La nueva porrista

Janine y Thomas

Seguimos dando vueltas por la ciudad, les mostré a los chicos lo más que pude de los lugares a los que me gustaba ir cuando era niña.

Estábamos sentados en los columpios de un parque cuando me quedé pensando.

—Ey, ¿estás bien? De repente te quedaste callada.

—Si, solo me quede pensando en lo que dijo Brandon.

—Oye no le hagas caso a lo que dijo ese idiota, lo pusiste en su lugar y no le pareció.

—No eso, antes de que regresaran dijo que me había sentado bien el divorcio de mis padres y me di cuenta de que lo que me molesta tanto de este viaje es eso.

Los chicos me vieron confundidos.

—Mis padres no están divorciados y no puedo evitar sentirme mal por Marjorie, a pesar de cómo es y todo lo que ha pasado, ellos no están divorciados y Liam está engañando a mi mamá.

—Samira.

—Ya sé lo que van a decir y estoy muy consciente de eso pero no creo que nadie deba sentir que la persona con la que formaste una familia prefiere estar con alguien más. Me sentí horrible cuando te vi con Chrissy— me giré a ver a Eddie. —Y nosotros solo eramos amigos.

—Está bien Sami— Eddie se puso de pie y se arrodillo frente mí.

—No, porque ahora me siento mal por sentirme mal por Marjorie. Tampoco creo que sea justo para papá quedarse a lado de alguien como ella si Janine lo hace tan feliz y Thomas se ve que es un gran niño. Solo... no puedo evitar pensar que tal vez si yo no hubiera nacido ellos serían diferentes, digo en algún momento tuvieron que llevarse bien para que Marjorie quedara embarazada de mi ¿no?

—Cariño, tú no tienes la culpa de lo que pasó con tus padres tampoco de cómo son o las decisiones que tomaron.

—Si Sami, eres una gran chica y lo que sientes ahorita está bien no importa que haya pasado, para ti ellos siguen siendo tus padres.

Aún me sentía culpable por cómo me sentía pero los chicos estuvieron dando ánimos hasta que tuvimos que regresar a casa.

Cuando regresamos, Janine ya tenía la cena lista.

—¿Cómo les fue hoy?

—Bien, Samira nos llevó a ver varios lugares donde pasaba el tiempo de niña.

—Los llevó a la biblioteca, ¿cierto?

—Si— dijeron los chicos al unísono con una sonrisa.

—Solo pasamos por fuera.

—Pensé que les ibas a enseñar tu asiento favorito.

—¿Tienes un asiento favorito en la biblioteca?— preguntó Eddie apretando mi rodilla.

—¿Qué te digo? Era una nerd.

—¿Eras?— preguntó Gareth con una sonrisa ganándose un golpe mío en el brazo.

—Bueno chicos, habíamos pensado que mañana podríamos pasar un día en la playa ¿Qué opinan?

La cara de ambos se iluminó y asintieron con mucha emoción.

Después de eso pasamos la cena hablando de cualquier cosa.

Al día siguiente bajamos a desayunar y nos preparamos para ir a la playa. Janine y Thomas se fueron en un auto con todo lo que íbamos a necesitar y papá, Eddie Gareth y yo íbamos en otro auto.

Los chicos estaban muy emocionados, no podían contener su emoción cuando estacionamos en la playa Venice.

Alcanzamos a Janine y ellos le ayudaron a bajar las cosas mientras nosotras seguíamos a Thomas que estaba buscando un buen lugar para acomodarnos.