Más que suficiente

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Maneje lo más lejos que pude de Los Ángeles antes de que el cansancio pudiera conmigo, realmente ahora no tenía rumbo así que solo para alejarme maneje a San Diego para poder descansar y ver que iba a hacer con mi vida ahora que estaba completamente sola.

Ya en el hotel después de comer algo ligero me acosté, iban a ser las 3 de la mañana y solo podía dar vueltas en la cama, ya no me quedaban lágrimas para derramar y menos por las personas que debían cuidar de mí y lo único que hicieron fue hacerme a un lado.

Después de mucho tiempo logré quedarme dormida. Al día siguiente estaba muriendo de hambre cuando me fije en el reloj era casi la 1 de la tarde, tome algo de dinero y fui a la playa, siempre me he sentido tranquila viendo el oleaje, sintiendo la arena en mis pies, tal vez el mar me pueda dar una respuesta de cuál es el siguiente paso en mi vida.

Me senté en la playa pensando en todos los sucesos que me han traído hasta aquí todo lo que se supone iba a ser mi vida y la incertidumbre que siento hacia el futuro en este momento. Siempre supe como sería mi vida saliendo de secundaria y ahora no sabía que iba hacer el día de mañana.

Cuando ya estaba oscureciendo decidí regresar al hotel. Después de pensarlo mucho decidí que no les iba entregar mi futuro a todos los que me lastimaron, regresaría a Hawkins terminare la secundaria y entraré en la universidad que quiera y así podré largarme lo más lejos posible y olvidarme de todos ellos.

El viaje de regreso fue más largo ya que no me emocionaba regresar para nada, llegue el jueves en la noche a Hawkins. Estacione en la casa y entre.

-¿Dónde demonios has estado?- Marjorie grito en cuanto entré yo solo la ignoré y subí a mi habitación con mis maletas. -Te estoy hablando niña.-

-Déjame en paz.-

-No me hables así soy tu madre.-

-Tú no eres mi madre solo me pariste.-

-Eres una insolente, lo único que haces es hacerme la vida imposible. Habló el director Higgins para decirme que golpeaste a la pobre de Heather y preguntar porque no te habías presentado a la escuela después de la suspensión además tu padre ha estado llamando sin parar para ver si habías llegado.- simplemente la ignoré y me encerré en mi habitación.

Viernes

Me levanté y me arreglé para ir a la escuela. Me sentía realmente sin ganas de hacer nada y mucho menos quería ir a la escuela pero necesito recuperar mis notas para poder entrar a la universidad.

Llegué y todos me veían, en parte era por lo que había pasado con Heather y en parte porque tenía unas ojeras terribles, mi cabello era un desastre y estaba sin el uniforme de porrista. Parecía un muerto viviente y me sentía en piloto automático.

Estaba siendo borde con todos los que se me acercaban sin importar quien fuera. Antes del último periodo sentí una mano en mi brazo que me arrastró a un salón vacío.

-¿Qué te pasa Steve?-

-¿Qué demonios te pasa a ti?-

-No sé de que hablas.-

-Mira Samira, sé que los últimos meses no han sido los mejores para ti, tambien sé que algo paso con Billy pero no puedes tratar así a las personas y menos a las que han estado ahí para ayudarte.-

-No sé que demonios hablas, no ha pasado nada ¿por qué vas a hacerle de niñera de alguien más?-

-Ahí está eso, esa actitud de mierda que tienes hoy.- intente salir pero me cerró el paso. - ¿qué pasa? habla conmigo.

-¿Quieres saber qué pasa?- asintió levemente. -Soy una basura, no valgo nada, nadie me quiere ni siquiera mis padres, no soy suficiente para las personas que creía mi familia Munson y Grant me desecharon a la primera oportunidad que tuvieron.-

-Samira.- intentó acercarse a mí.

-No Steve.- lo aparte con una mano. -No quiero tu lastima suficiente tengo con la mía, solo quiero que todos me dejen en paz, no necesito a nadie, me oíste.- salí del salón directo al estacionamiento, no podía seguir aquí todo era demasiado para mí.

Eddie

Vi que Harrington arrastraba a Samira a un salón y me acerqué para intervenir si ella me necesitaba, podía escuchar perfectamente su conversación.

Me di cuenta de que era más imbécil de lo que creía, escuchar a Samira hablar así con Steve, la forma en que se refería a ella tenía que arreglar esto y aunque ella no esté conmigo tiene que saber que nada de esto fue por ella.

Maneje hasta su casa, baje y toque la puerta en lo que esperaba que abriera pensaba en todo lo que le diría.

-¿Qué haces aquí?-

-Necesitamos hablar.- iba a cerrar la puerta pero puse mi mano evitando que lo hiciera. -Por favor Sami 5 minutos después haré todo lo que quiera, si quieres que no te vuelva hablar y que me aleje de ti lo haré solo déjame hablar contigo.- quité mi mano y ella me cerró la puerta en la cara.

Sentí que las lágrimas picaban mis ojos, suspire y me gire para irme cuando ella abrió la puerta.

-Tienes 5 minutos.- de inmediato entre.

-¿Podemos sentarnos?-dije cuando vi que ella se quedó en la puerta.

-Como quieras.- camino a la sala y yo fui detrás de ella, me senté enfrente.

-Lo lamento tanto por todo.- no habíamos estado tan cerca desde hace mucho sin embargo parece que estamos a kilómetros de distancia.

-¿Es lo único que tienes que decir? Porque si es así te puedes ir ya Edward.-

-No, no es lo único.- suspire. -Te mereces una explicación por mi actitud.- ella solo me miraba fijamente.

-Te quedan 4 minutos.-

-Sentía que me estabas dejando y no podía hacer nada para detenerlo.- no había otra forma de decirlo. -Pensé que te habías dado cuenta de que los demás tenían razón, que soy un freak un fracasado, un criminal, solo basura de remolque.- intentaba con todas mis fuerzas no llorar pero era imposible.

-¿Cómo puedes creer que yo pensaría así de ti?- una vez más los hermosos ojos de Samira estaban llenos de lágrimas por mi culpa.

- Sabes como ha sido mi vida, sabes lo que pasó con mis padres. Yo solo tenía miedo, tenía tanto miedo que te fueras, no podía soportar que me abandonaran de nuevo, no tú y cuando empezaste a alejarte de mí yo no pude evitar pensar eso y te empujé, creí que te estaba dando una salida para que pudieras encontrar algo mejor.- para este momento los dos estábamos llorando. -Creí que si yo era el que te alejaba no iba a doler como lo hace.-

-Eddie.- susurro.

-Estoy aquí sentado pensando en todo el daño que te hice la forma en que te hice sentir, lo lamento tanto.- me puse de pie y fui a su lado. -Sami.- tome su rostro en mis manos para que me viera a los ojos. -Eres más que suficiente, eres mucho más que eso y lamento que mis actitudes te hayan hecho creer lo contrario.- la abracé, tenía que decirle lo que sentía y no podía verla a los ojos para eso. -Sin importar que decidas quiero que sepas que eres mi mejor amiga y siempre lo serás, gracias a ti soy quien soy y te agradezco infinitamente por eso y por todo el tiempo que estuvimos juntos.- tome un suspiro largo y me acerque a su oído. -Estoy enamorado de ti.- tomé su barbilla e hice que mirara nuevamente. -Te amo mi niña.- le di un beso largo en la frente y la abracé fuerte.

Después de un minuto la solté y salí por la puerta, me subí a la van y manejé hasta el remolque. Por alguna razón esto se sentía como una despedida.

 Por alguna razón esto se sentía como una despedida

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La nueva porristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora