse los dos, de
nuevo volvieron a la mesa donde degustaron de las exquisiteces del magnífico chef...
—No hay nada como el buen sexo para abrir el apetito... —dijo Alfonso mientras
saboreaba una deliciosa ostra
—¿No decías que no habíamos follado?
—Arrgggggg. Ya estás otra vez con la palabrita, ha sido sexo y mucho más. Yo al menos lo he sentido así...
—Mmmm. Está deliciosa la ostra.
—Está rica, pero preferiría tener otra cosa bien mojada en mi boca.
Anahí estuvo a punto de escupir la ostra de la impresión y luego se echó a reír:
—Solo he estado dos veces contigo, pero entiendo perfectamente por qué las mujeres pierden la cabeza por ti. Jamás pensé que se pudiera gozar tanto, claro que para un hombre que está acostumbrado a hacer disfrutar a las mujeres en grupo, casi que no tiene mérito.
Esta vez fue Alfonso el que rompió a reír con la ocurrencia de Anahí y, tras coger otra
ostra, dijo:
—Prefiero el sabor de tu vulva, mientras tanto me conformaré con otra ostra.
—Eres un atrevido Alfonso Herrera. Y me encanta. Oye, por cierto, hablando de cochinadas,
¿cómo haces para dar placer a varias mujeres a la vez? ¿Cómo te las apañas?
Alfonso tragó su ostra, se limpió la boca con la servilleta y luego explicó
—Dando placer con todo mi cuerpo: lengua, manos, miembro, rodillas, pies... Es solo
cuestión de dejar volar la imaginación y tener ganas de darlo todo.
—¿Con las rodillas? ¿Sabes provocar orgasmos con las rodillas?
—Y con el codo...
Anahí se partió de risa y Alfonso divertido como no recordaba dio un sorbo a su copa de
vino:
—Este vino es perfecto para saborearlo en tus pezones.
Anahí que estaba también bebiendo otra vez estuvo a punto de atragantarse:
—¿Qué? —preguntó perpleja.
—¿Nunca han vertido vino sobre tus pechos y luego han libado mientras tiran con arte de
tus pezones? Así mordisqueando, chupando, dando sutiles tironcitos...
Anahí que se estaba poniendo mojada otra vez, se abanicó con la mano y susurró:
—Para por favor, que me está entrando un calor.
—¿Y champán?
—¿Qué pasa ahora con el champán? —inquirió Anahí temiéndose lo peor.
Alfonso se mordió los labios y mirándola con un deseo infinito preguntó todo inocente:
—¿Nunca nadie ha bebido champán de tu vulva? ¿Bien frío?
—Ay Dios Santo... ¿Pero qué cosas me estás contando?
—En verano, después de estar tomando el sol, imagina tu piel caliente, unos besos
ardientes, unas caricias provocadoras y luego una botella de champán helada. Se
abre la botella, tú derramas el champán helado sobre tu piel que arde, sobre
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Love Bites (AyA adaptación)
FanfictionSINOPSIS: Cuando Anahí Puente acepta el puesto de camarera en uno de los locales de copas más famosos de Nueva York, no se imagina la que se le viene encima. Y es que a pesar de todas las advertencias que le hacen sobre el dueño, ella decide hacer c...