Cap. 34 🏎️

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@Isabel933636

@daphne504217

Booknet.

@Janna L

Capítulo 34.

Olivia.

Me doy una última mirada en el espejo de cuerpo completo. En qué tiempo exacto se comenzará a notar que estoy embarazada. Me pongo de lado enderezando  todo mi cuerpo como si fuera a realizar una de la cinco posiciones clásica de ballet y veo lo mismo.

Mi vientre está plano aún, y para cualquier persona que no lo sepa de antemano no se imaginaría que esté embarazada. Llevo mis manos a mi vientre y la coloco encima. La imagen mía cargando una enorme panza cruza por mi cabeza y niego enseguida.

La idea de estar embarazada sigue sin agradarme, pero me iré adaptando más adelante.

Le di mil y mil vueltas mientras trataba de descansar y mientras los brazos de Ales me sostenía pegada y acurrucada a su cuerpo mientras él descansaba,  me odié por haber siquiera pensado en deshacerme de su hijo sin darle una oportunidad.

Este niño no tiene la culpa. Es lo que me repito para recordarlo.

No tiene la culpa de nada de lo que yo pase con mi madre. Él no debería de pagar por un erro de Isabelle Rossi al no saber ser una buena madre para mí.

Pero como se supone que seré buena madre si ni siquiera tuve un ejemplo de una. Jamás haría lo que mi madre hizo conmigo a un pequeño ser que nazca dentro  de mí, pero tampoco tengo la menor idea de cómo tratarlo. No puedo dar algo que nunca he recibido.

  Quiero intentarlo.

Termino de vestirme, me coloco un pantalón de pijama corto sin ropa interior y una de las camisetas de Ales de la escudería con su nombre y apellido y número que utiliza. A él no lo he visto.

Solo sentí la cama moverse muy temprano cundo él despertó y deduje que se ejercitaría, hace poco que yo desperté y decidí tomar un baño antes de bajar a desayunar.

Camino por el pasillo llegando al inicio de la escalera. Me detengo a verlo frente a mí manteniendo una conversación con una mujer. La miro a ella tratando de descifrar quién será y no es mucho lo que logro a decir verdad ya que esta se encuentra de espaldas.

Ales tiene la mirada fijan en mí con una sonrisa que comienza a abarca todo su rostro.

—¿Me estás prestando atención            Alessandro Lombardi?

—Escucho cada palabra.

No logro ver la cara o expresiones de la mujer de vestido negro frente a Alessandro.

—No parece que lo hagas— se voltea hacia mí observándome. Unos ojos del mismo color de los de alessandro, pero muy idénticos a los de su hermana Camil me miran. —. ¿Es ella?

Pregunta y la sonrisa de Ales crece más si eso es posible. Alessandro no le responde y en su lugar camina hasta la escalera invitándome a bajar. No lo dudo cuando extiende su mano.

—Buenos días Bella— besa mis labios y le correspondo con timidez al ver como la mujer mantiene sus ojos puesto en ambos. —. Ella es mi madre.

Musita y asiento comprendiendo. Ayer conversamos sobre estoy y me dejó su anhelo por que conociera a su familia lo antes posible. No esperaba encontrar a su madre hoy aquí.

—Ella es Olivia mamá, mi novia— Ales me toma de la cintura pensándome a él, presentándome delante de su ladre.

No me pasa desapercibida la pequeña, pero discreta caricia que deja sobre mi vientre. Pongo mi mano sobre la de él aún pegada a mi vientre, siendo solo nosotros dos siendo consciente en saber de mi embarazo.

La madre de Ales no me deja de mirar y me siento nerviosa y juzgada hacer observada por unos ojos idénticos a los del piloto a mi lado.

—¿Ella es de la mujer que me has estado hablando?

—sí.

La madre de Ales de la cual aún no me sé su nombre da pasos firme hasta estar a centímetros de mí. Las orbes de sus ojos mieles me miran fijamente estudiando cada centímetro de todo mi cuerpo.

Arrugo mi rostro cuando va bajando sus ojos por mi cuerpo estudiando mi vestimenta. Sé que no es la adecuada, pero tampoco sabía que ella nos iba a visitar.

—Mamá...— la voz de Ales se hace presente en medio de nosotros. Todo este tiempo se había mantenido en silencio hasta ahora.

Su madre alza una de sus manos indicándole sin palabras que haga silencio. El la obedece al instante.

—¿Vives con ella aquí?— pregunta dirigiendo sus ojos hacia su hijo.

—Si, es mi novia— vuelve a repetir y yo sigo arrugando más mi rostro. —. Hace poco que lo hacemos juntos.

Ya sé de dónde Camil saca tanto ego y al parecer todos ellos. Su madre es el pilar del significado.

—¿Y todo este tiempo estuviste viviendo en Italia con tu novia y yo me entero hace días. Y termino conociéndola porque yo fui la que decidí visitarte? ¿Así fue que te crié Alessandro?

Él está por contéstale y ella lo ignora con el mayor éxito. Se centra en mi otra vez guardando silencio y me preparo mentalmente para estar lista por si necesito defenderme de la señora Lombardi.

—Estoy muy sorprendida— dice con un abatimiento de sonrisa. —. ¿Como una mujer tan hermosa como tú pudo hacerle caso al terco de mi hijo?

Pestañeo varias veces cuando suelta esa pregunta de la manera más agradable.

—Bueno...— miro a su hijo a mi lado en busca de su ayuda por qué no se que responderle a eso.

—No linda— hace que la mire de nuevo. —. Puedes hablar con toda confianza de él conmigo. ¿Sí? Es mi hijo y créeme cuando te dijo que es muy molesto.

Se acerca a mí invadiendo mi espacio personal con toda confianza, se inclina sobre mi oído.

—Yo fui la que lo soportó por nueves meses en mi vientre.

Correr hacia ti ( Run 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora