Love Bites (AyA adaptación)

Capítulo 38

Los días siguientes Anahí se los pasó encerrada en su apartamento, mientras fingía

ante las videoconferencias con su madre que estaba pasando por una gripe malísima.

Lo cierto era que tampoco tenía que esforzarse mucho por fingir dado cómo tenía

los ojos de hinchados y la nariz de enrojecida de tanto llorar sin consuelo...

Bueno, a decir verdad, algo de consuelo le daba su amiga Lorreine desde Chicago, que

no paraba de animarla ni un solo día...

—Vamos, nena, arriba ese ánimo que ya queda muy poco para que regrese Michael... —le

comentó Lorreine cuando ya solo faltaban dos días para que él regresara de sus

vacaciones improvisadas.

—Su vuelta no va a cambiar nada lo que siento. Aunque la verdad salga a la luz, lo

mío con Alfonso está roto para siempre. Jamás le perdonaré que haya creído antes

a la víbora que a mí... Jamás. Y luego las cosas que me dijo tan horribles, Lo.

Me trató como a una más, como una de esas guarras con las que retoza en su

reservado de mierda...

—Solo espero que con la llegada de Michael todo se esclarezca.

—Yo ya no espero nada. Solo quiero olvidar esta pesadilla y empezar de cero. He

estado pensando mucho estos días aparte de llorar y creo que si algo puedo

sacar en claro de la maldita relación con ese cerdo es que tenía razón en que

estoy más que preparada para volar sola.

—Oh, Anahí, eso suena muy bien...

—Todos los días cuando acudía al club de ese cabrón pasaba por un local que estaba

cerrado pero que está muy bien situado. En pleno Soho, en una calle con mucho

carácter y con el suficiente espacio como para montar un restaurante con

encanto que te juro que lo va a petar.

—Jajajajajajaja. Esa es mi chica, ¡con un par!

—Me he pasado los días en el club de ese canalla escuchando a los clientes, sé

perfectamente lo que quieren y yo se lo voy a dar. He contactado con un chef

joven francés con estrellas Michelin y le he contado mi proyecto...

—Anahí eso es estupendo...

—Vamos a asociarnos. Se llama Pierre y encima está buenísimo...

—Si lo que buscas es matar de celos a Alfonso, lo vas a conseguir.

—No, solo quiero olvidarle. Nada más. Lo de que está bueno te lo cuento como

detalle, nada más...

—Anahí a ti te gusta, Alfonso. Es una pena que después de todo lo que habéis vivido, lo

vuestro se vaya a la porra por culpa de esa tía asquerosa.

—No, perdona, se ha ido la mierda por culpa de él, que no ha creído en mí. Tía, es

muy fuerte, ¡acusarme de ladrona!