Regreso a casa

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Quería disfrutar del tiempo que me quedaba aquí en California antes de regresar a Hawkins así que los siguientes días planeamos varias salidas juntos.

En la mañana salía con los chicos y en la tarde salíamos todos.

Regresamos a la playa un par de veces más, los chicos y papá jugando con Tommy mientras Janine y yo tomábamos el sol.

Dos días antes de partir arreglamos nuestras maletas, fue un momento triste porque de verdad me sentía feliz aquí pero quedarme no era una opción.

Un día antes les dijimos a papá y Janine que íbamos a salir con Tommy, lo íbamos a llevar al parque para que pudieran tener un rato a solas.

Jugamos mucho con Tommy quien se tomó muy enserio cuando Eddie le dijo que era una princesa y a todos sus amigos me presentó como tal.

Es un niño encantador con una gran imaginación que Eddie aprovechó para contarle grandes historias. Ver como su rostro se iluminaba con todo lo que Eddie contaba mientras Gareth lo ayudaba a interpretar a los personajes me llenó el corazón.

Realmente me gustaría poder formar parte de su vida.

El último día Janine nos preparó un banquete, comimos en familia una última vez antes de tomar nuestras maletas. Hubo muchas lágrimas por parte de Tommy que no quería que nos fuéramos.

Me hinque y me abrazo fuerte, le dije que teníamos que irnos pero que las siguientes vacaciones vendríamos a verlo.

—¿Eddie y Gar también vienen?

—Tendríamos que preguntarles a sus padres pero estoy segura de que si vendrían, ¿verdad chicos?

—Claro Tommy— Eddie se agacho para tomar a Tommy entre sus brazos. —Regresaremos para contarte todo lo que la princesa Sami y sus amigos hagan.

—Además tenemos que seguir las clases de DnD para que cuando crezcas seas un maestro.

Tommy asintió y se limpió las lágrimas. Janine se acercó a nosotros y tomó a Tommy de los brazos de Eddie.

Nos despedimos y salimos directo al aeropuerto con muchos sentimientos encontrados.

Después de un vuelo igual de estresante para Eddie, llegamos a Hawkins.

Tomamos un taxi y pasamos a dejar a Eddie primero ya que la casa de Gareth está más cerca de la nuestra.

Wayne había pedido el día libre para poder estar cuando regresáramos. Wayne le agradeció a papá por el viaje y por cuidarlo.

—Háblame cuando llegues a casa ¿sí?

—Claro, nos vemos Eddie. Te amo.

—Yo también te amo, con cuidado.

Nos subimos de nuevo al taxi y en lo que llegábamos a la casa de Gareth hablamos de lo fantástico que fue el viaje.

Al igual que con Eddie, Devon y Tessa salieron a recibir a Gareth.

Nos agradecieron y desearon un buen viaje de regreso.

Ya en el taxi papá y yo hablamos.

—¿Disfrutaste el viaje?

—Si, mucho. Tommy es un niño increíble y Janine es muy linda.

—Me da mucho gusto que se llevaran bien. Cuando vayas a la universidad podrías venir en las vacaciones.

—Eso me gustaría mucho.

Al llegar a casa estábamos exhaustos, lo único que queríamos era llegar a dormir, tal vez por eso no escuchamos el ruido que había en la casa.

Al entrar nos encontramos con una de las escenas más horribles que jamás pude imaginar.

Marjorie estaba inclinada en el sofá mientras Billy estaba detrás de ella. Ambos desnudos.

Desvié la mirada de inmediato cuando papá dejó caer las maletas.

—¿Qué carajo significa esto?— Marjorie y Billy se separaron y se empezaron a vestir. —Ve a tu cuarto y prepara lo que necesites para la escuela mañana.

Asentí y subí las escaleras. Hasta arriba se podían oír los gritos.

—NO PUEDES RECLAMARME NADA CUANDO TIENES A TU PUTA EN LOS ÁNGELES.

—NO VOY A PERMITIR QUE LE HABLES ASÍ. DE VERDAD QUE NO TIENES LÍMITES ¿QUE EDAD TIENE?

—¿QUE TE IMPORTA? TU JUEGAS A LA FAMILIA FELIZ YO PUEDO DIVERTIRME COMO QUIERA.

Baje las escaleras con todo listo.

—¿Qué edad tienes?— papá se acercó a Billy.

—La suficiente para saber cómo complacer a una mujer de verdad.

Billy se giró a verme y me guiñó un ojo. Sentí tantas náuseas. Papá lo empujó por la puerta.

Marjorie tomó un cigarrillo y lo prendió.

—No puedo creer que hayas hecho algo como esto— papá tomó mis cosas.

—Por favor, estoy segura de que esta ya te había dicho.

—¿Tú sabías?— preguntó papá mirándome, desvié la mirada avergonzada. —Vamos Samira.

Me tomó del brazo y me llevó al auto. Ya en el camino íbamos en silencio.

—Lo siento— susurre.

—No es tu culpa.

—Debí decir algo pero no sabía cómo.

—¿Lo conoces? Al chico.

—Si, va a la escuela conmigo— papá apretó el volante.

—Su nombre.

—Billy Hargrove.

Era una pesadilla, no sé sentía real. Después de unos días maravillosos regresar para esto, me hacía desear haberme quedado en California.

Cuando estaciono me di cuenta de que estábamos de nuevo en la casa de Gareth.

—Quédate en el auto.

Papá bajó y cuando Devon salió estuvo hablando con él un rato después Tessa salió y los tres fueron al auto.

Tessa abrió la puerta del auto y me ayudó a salir, estaba en piloto automático. Devon tomó mis cosas y me llevaron dentro.

Papá les agradeció y se fue de inmediato. Tenía miedo de lo que pudiera pasar pero no podía hacer nada.

Gareth bajo las escaleras confundido.

—¿Qué pasó?

En cuanto escuche su voz fue como salir del trance, me arroje a sus brazos llorando.

—Sami— susurró abrazándome fuerte.

—Sami— susurró abrazándome fuerte

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