Nos perdimos

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Salí de la sala del club y en el cesto de basura que había a un lado tiré mi libreta del Hellfire y los regalos que le había comprado a Eddie. Salí corriendo al estacionamiento, mi mente estaba nublada, no podía pensar bien, no podía procesar nada de lo que había pasado, subí al auto de papá y quise salir a toda prisa de ahí. Mi vista estaba nublada por las lágrimas que no dejaban de salir, tuve que frenar de golpe cuando me di cuenta de que casi arrolló a alguien.

-¡Ey, Que demonios!-

Yo no dije nada, estaba temblando y llorando cualquiera sabría que no debía manejar así pero tenía que salir de ahí. Vi como al que casi atropello se acercaba a mi ventanilla seguramente para reclamarme pude ver como su expresión furiosa cambiaba a una sumamente preocupada.

-Samira, ¿estás bien?- yo no podía hablar, tomó mi hombro para sacudirme un poco. -Samira ¿qué pasó, te hicieron algo?-

-Yo... yo... lo siento Harrington.- puse la marcha del auto y pisé el acelerador Steve solo se hizo para atrás y gritó mi nombre un par de veces.

Maneje como pude y al llegar a casa solo corrí hasta mi habitación y me desplome, mi cuerpo temblaba violentamente por el llanto que no podía contener.

Me levanté como pude y fui a mi tocador a tomar la foto que tenía ahí, viéndola pensando en todos los momentos que pasamos. ¿Cómo es posible que Eddie me tratara así? ¿Por qué Gareth no hizo nada? ¿Tantos años y no significo nada?

En un arranque de ira comencé a buscar en mi cuarto todo lo que tenía de ellos y lo arrojé a la basura fotos, peluches, discos, todo los que alguna vez me dieron, no quería nada de ellos, por último rompí esa foto que no significaba nada.

¿Dónde estaban todas esas promesas que nos hicimos? Vi la foto rota en el piso.

-No, no, no, no, no ¿qué hice?-

Tome los pedazos entre mis manos y los presiones contra mi pecho quedando acostada en el piso llorando sin consuelo alguno.

Tome los pedazos entre mis manos y los presiones contra mi pecho quedando acostada en el piso llorando sin consuelo alguno

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Hasta que una voz hizo salir de mis pensamientos.

-¡Samira Dios Santo! ¿Qué pasó?-

-Robin.- ella se acercó a mí y me tomó en sus brazos me dio ese abrazo que necesitaba tanto. -Me equivoque, todo salió mal, me odian.- apenas se entendía lo que decía entre los sollozos.

-Sami tranquila, estoy aquí sí, estoy aquí shh shh shh .- acariciaba lentamente mi espalda.

Cuando logré tranquilizarme un poco Robin fue por un poco de agua para mí.

-Aquí esta.- agarre el vaso que me ofrecía. -Sami ¿qué pasó?-

-No lo sé, realmente no sé qué pasó pero Eddie me odia me saco del club.-

-¿Qué? ¿Por qué?-

-No lo sé, desde la mañana que llegue a clases se molestó conmigo pero realmente no sé porque después del almuerzo empezó a ser más grosero y cuando llegue al club simplemente se volvió un imbécil y me corrió.-

-¡Ay Sami! lo siento mucho si yo no te hubiera dado la idea del cambio esto no hubiera pasado.-

-No Robin, tú no tienes la culpa de nada.- tomé su mano y me quedé pensando un momento. -¿Robin, cómo llegaste a aquí?-

-Steve me trajo.

-¿Steve?-

-Si, fue por mí al ensayo de la banda, me contó lo que pasó en el estacionamiento y me trajo aquí.-

-Creo que le debo una disculpa.- me sentía avergonzada por eso.

-Tranquila, a él no le molesta que casi lo arrollas, estaba preocupado en verdad.-

De repente lo recordé. -Robin tienes turno en el trabajo y yo aquí estoy metiéndote en mis problemas lo lamento tanto.-

-Sami, está bien, Steve va a cubrir me.-

-Creo que no es tan malo como recordaba.-

-Te lo dije, ya no es Rey Harrington, Steve es un gran amigo deberías intentar conocer esta parte de él. Se que está arrepentido de todo lo que hizo antes.-

-Puede ser, igual Dustin me ha pedido que hable con él.- realmente no se si hablarle pero al menos le debía una disculpa por lo de hoy.- tal vez lo haga.- le di una sonrisa débil a Robin.

Robin y yo pasamos toda la tarde en mi casa viendo películas y comiendo golosinas, me ofreció pasar la noche en mi casa pero le dije que no, necesitaba pensar lo que había pasado, acomodar mis pensamientos sé que Eddie es impulsivo y cuando se enoja es de temer pero cuando pasa todo la situación y se calma recapacita sobre sus actos.

Espero que mañana esté más calmado y podamos hablar realmente y arreglar esto, pensar en perderlo es algo que no quiero, no podría con eso, ellos son mi familia.

Después de luchar mucho, poco a poco fui quedándome dormida.

Eddie

Vi como Samira salía corriendo, me siento el ser más miserable del mundo.

-¿QUÉ DEMONIOS VIEJO? ¡ESTAS LOCO! ¿POR QUE LA TRATASTE ASÍ?- Gareth se había puesto de pie.

Intente que mi voz no se quebrara y mantenerme sin expresión.

-Ella quiso esto.-

-¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ SE UNIÓ A LAS PORRISTAS?-

Gareth es el único que hablaba o más bien gritaba, los demás chicos estaban en silencio sin creer lo que acababa de pasar. No podía con esto no más.

-¡CONTESTA!-

Me levanté de la silla en la que estaba sentado. -A MI NO ME GRITAS, OISTE, ESTE ES MI PUTO CLUB Y ACEPTO Y CORRO A QUIEN YO QUIERA, ¿QUIERES SEGUIR TÚ?-

Gareth solo negaba con la cabeza. -Estas mal.- dijo ya sin gritar. -Te vas a arrepentir de esto.- los demás nos miraban con miedo sobre todo los niños.

-Largo todos.- dije mientras volvía a mi asiento, nadie se movió. -¡DIJE LARGO!- de un manotazo tire lo que estaba a mi alcance en la mesa.

Jeff y Collin agarraron sus cosas y abrazaron por los hombros a los niños para sacarlos.

-¿Qué pasó Eddie? Habla conmigo, podemos arreglar esto.-

Me recargue con los codos sobre la mesa mientras sostenía mi cabeza en mis manos.

-Vete.- sentí su mano en mi hombro. -Solo déjame solo.- después de un rato escuche la puerta. No pude más y llore, llore tanto sintiendo todo el dolor de mi pecho, toda la desesperanza, todo lo que perdí.

 No pude más y llore, llore tanto sintiendo todo el dolor de mi pecho, toda la desesperanza, todo lo que perdí

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La nueva porristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora