Angel
- Es... raro.
- No es raro.
- Claro que lo es.
Rodé los ojos ante la insistencia de Cherri en forma de respuesta. Observé cómo ella se dejaba caer sobre las sábanas de mi cama recién hecha. La pequeña Niffty me mataría si se enterara de que su hora limpiando mi habitación no había servido para nada. En menos de media hora, ya había nuevamente ropa por el suelo, encima de la silla, maquillaje puesto de aquella manera sobre la mesa y un montón de arrugas en la cama. No me consideraba una persona precisamente ordenada. Más bien era un desastre.
Cherri estiró las piernas sobre mi cama como si fuera la suya, sus botas manchadas dejando huellas de polvo por todas partes. Me la quedé mirando con una mezcla de resignación y una sonrisa torcida en los labios. Podría haberle dicho algo, pero ¿para qué? Ella era tan desordenada como yo, y probablemente, si le decía algo, solo terminaríamos tirándonos cojines a la cara.
- En serio, Angel, es raro - repitió, cruzando los brazos por detrás de la cabeza mientras me miraba de reojo.
- Vale, vale, ¿y qué tiene de raro? - le respondí, haciendo un gesto vago con la mano mientras recogía algunas prendas del suelo, más por inercia que por verdadera intención de limpiar. Sabía que la pregunta le iba a dar cuerda para seguir hablando.
Habían pasado un par de días desde que Pentious se envalentonó para ir a hablar con Cherri. O más bien, para ir a ligar. Al principio, cuando la pelirrosa lo vio caminar hacia ella, pensó que querría arrancarse los pelos del aburrimiento. No es que se llevaran especialmente bien, y mucho menos teniendo en cuenta que la serpiente era pésima a la hora de tener cualquier tipo de diálogo con una mujer. Empezó con un saludo tímido y una respuesta borde por parte de mi amiga, como siempre. Pero, sorprendentemente, acabaron hablando durante más de dos horas, sin que ninguno se distrajera ni tan sólo un segundo mirando el móvil. Y con ninguno me refería a Cherri, que estaba mucho más adicta que yo a las redes sociales.
Desde entonces, los dos habían empezado a tener la costumbre de charlar en el lobby del hotel, y Cherri estaba convencida de que la situación era demasiado extraña.
Cherri bufó, dejando caer los brazos a los costados, casi golpeándome en el proceso.
- Es raro porque... no sé, Angel. No me jodas, ¿quién habla con Pentious por dos putas horas y no se mete un tiro? - Soltó una risa nerviosa que se transformó en una mueca de frustración. Se retorció un poco para quedar de lado, mirándome de frente.
- Mira, si te está gustando que te tire la caña, solo dímelo y me río de ti de una vez - dije, encogiéndome de hombros. Puse mi mejor cara de inocente, pero sabía que la estaba provocando.
Cherri me fulminó con la mirada, y durante un segundo pensé que me iba a pegar. Pero en vez de eso, me dio un manotazo suave en el brazo y resopló.
- ¡No es eso, cabrón! O bueno... - Se quedó callada unos instantes, incorporándose y llevándose los dedos a la barbilla, como si le ayudara a aclarar sus pensamientos.
- ¿Cherri? - Pregunté, alzando una ceja y con una sonrisa burlona. - ¿Te gusta que te tire la caña?
- ¡Claro que no! - Gritó, tirándome una almohada.
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𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭
FanfictionEl hotel está yendo cada vez peor, y Charlie ya no sabe qué hacer para arreglarlo. Tras una reunión con la Junta en el cielo, los ángeles proponen lo siguiente: aceptarán el proyecto como método oficial de redención si Angel Dust, la famosa estrella...