Navidad en familia

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Después de hablar con Wayne, Tessa y Devon organizamos todo para que pudieran venir a pasar navidad con nosotros.

Ya casi era navidad y estaba ocupada arreglando todo para la cena en casa y para el cumpleaños de Eddie que serían unos días, Gareth me ayudó a mantener a Eddie ocupado para que no se diera cuenta de nada.

Estábamos en el supermercado comprando unas cosas para la cena, los chicos me habían acompañado.

—A Wayne le encantó la idea de la cena en familia.

—Si también a mis padres, están emocionados por esto— dijo Gareth mientras ponía cosas en el carrito. —¿Quién hará la cena Sami?

—Yo.

—¿Sola?— preguntaron al unísono.

—Pues sí, no hagan esas caras saben que cocino bien.

—Si, no es eso.

—Es mucha comida para que la hagas sola— Eddie me abrazó para ver todo lo que había en el carrito.

—No es tan difícil.

—Podríamos ayudarte si quieres cariño.

—Si, podemos ir temprano y ayudarte con todo. ¿Qué dices Sami?

—Sí claro, me encanta la idea.

—Perfecto.

Pagamos y llevamos todo a mi casa. El 25 de diciembre llegaron los chicos temprano.

Me levanté temprano para comenzar a arreglar todo. La casa ya estaba adornada, papá y yo lo hicimos cuando Marjorie se fue. Por primera vez siento que puedo disfrutar de una navidad.

Se sentía un poco extraño ya que no sabía como era una navidad en familia, nunca habíamos festejado en casa, esperaba que todo saliera bien.

Los chicos llegaron poco después.

—Hola chicos, ¿qué es eso?— pregunté al ver las cosas que cargaban.

—Wayne hizo galletas para todos, están crudas, dijo que si no había problema las podríamos hornear aquí para que estuvieran calientes para la cena.

—Mamá insistió en preparar una ensalada, es de manzana— dijo Gareth con una sonrisa.

—No tenían que hacerlo chicos.

Después de que dejaran todo en el refrigerador, los chicos se pusieron los mandiles que les di y empezaron con los que les pedí.

Era muy divertido tenerlos aunque olvide lo juguetones que se ponen. Estaba terminando el relleno del pavo cuando una papa salió volando a mis pies.

Me giré para verlos y ambos se quedaron quietos señalándose entre sí.

—Fue él.

—No es cierto Sami, fue Eddie.

—Vamos chicos todavía falta mucho.

—Sí señora— dijeron al unísono haciendo una saludo militar.

Siguieron jugando un poco pero ya casi estaba todo listo solo faltaba montar la mesa y que se terminara de cocer el pavo.

—Bueno, tengo que ir a arreglarme ¿los puedo dejar a cargo del pavo?

—Claro— dijo Eddie aventándole un chícharo a Gareth.

—¿Seguro que no van a quemar mi casa?

—No prometo nada— dijo Gareth con una sonrisa.

Negué con la cabeza y salí de la cocina directo a mi cuarto. Tome todo para una ducha y antes de llegar al baño unos brazos me rodearon.

—Hola cariño.

La nueva porristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora