Husk
Vivir en el hotel no estaba tan mal, lo tenía que reconocer. Me estaba comenzando a acostumbrar a pasar mis tardes en la barra, limpiando con el mismo paño los vasos, sirviendo copas, bebiendo alguna que otra botella de vino cuando mi jefe no miraba, escuchando de pasada las conversaciones entre el resto de mis compañeros. Aunque tampoco es que tuviera muchos.
El hotel últimamente estaba más vacío que de costumbre.
Sir Pentious se encerraba en su cuarto de inventos durante horas todas las tardes, saliendo de su guarida ocasionalmente para tomar algo de aire fresco o para ir a por piezas a un taller en la otra punta de la ciudad... ese tío estaba loco. Angel estaba trabajando en su dichoso estudio como esclavo sexual con jornada doble en las últimas semanas, pasándose solo por las noches a tomar una copa antes de irse a dormir agotado. Aún así el chaval se esforzaba por intentar parecer estar bien, con su actitud arrogante y coqueta. Puede que eso funcionara con la mayoría de gente, pero yo me daba cuenta de la máscara que llevaba las 24 horas del día.
Charlie y Vaggie pasaban la mayor parte del tiempo juntas organizando los futuros planes para atraer a más inquilinos al hotel. Estrategias de marketing, publicidad, campañas... sinceramente ya había perdido la cuenta de la cantidad de proyectos que tenían en mente. Se veían ilusionadas. Tanto que me daba hasta pena decirles que no creía que tuvieran éxito. Así que cuando venían al bar a contarme sus nuevos planes de futuro, me dedicaba a asentir lentamente, esperando que algún día se dieran cuenta por sí solas de que este proyecto, este "milagroso" hotel que hace que los pecadores se arrepientan y vayan al cielo... Es una gilipollez.
No creía que los pecadores pudieran cambiar, y no lo creía porque había observado con mis propios ojos el tipo de personas que había en el infierno. Había convivido con ellos toda mi vida. Y sí, puede que algunos fueran mejores que otros, pero al fin y al cabo todos estaban hechos de la misma mierda. Ni siquiera yo me libraba.
Así que cuando Alastor nos trajo a Niffty y a mí a este dichoso lugar, me quedé pensando en qué coño habría visto en este negocio. Estaba claro que el hotel estaba en malas condiciones, se caía a pedazos. Venía con suerte una persona cada dos meses preguntando dónde estaba el servicio. No recibíamos llamadas, ni huéspedes, a nadie. Y sin embargo aquí estábamos, trabajando en el mismo edificio durante meses, esperando ansiosos a que por fin alguien se cansara de todo esto y tirara la toalla.
- Husk, te toca
- ¿Eh? - Pregunté, mirando a la joven que se encontraba a mi derecha, cruzada de piernas.
Charlie había tenido la espléndida idea de hacer un ejercicio para reforzar la confianza entre todos. "Yupii". Odiaba que nos arrastrara a hacer actividades infantiles de mierda que estaba claro que no ayudaban en nada. Pero ahí estaba, con todos mirándome y sin tener ni puta idea de qué tenía que decir o hacer.
- ¿Y qué digo?
- Ugh... ¿Cuántas veces lo voy a tener que repetir? - Vaggie se llevó la mano a la frente, desesperada. - Tienes que contar una anécdota vergonzosa de tu vida.
- Yo no tengo anécdotas vergonzosas. - Digo, cruzándome de brazos y mirando hacia mi izquierda. No se me ocurría ninguna historia, pero aunque tuviera cien anécdotas que contar, no las compartiría jamás con un grupo de imbéciles happyflowers.
- Podemos pasar al plan B y contar historias salvajes - Dijo Angel, guiñando un ojo y jugando con los mechones de su pelo. Charlie suspiró.
- Chicos, necesito vuestra colaboración para que esto salga bien. Entiendo que creéis que esto es una tontería, pero va a ayudarnos a confiar entre nosotros-
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𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭
Hayran KurguEl hotel está yendo cada vez peor, y Charlie ya no sabe qué hacer para arreglarlo. Tras una reunión con la Junta en el cielo, los ángeles proponen lo siguiente: aceptarán el proyecto como método oficial de redención si Angel Dust, la famosa estrella...