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Capítulo 19.
Olivia.
Cuando él me invitó a ir con él a la cena esta noche nunca pensé que haría todo esto. Hay más de diez bolsas de marcas sobre la cama de Alessandro que Mónica se encargó de traer hace poco.Tanto para una sola noche y algunas horas.
Ella salió a responder una llamada urgente dejándome aquí en la habitación y no sé qué hacer. La agente de publicidad de Alessandro me aseguró que cada cosa que contienen las bolsas sobre la cama me pertenece solo a mí. Con esto se volvió loco.
Busco mi teléfono por toda la habitación escuchando el sonido que onda una llamada. La descuelgo al ver que es dicho guapo piloto.
—¿Está Mónica contigo Bella?
—Si— unos segundos de silencio se crea entre nosotros.
—¿Me imagino que ya viste lo que pedí para ti?
Mónica entra a la habitación acercándose a la cama de Ales y sacando cada prenda de su empaque. Miro cada uno en silencio, hay vestidos
—Lo estoy viendo ahora— le hago saber respondiendo a su pregunta y quedándome en silencio al ver el vestido azul que saca de uno de los empaques.
Mónica lo deja tendido y me mira seria esperando una reacción de mi parte. No la muestro externamente, pero dentro de mí me estoy enamorando de esa prenda frente a mí.—Hay uno en especial— menciona con suavidad.
—¿El azul?
—Sí. ¿Qué dices te gustó?
—¿Es mío?— pregunto mirándolo aún. Mónica me lo confirma moviendo su cabeza y Ales con su respuesta.
—Si, lo elegí para ti hoy— revela. Me lo imagino sonriendo ampliamente. —. Es el que quiero que uses esta noche. Podrás pedirle cualquier cosa que necesites a Mónica si crees que es poco.
¿Poco? Nada de esto es poco.
—No creo que necesite nada por ahora. Son demasiadas cosas Ales— musitó y lo escucho reír.
—Eso no es nada bella, quiero que hoy te veas más hermosa de lo que ya eres y si tengo que gastar una fuerte cantidad de dinero para eso lo haré complacido.
Bajo mi rostro ocultándolo de Mónica cuando sus palabras causan que el calor suba a mis mejillas haciéndome sonrojar. Debo de tener la cara como un tomate ahora mismo.
—¿Pensé que no me quería con ningún tipo de ropa?— carraspeo encontrando mi voz.
Él no duda en responder con su voz más gruesa de lo normal. No podré verlo hasta que caiga la noche y él regrese por mí para ir a la cena que me invitó.
—No te quiero con ningún de ropa Olivia, esa decisión mía no cambia y es por eso que me voy a encarga de quitarte cada prenda al llegar a casa.
Ya no solo mi cara está ardiendo, otras partes de mi cuerpo ha comenzado a arder.
Me giro sobre mis pies al sentir la mirada espetante de Mónica sobre mí.
—¿Ales?— lo llama bajando mi voz hasta convertirla en un suave susurro.
—Si, bella— la de él es igual.
—¿Puedo pedirte algo a ti?—claro.
Estoy loca por pedirle esto. Él está trabajando y solo me vería desinteresada por proponerle que venga aquí cuando él me hizo saber que sus mañanas estarían muy ocupadas con monoplazas y pistas. Seguiré siendo egoísta por mí misma. Se fue muy temprano y a diferencia de los demás días él no Me despertó como acostumbra; Con sus labios y manos por cada parte de mi cuerpo y hoy extrañé eso, que el beso de su despedida llegará a algo más.
Por eso lo hago ahora. Quiero a Alessandro para mi sola.
—Puedo hacer lo que me pidas, solo tiene que hacerlo. Pídelo.
Y no lo dudo de que lo haga por esa razón no me atengo de hacerlo.
—Regresa a mi lado Alessandro— pido casi ordenándolo. —. Necesito tenerte aquí.
Lo escucho soltar una maldición detrás de llamada sin obtener respuesta de su parte. El teléfono de Mónica suena con una llamada cuando el cierra.
Pasan unos segundos antes de que ella hable haciéndome sonreír.
—¿Estas jugando Alessandro?— pregunta molesta. —. ¿Me ordenas venir a Mónaco y ahora me botas sin yo haber terminado mi trabajo?
Bajo mi rostro centrando mi vista en los dedos de mis pies, la alzo un segundo encontrándome con la de ella.
—Entiendo— cuelga la llamada. — me dirás todo lo que necesitas antes de que me marché.
Enciende la iPad en sus manos comenzando a teclear.
—No creo que necesite mucho— revelo captando su atención. Deja de teclear y me mira enarcando una de sus cejas.
—¿Enserio no vas a pedir más nada?
—No, tengo todo lo que necesito— señaló la cama con todas las bolsas.
Mira a la dirección en la que le señalo y me vuelve a observar como si se tratara de algún bicho raro.
—¿Enserio? ¿No necesitas peinado, maquillaje...'
Expando mis ojos cayendo en cuenta de esos detalles.
—Oh sí claro que si— respira alivia de mi respuesta. —. Podría recoger mi cabello en un peinado sencillo o quizás lo lleve suelto, por ello no Me decido aún y por el maquillaje— hago una pausa. No me siento en confianza de pedírselo, nuestra relación no fue la mejor desde el primer momento que nos conocimos. —. Podrías conseguir los productos básicos para mí, yo misma me maquillare.
—¿Segura?
—sí. Me gusta hacerlo por mi cuenta.
Sus ojos me observan como si no se creyera este momento.
—Alessandro me pido contratar personas que se encargué de eso por ti— informa. —. No tienes que preocuparte por eso, solo debes verte hermosa y ser la mujer adecuada para estar al lado de Ales hoy. Es lo que él y yo necesitamos de ti hoy.
Pestañeo varias veces al procesar sus palabras.
—¿Disculpa, pero no quiero pensar que me estés llamando interesada?— preguntó ofendida.
—Es todo lo que las mujeres buscan de Alessandro— responde. —. ¿Tú no?
—No.
—¿Enserio?— indaga desafiante dando un paso hacia mí.
No le bajo la mira justamente como me enseñó mi madre a sostenérsela a ella mientras me reprimía por el más mínimo error en mis prácticas de ballet.
—Muy enserio— hablo fuerte y firme. Que sepa con quien trata. —. Puedo hacer todo eso por mi propia cuenta y no me interesa que haya contratado personas para se encargaran de mi, puedes despedirlas si quiere eso tampoco me importa. Solo necesitaba ropa y él ya se encargó.
Me estudia con su mirada. Cada parte de mi cuerpo es observada por ella.
—¿Que buscas de Alessandro Olivia?— pregunta.
—Su dinero no es, te lo puedo asegurar.
—He tratado con mucha de tu tipo que solo los buscan por una posición en el mundo...
—A mi no me importa el dinero o la posición de Alessandro— aseguró muy segura de ello. —. Tengo el mío propio y aunque no es como el patrimonio de Ales nunca estaría con un hombre por dinero, antes muerta que ser una de esa mujeres y te puedo asegurar Mónica que alessandro sería el último hombre al que buscaría por su dinero, tengo bastante de donde escoger.
Mi voz sale tan filosa que se puede comparar al cuchillo del mejor asesino. No sé qué le pasa conmigo, pero es claro que debo de tener cuidado con ella. No le agradó en lo absoluto y no es algo que me quite el sueño.
Si mirada sigue fija en la mía esperando a que flaqueé o le retracte de mis palabra y eso no va a pasar porque nada de lo que digo es mentira.
—Bueno es lo que todas la mujeres cerca de Ales hacen—hace una pausa continuando con su altanería. —. Buscarlo por quién es y no porque sientan algo por él en realidad. No me esperaría lo mismo de ti
—Si pero yo no ando detrás de su dinero.
—¿Segura?— indaga.
—Muy segura Mónica.
—Bien— vuelve su mirada hacia la iPad en sus manos y no dudó en preguntar.
Es solo una duda que me surgió culpa de su interrogatorio y no pienso quedarme con la respuesta carcomiéndome.
—Cuida muy bien de Alessandro, que ninguna mujer esté lo suficientemente cerca o interesada en su dinero.
Se detiene mirándome con una sonrisa. Los celos estuvieron plasmados en mis palabras y no me moleste en ocultarlos.
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Correr hacia ti ( Run 2)
RomanceSinopsis. Numero 2 de la trilogía Run. Olivia siempre ha tenido todo lo que ha querido, menos una cosa. Ella Nunca ha sentido lo que es el amor de una madre, ha hecho todo lo que su madre le ha impuesto aunque no sea lo que ella desea en la vida. C...