Capítulo 24

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A Anahí le pareció de lo más ridículo lo que Michael le había dicho... ¿Cómo iba a

interesarle a la prensa que Alfonso Herrera se fuera a cenar con una camarera normal

y corriente?

Tan loco le parecía que ella pudiera ser el centro de atención de los medios, que

cuando Alfonso le propuso que entraran al restaurante por la parte de atrás, a

través del parking privado de uso exclusivo para VIP's le pareció algo

exagerado.

—¿No puedes dejar el automóvil en la puerta como todo el mundo y que el personal se encargue de estacionarlo?

—No me gusta dejar mi Ferrari en manos ajenas, pero aparte de eso no quiero que

pases por el agobio de los flashes de los paparazzi que estarán apostados en la

puerta. El restaurante de mi amigo está lleno de celebridades y siempre hay

prensa en la puerta.

—¿Tú también estás con esa tontería? Michael me dijo lo mismo, yo no soy nadie. Te

harán las fotos a ti, de mí pasarán completamente.

—Aunque esto que voy a decir suene demasiado presuntuoso, todas las mujeres que

aparecen públicamente conmigo interesan a este tipo de prensa.

—Ya, pero yo no soy modelo, ni actriz, ni nada de nada...

—Eres algo mucho más importante.

—Jajajajajajaja. Sí, una humilde camarera de barra que vive en un agujero del Lower East Side,

soy muy importante...

Alfonso que acababa de parar un semáforo, la miró muy serio y dijo:

—El sector en el que vivimos, en lo que trabajamos, o a lo que nos dedicamos es

solo una parte de nosotros, pero de ninguna manera determina lo que somos. Tú

eres una mujer extraordinaria, a la que admiro con toda mi alma y desde luego

que eres la mujer más importante que ha pasado por mi vida.

Tras decir esto, Alfonso agradeció que el semáforo se abriera para no tener que mirar

a los ojos de Anahí que estaba con la boca abierta.

—¡Alfonso Herrera te has pasado veinte pueblos! —le reprendió estupefacta.

—Es la verdad, digo la verdad, no es un truco de seducción porque los detesto

profundamente. Te estoy hablando con el corazón, lo que estoy sintiendo por ti

jamás lo he sentido por nadie, por lo menos no lo recuerdo. Tal vez antes de

que sucediera el desgraciado accidente de mi familia, cuando le pedí a Susan Jo

que fuéramos a bailar y estaba muerto de nervios como hoy...

Anahí no daba crédito, que el mismísimo Alfonso Herrera reconociera que estaba muerto de

nervios por ir a cenar con ella era algo que para nada estaba en su hoja de

ruta.

—¿Tan nervioso estás? —le preguntó atónita.

Love Bites (AyA adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora