~ Capítulo 22 ~

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Angel

- Tony, ¿te importaría no apuntarme literalmente a los ojos con el foco?

- Perdón. - Contestó, bajando la luz un poco para que iluminara mi cara, pero sin llegar a provocarme una ceguera para el resto de mis días. El calor de aquel foco era abrasador, y estaba luchando por contener el sudor de mi frente, si es que eso era posible.

Juraba por Lucifer que si no arreglaban el aire acondicionado del estudio esa semana iba a matar al de mantenimiento. Puede que estuviéramos en invierno, pero dentro de ese edificio era como si las estaciones del año funcionaran de manera distinta. Siempre hacia calor. Valentino decía que esa era la gracia, que el calor y el sexo estaban profundamente relacionados y que si sudaba nada más entrar a su planta era buena señal. Bien, pues le podían dar por culo a su lógica de mierda. Yo quería aire acondicionado.

Había sido una tarde ajetreada. Llegué al estudio sobre las cuatro de la tarde, e inmediatamente tuve que ir a cambiarme y a hacer un rodaje de dos horas. Después de una estúpida e insuficiente pausa de treinta minutos, me mandaron a una sesión fotográfica a la planta de Velvette, porque según Val: "La iluminación desde sus ventanales es mejor para las fotos". Al menos ahí tenían ventiladores en el techo, así que no me quejaba. Estuve probándome ropa incómoda y provocativa, e incluso posando desnudo en varias ocasiones durante el resto de la tarde, y cuando me di cuenta, la noche amenazaba con aparecer. Después me dejaron darme una ducha, (por fin) y cuando pensaba que ya había terminado y que me podía ir al hotel, me dijeron que me esperaban en la octava planta para grabar un anuncio.

No era el primero que grababa, pero sí que era cierto que recurrían a mí pocas veces para ello. Normalmente eran productos como lubricantes o juguetes, y, sinceramente, aunque estaba acostumbrado a que la gente me viera haciendo cosas mucho peores en la televisión, no me sentía cómodo anunciando ese tipo de productos. Realmente no me había sentido cómodo con nada de eso, nunca.

Sin embargo, siempre había pensado que, a pesar de que el 98% de mis compañeros de trabajo me caían mal, muchos eran buenos en su trabajo. Algunos eran auténticos brutos, pero otros eran maestros a la hora de besar. Era una pena que de hacerlo tanto hubiera dejado de disfrutarlo. Había asumido que el nivel más profesional en ese terreno se encontraba en mi ambiente laboral, aunque yo no lo apreciara. Al menos eso creía. Hasta que Husk me besó.

Desde que experimenté esa sensación sobre las doce del mediodía, no podía evitar comparar literalmente cualquier cosa que hacían mis compañeros, llegando a la conclusión de que todos eran infinitamente inferiores a él. Los besos me sabían agrios después de haber probado lo más dulce. Como cuando de pequeño llevaba toda mi vida pidiéndome el granizado de fresa en la heladería, hasta que un día me dio por probar el de limón, y nunca más volví a pedir el de fresa. La misma sensación de ¿dónde has estado durante todo este tiempo y por qué no te he descubierto antes? Bien, pues Husk era mi granizado de limón, por muy raro que suene.

Ya no quería sentir los labios de otra persona sobre los míos. No quería besar a nadie más porque ningún beso me parecía lo suficientemente bueno. El trabajo se sentía el doble de desagradable desde esa tarde, y solo esperaba que Valentino no se hubiera dado cuenta de mi pequeño cambio de actitud. Aunque creo que lo supe disimular bastante bien.

Después de un rato de estar ahí plantado, Tony finalmente me dio el visto bueno para comenzar. Me pasé una mano por el pelo para acomodármelo, asegurándome de que cada mechón estuviera en su lugar. No era que me importara demasiado cómo lucía, pero sabía que cualquier detalle fuera de lugar le daría motivos a Valentino para darme otro de sus sermones sobre "mantener la imagen".

- Cuando quieras, Angel - dijo Tony, con ese tono de hastío tan característico. Seguramente estaba tan harto como yo de estar aquí, pero al menos él no tenía que posar casi desnudo y fingir disfrutarlo.

𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora