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Capítulo 23.
Olivia.
Siento unos fuertes brazos rodearme, apretándome con fuerza contra un duro pecho desnudo que no tardo en reconocer y saber a quién le perteneceré. Sonrió aún dormida al encontrarme con el suave aroma que desprende su cuerpo abrazándome. Subo una de mis piernas a su cadera encontrando una posición mejor en la cual colocarme si dificultad.
Deja un beso en mi mejilla antes de bajar a mis labios y devorarlo con hambre de ello. Lo recibo vagamente, obligando a mi cerebro a que despierte. Cosa que es en vano. La boca de Alessandro sigue devorando la mía a su antojo sin recibir queja de mi parte. Su boca es la única que decide es cuando se aparta y también su cuerpo.
—¿Porque paras?
Llevo mi mano a su lado de la cama tentando el lugar en busca de su cuerpo y no lo encuentro haciendo más grande mi berrinche.
—¿Ales?— lo escucho reír bajo.
Y siento su manos cerrarse en mis caderas, colocando mi cuerpo sobre mi espalda. Siento como el colcho se hundo a los lado cuando posa sus manos sosteniéndose en ella misma para poder besarme otras vez sin dejar caer su peso sobre el mío.
Su beso es suave a diferencia del anterior.
—Estoy aquí bella— pronuncia muy bajo con su voz más ronca de los normal, mis pensamiento se van a Mónaco un segundo recordando esa semana que pase con él y era lo mismo.
Mis días iniciaban con los labios de Alessandro pegados a cualquier parte de mi cuerpo, sin tomar en cuenta la vergüenza o privacidad en ese momento y el solo pensar que ahora será lo mismo hace que comience a humedecerme en una zona específica de mi cuerpo.
Sus labios rozan los míos torturándome en espera de un beso que no llegar y que busco por mi cuenta haciéndolo reír. Abro mis ojos despacio acostumbrándome a la poca luz que hay en la habitación encontrándome con sus ojos.
Aún está muy oscuro y no sé qué hora puedan ser, pero soy consciente de que el sol a un no ha salido del todo para comenzar el día.
Llevo mi mano a su mejilla acariciándola despacio, fijando sus iris miel en las mías. La mirada que me da cargada de deseo y ternura me hace pedir lo que llevo quiero desde que me despertó a punta de besos.
—Bésame.
No duda en acercar sus labios a los míos y niego.
—No así, no en mis labios— musitó.
—Me muestras en donde quieres mis besos ¿Entonces?
No respondo y en su lugar pongo mis manos sobre sus hombros para que baje hasta la altura de mi cadera en donde no dudo separar mis piernas abriéndome ante él. Su mirada se pierde unos segundos ahí, el deseo en sus ojos es tan palpable que debo de contraer mis paredes vaginales por la sensación que comienzan a crecer en mi con sola esa mirada.
—Ahí— digo.
Su mirada se alza hacia la mía y me sonríe con descaro antes de bajar su cabeza pegando sus labios a mi coño sensible. Comienza a lamber despacio y cierro mis ojos disfrutando de la sensación que siento a flor de piel. Elevó más mi pelvis buscando más de sus labios haciendo que enloquezca de a poco.
Sus manos suben a mis senos y jadeo cuando rompe la tela de su camiseta que utilizo como pijama sobre mi cuerpo. Me las ingenió para quita la camiseta que ahora es un trozo de tela partida a la mitad y lanzarlo a un lado de la habitación lejos de nosotros. La boca de Ales no se separa de mí en ningún momento y no se lo permito tampoco. Mis manos van a su cabeza reteniéndolo ahí y sus manos vuelven a buscar mis senos que ahora si los encuentra dispuesto para él.
Juega con mis pezones erectos pasándolo entre sus dedos.
—Mmm...— gimo complacida cuando comienza hacer círculos con su lengua sobre mi punto más sensible. Su dedo se meto en mi interior haciendo que arque la espalda por la invasión, este también lo mueve en círculos.Separa sus labios de mis coño acariciándome con su respiración.
—¿Sabes lo que me encanta y me fascina amanecer así?— me golpea con suavidad haciéndome estremecer. —. Me tienes hechizado bella.
—Ales...
Un segundo dedo entra haciendo los mismo movimiento que el primero y muerdo mis labio para no gritar cuando un tercer dedo entra en mi interior. Mi mano se cierra en la raíz de su cabello y tengo que gemir más alto cuando el gruñe pegado a mi aun haciendo que cada parte de mi vibre.
—¡Maldición!— gimo. Suelto su cabello apoyándome sobre mis codos para tener una mejor vista de su espalda y cabeza hundida entre mis piernas. —. ¡Ah!
Dejo car mi cuerpo al concho cuando los tres dedos comienzan a salir y entra muy lentos de mí. Me penetra despacio dándome chance a que pierda la cabeza solo con eso y su boca.
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Correr hacia ti ( Run 2)
RomanceSinopsis. Numero 2 de la trilogía Run. Olivia siempre ha tenido todo lo que ha querido, menos una cosa. Ella Nunca ha sentido lo que es el amor de una madre, ha hecho todo lo que su madre le ha impuesto aunque no sea lo que ella desea en la vida. C...