Atención esta parte tiene escenas +18. si te incomoda por favor salta el capitulo.
Samira
Cuando se fue Eddie solo pude llorar, después de un rato pude calmarme. Me levante y tome las llaves del auto maneje con una decisión tomada. Llegue al parque de remolques y al acercarme pude ver a Eddie sentado en las escaleras fumando. En cuanto vio el auto se puso de pie.
-Samira.-
Baje del auto directo hacia él, él se acerco a mi arrojando el cigarrillo en el camino cuando estuvimos a centímetros me arroje a él conectando nuestros labios. Al principio se puso rígido pero de inmediato correspondió el beso. Nos besábamos desesperadamente tratando de recuperar todo el tiempo que perdimos.
Eddie me cargo por los muslo y rodee su cuerpo con mis piernas, camino de regreso al remolque, en un momento ya estábamos en su habitación y me dejo suavemente en su cama, se separó de mi para cerrar la puerta e inmediatamente estaba encima de mi dando besos húmedos en mi cuello y la línea de la mandíbula.
-Por favor Eddie, por favor, hazme tuya.- gruño bajo en mi cuello y sentí como apretó su agarre en mi cintura.
Se puso de rodillas entre mis piernas, tomo el dobladillo de mi playera para quitármela y lo mismo hizo con mi pantalón dejándome en ropa interior, sus ojos recorrieron todo mi cuerpo su mirada llena de lujuria me hizo desearlo más. Después de unos segundos tomo una de mis piernas quitando mi tenis y mi calceta luego hizo lo mismo con la otra, comenzó a dejar suaves besos en mi tobillo y fue subiendo poco a poco por mis piernas y así siguió hasta llegar a mis pechos, puso sus manos en ellos y los apretó un poco mientras dejaba besos en mi clavícula.
-Por favor Eddie, te necesito.- gemí suavemente en su oído.
Se separo un poco de mi y veo sus ojos dilatados tanto que casi se ven negros, es como si algo lo hubiera poseído, prácticamente me arranca la poca ropa que tenía y me empieza a besar con desesperación mientras intenta quitarse la ropa, lo ayudo con el cinturón en lo que tira de su playera, verlo completamente desnudo fue algo que se me grabo a fuego en el cerebro, sin lugar a duda es mi imagen favorita de él.
Mientras estaba de pie, tomo mis tobillos y jalo de mi hasta que quede en el borde del colchón, mis piernas colgando con las rodillas dobladas y los pies en el suelo. Luego, se arrodilló.
-¿Qué haces?- intente cerrar las piernas, pero sus manos están allí, abriéndolas con las palmas de las manos contra mis rodillas.
-Voy hacer que te sientas tan bien cariño.- Y empieza a lamer mis pliegues con sus manos moviéndose en caricias suaves y relajantes sobre mis caderas y muslos.
-¡Joder Eddie!- mis ojos se cerraron por el placer, sentí que clavaba sus dedos en mi muslo.
-Cariño mírame, se una buena chica para mi.- abrí los ojos para ver como enterraba su cara entre mis piernas y continua su recorrido con su lengua directo a mi clítoris, movió una mano hacia mi entrada y sin dejar de mirarme a los ojos hundió su dedo medio en la cálida humedad de mi canal.
Soy un desastre de gemidos y murmullos cuando por fin encuentra ese punto dulce dentro de mi y comienza a rozar sus dedos contra el, su boca pegándose a mi clítoris y succionando hasta que me retuerzo como si estuviera poseída. Poco después me corro con tanta fuerza que mi espalda se arquea, me quedo congelada ahí con los ojos cerrados sintiendo felicidad absoluta.
Eddie observa el desastre que estoy hecha con una sonrisa se pone de pie y me ayuda para acostarme bien en la cama, me preocupo un poco al ver como bombea la gran erección que tiene, es muy grande y no creo que entre pero sigo en mi felicidad post orgásmica y lo único que sale de mi boca es.
