Charlie
Dos días antes...
- Es por entretenerte, ¿verdad? Cuando apareciste por la puerta el primer día dijiste que solo aceptabas ayudar porque te entretenía todo esto. ¿Te lo has pasado bien?
Miré a Alastor a los ojos, buscando alguna reacción por su parte que fuera distinta a la indiferente sonrisa que siempre mostraba. Me acababa de enterar de que tanto mi novia como mi supuesta mano derecha en el proyecto me habían estado mintiendo a la cara durante veinte días, con todo el descaro del mundo.
Había estado cargando con un estrés sobrehumano los últimos días. Cada segundo que pasaba era uno menos para el fin de mi proyecto. Llevaba desde que era pequeña queriendo hacer algo que ayudara a los demonios, algo que me hiciera sentir como si ser parte de la realeza fuera realmente útil. Desde que tenía uso de razón, miraba a mis padres y pensaba en que aspiraba a ser como ellos. Dos personas que se rebelaron contra lo establecido, y que, a pesar de haber sido pisoteados y excluidos del cielo, habían conseguido fundar de la nada una ciudad gigantesca, haciendo que el infierno fuera mucho más llevadero para las almas que habitaban en él. Esa era mi oportunidad de demostrar que yo también podía hacer algo por mi pueblo, que podía luchar contra el exterminio y proteger a mi gente.
Había puesto sudor y lágrimas en ese hotel. Había estado años planeando la idea y meses organizándolo todo. Aquel era el resultado de muchísimo tiempo de esfuerzo y dedicación.
Todo para que el hotel no tuviera huéspedes.
No sabía si era por mí falta de carácter y de convicción o si era por la poca fe que tenían los demonios en la redención, pero había algo que fallaba. Sabía que la credibilidad del proyecto aumentaría con la aprobación de las serafinas, y la propuesta de Sera era realmente buena. Pero no estaba dispuesta a dejar atrás a ningún miembro del grupo. Angel, aunque al principio no se hubiera mostrado muy involucrado con el tema de cambiar, había sido la primera persona en confiar en mí. Si alguien merecía ir al cielo, era él, y no pensaba dejar que no fuera recompensado por sus avances.
La persona a la que le correspondía tomar esa decisión era yo. Vaggie había sido un pilar fundamental en mi vida en ese último año, y desde luego había estado ayudándome a montar el hotel, pero el trabajo que habia detrás venía de mucho antes. Ella no tenía derecho de decidir el futuro del proyecto junto con Alastor, a mis espaldas.
Lo que más me dolía era el hecho de que me hubiera mentido. Podía soportar muchas cosas, de verdad que tenía una paciencia que valía oro. Pero la confianza era una de las cosas que más valoraba en cualquier tipo de relación, y cuando me fallaban una vez, se me hacía muy complicado volver a confiar de la misma manera que antes.
Mi enfado parecía aumentar a cada segundo que pasaba, al cruzar mi mirada con la de cualquiera de las dos personas que tenía delante. La imagen de Angel con lágrimas en los ojos se repetía una y otra vez en mi cabeza. Había salido a paso rápido, casi corriendo, para que no le viéramos llorar. Husk había ido detrás suya, y solo esperaba que le hubiese dicho algo que le hiciera sentir mejor después de enterarse de aquello.
No era justo. No era justo que me desplazaran de algo que me había pertenecido desde el principio. No era justo que hablaran de decisiones que no les correspondían sin hacérmelo saber. Ni tampoco que nadie me tomara en serio, tratándome como a una niña pequeña.
Estaba harta, estaba...
- Charlie... - Una mano en mi hombro me hizo mover ligeramente la cabeza. Fue entonces cuando, al sentir el tacto de Vaggie, me di cuenta de que mi aspecto estaba cambiando ligeramente.
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𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭
FanfictionEl hotel está yendo cada vez peor, y Charlie ya no sabe qué hacer para arreglarlo. Tras una reunión con la Junta en el cielo, los ángeles proponen lo siguiente: aceptarán el proyecto como método oficial de redención si Angel Dust, la famosa estrella...