Correr hacia ti ( Run 2)

13🩰

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Capitulo 13.

Olivia.

—¿Por esto fue que no aceptaste la propuesta de matrimonio de Francesco?

No contestó en espera de que salgan todos mis compañeros del salón de baile. Mi madre se lo pidió para que conversáramos mejor.

—Estoy hablando contigo Olivia.

La miro a los ojos.

—Dejé en claro que no iba a casarme con Francesco mamá, si estuve con él y le hice creer a todo el compromiso falso fue por mi papá y Olivier, ellos están aquí y ya terminó.

Francesco a intentando verse conmigo toda esta semana y lo he evitado a toda costa, mi gemelo mi ha ayudado en mantenerlo alejado de mi. Fui muy clara desde el principio en ese compromiso. No voy a casarme con Francesco ni con ningún otro hombre.

Es una decisión clara en mi vida.

—Si vas a casarte con él Francesco Tomasso— asegura acercándose a mí. —. El va hacer tu esposo Olivia y vas a olvidarte de este otro hombre.

Niego sosteniendo su mirada. Ella quiere hacer conmigo lo mismo que hicieron mis abuelos maternos con ella. Casarla con un hombre al cual no ama y ser sometida por él completamente.

Toda mi vida he hecho lo que ella a querido por encima de lo que yo deseo, a ella no le importa y yo como idiota sigo pensando que quizás y algún día ella llegue a sentir aunque sea un poco de afecto por mí. Soy su hija y ni siquiera sé que le hice yo para que ella me haga muy miserable el resto de la mía.

Con Olivier todo es diferente. Ella le muestra todo su cariño de madre y más. A él nunca le ha dicho no en nada de lo que él ha querido y siempre cuenta con su apoyo, a diferencia de mi que solo sabe cómo hacerme sufrir.

—Francesco será tu esposo y no se discute más Olivia— asevera. Su mano se cierra con fuerza en mi brazo lastimándome. Me quejo. —. Y si me llego a enterar de que se lo contaste a tu padre y hermano será peor Olivia y no tendrás excusa en decir que soy cruel contigo.

Cierra más su agarre en mí y estoy que casi grito del dolor. Es el mismo brazo donde horas antes Iván inyectó el anticonceptivo, eso fue doloroso y no dije nada por esta ocupada en discutir con él sobre si quería hijos o no.

—Quieres hacerme miserable al igual que lo hicieron contigo ¿Cierto mamá?— le recuerdo lo que ella siempre menciona. Mi padre arruinó su futuro en el mundo de ballet y por eso siente la necesidad de desquitarse conmigo, ni siquiera con Olivier.

—¿Qué si te hago miserable?— pregunta desafiante. —. Eres mi hija y yo decido por ti y mi decisión es Francesco...

—¡Pues cásate tú con él y a mí déjame en paz!— me suelto de su agarre con brusquedad. —. Ya te dije que no y no va a pasar porque es mi decisión. No voy hacer miserable como tú Isabelle, al menos no de esa manera.

—No puedes hablarme de esa manera.

—¡Pero es la verdad!

La ira se posa sobre la esferas azules que tengo la desgracia de compartí con ella. Me mira cegada en furia, lo que le dijo le molesta por qué es la verdad. Ella no pudo y no supo cómo defenderse de sus padres y quiere el mismo destino para mí.

No se lo voy a permitir.

Acorta la distancia hasta mi levantado su mano para golpearme, cierro mis ojos con fuerza esperando el golpe y este nunca llega a mi rostro.

—¿Qué crees que haces madre?— la voz de Olivier sale en un susurro exigente.

—No te metas en esto hijo que no te incumbe.

Mis palpados se despegan encontrando la enorme figura de mi hermano cubrirme de ella.

—Puedo meterme lo que quiera mamá— le responde sin miedo. —, es a mi hermana a quien le vas a pegar. ¿Qué te hizo para que quieras hacerle eso?

Mi madre se queda callada unos segundos como si temiera a decir su respuesta y ver la reacción de su hijo. Su amor de madre siempre ha sido deferente con mi hermano, muy diferente a como es conmigo.

—Mamá— su llamado es exigente.

—Tu y tu padre no lo quieren hijo, pero ella va a casarse con Francesco es una...

Olive la detiene.

—Ya te dije lo que pienso de esa unión y no— me alivia escuchar la respuesta de Olivier. Me alegra saber que cuento con su apoyo en esta ridiculez. —. Olivia no va a casarse con Francesco, fui claro.

Nuestra madre niega mirándome con odio detrás de él.

—Soy su madre y yo...

—¿Tú qué Isabelle?— la voz de papá se escucha con fuerza por todo el salón deteniendo a mi madre de terminar lo que iba a decir. —. ¿Tú qué?

—Ella va a casarse con Francesco— dice con determinación. Nadie le va a quitar la idea de la cabeza.

La mirada de mi padre es dura mientras la mira. Siempre que ellos están juntos terminan discutiendo por sus diferentes ideales y creo que este no va a ser la excepción. Mi padre mueve su mirada hacia mí.

—¿Quieres eso hija?— pregunta y niego con mi cabeza. —. ¿No te escucho Olivia?

—No papá— hablo claro. —. No quiero contraer matrimonio con Francesco Tomasso.

No sé por qué el rostro de Alessandro se implanta en mi cabeza. Como un recordatorio de que lo tengo a él.

—Ya la escuchaste— mamá intenta quejarse y él la detiene. —. No quiero volver a escuchar el nombre de Tomasso junto a la palabra matrimonio salir de tu boca Isabelle y menos ligarla al nombre de mi hija porque habrán consecuencias y a la única que no le a gusta será a ti.

Mi madre suelta un bufido con exasperación por las palabras de mi padre.

—¿Vas a apoyarla en esto?— pregunta incrédula. —. ¿Vas a dejar que ella pase por nuestra cabeza y haga lo que se le pegue la gana?

—Nuestra hija no está pasando por encima de nadie Isabelle— aclara. —. Es su vida y ella es la única con derechos decidir por ella misma. Si ella no quiere casarse con Francesco está bien.

A mi madre le falta poco por jalarse los pelos desde su lugar.

—¿Y lo negocios Richard?— pregunta. A ella no le importa esos temas, pero sería capaz de sacar cualquier cosa ahora solo para casarme con Francesco. —. ¿Qué pasarán con tu anhelados negocios?

Mi padre le reta importancia sin perder su porte firme y de hombre autoritario.

—Ni Francesco ni su padre son fichas importante en mi tablero, puedo ocuparme de ello sin involucrar más a mi hija Isabelle.

—¿Entonces es todo? ¿Vas a apoyarlas y dejar mi nombre y mi palabra en ridículo?

—Debo de apoyarla yo ya que su madre no lo hace— contesta papá convencido.

—Soy tu esposa Richard.