-Fóllame Eddie por favor.-
-Tus deseos son ordenes.- se acomodó entre mis piernas comenzó a besarme, recargo todo su peso en uno de sus brazos que coloco a lado de mi cabeza. Se acerco a su mesita de noche y saco un condón.
-No, quiero sentirte, realmente sentirte.-
-Sami, yo no estoy seguro, no se si pueda controlarme nunca he hecho esto sin condón.-
-Por favor Eddie necesito sentirte.-
-Esta bien.-
Acomodo su polla en mi entrada y entro en mi dolorosamente lento mientras empezó a dar besos húmedos en mi cuello agarrando un poco de mi piel entre sus dientes y succionando un poco, sentía como mis paredes se estiraban mientras entraba cada vez más profundo hasta llegar a su empuñadura, estaba completamente llena de él.
-Eddie... eres... tan grande.- gemía en su oído y el gruño en mi cuello.
-Samira estas tan apretada.- comenzó a penetrarme lento pero pronto acelero el ritmo, poco a poco lo hacía más rápido y más duro.
Es tan abrumador tenerlo por fin dentro de mi, es tan grande que siento que roza tan profundo dentro, siento un dolor abrasador que se siente como una quemadura cada que me embiste. Siento como mi cuerpo se tensa mas cuando sube de intensidad, clavo mis uñas en su espalda, mi mandíbula y mis ojos están tan apretados. Intento soportar lo mejor que puedo el dolor, esto era lo que mas deseaba, deseaba a Eddie con tantas ganas que estoy segura que puedo aguantar lo que sea.
-Samira.- su voz sonaba preocupada. -Mírame cariño.- detuvo las embestidas. Abrí los ojos que ya estaban acuosos por las lagrimas que amenazaban con derramarse, seguí con la mandíbula apretada y el ceño fruncido, a pesar de que ya no se movía seguía sintiendo dolor.
-¿Que pasa cariño, estas bien?- acaricio mi mejilla mientras estudiaba mi rostro.
-Si, Eddie, estoy bien. Sigue, yo aguanto.- pude ver como la preocupación de su cara se convertía en desconcierto y vi en sus ojos el momento exacto en que su cerebro hizo click.
-Samira.- se separo un poco de mi para observarme bien. -¿Eres... eres... virgen?-
-S-si.- mi voz tembló un poco al decirlo. -Bueno... lo era.-
Salió lentamente de mi, solté un quejido de dolor, cuando salió el dolor se convirtió en una pequeña presión en mi vientre que poco a poco desaparecía.
-Samira, ¿por que no me dijiste?- la preocupación inundo su rostro nuevamente, yo me senté abrazando mis piernas y él se sentó a la orilla de la cama.
-Yo... n-no... no lo sé- tartamudeé un poco. Estaba algo avergonzada.
-Debiste decirme, esto no esta bien.- mi corazón se encogió.
-¿No esta bien?-
-No, tu y yo no debimos...- me puse de pie.
-¿No debimos?- en ese momento mi mente entendió lo que pasaba. -Espera.- comencé a dar vueltas por su habitación. -Tu creíste que ya no era virgen, seguramente creíste lo que dicen de mi, que me acosté con los del equipo, que me acosté con Billy.- Me sentía enferma, enojada. -Por eso volviste hablar conmigo, porque pensaste que seria fácil meterte entre mis piernas ¿cierto?- enterré mis manos en mi cabello.
-Samira no es así, cálmate.- se puso de pie e intento tomar mi brazo pero aparte su mano de un golpe.
-¡No me toques!- comencé a caminar por su habitación recogiendo mi ropa.- No vuelvas a tocarme, me oíste.- comencé a vestirme, me sentía humillada y traicionada. -Soy tan estúpida.-
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La nueva porrista
FanfictionEl destino junto a un par de chicos que se sentían perdidos en la vida, un comentario sin malas intenciones los alejara el uno del otro. Donde Samira se convertirá en lo que más odia Eddie o Donde Eddie será la peor pesadilla de Samira. #1 en Chri...