~ Capítulo 32 ~

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Husk

- Soy una mala persona. Soy la peor amiga que ha existido en el mundo.

- Charlie...

- Ahora me va a odiar y no va a querer saber nada más de mí.

La princesa estaba al borde del estallar en un llanto, aunque ya había varias lágrimas amenazando con derramarse.

- Tranquilízate, nadie te odia. - Vaggie le puso una mano en el hombro, pero ella seguía tapándose la cara, dramática y con un agobio titánico encima.

- ¡Es todo un desastre! Ni siquiera me ha abierto la puerta cuando he ido a hablar con él.

- Charlie, ha pasado solo un día, dale tiempo. - Dije, con mi taza de café entre las manos.

Angel no le dirigía la palabra a nadie desde hacía casi 24 horas. A nadie excepto a Cherri, probablemente. Y digo probablemente porque su amiga había dormido fuera esa noche y todavía no tenía ni idea de lo que había pasado.

No es que tuviera nada en contra de los demás, pero él sabía perfectamente que el que pegara en su puerta lo haría con la intención de intentar consolarle, y no quería que nadie le diera lecciones de vida. Cuando Angel se enfadaba, era muy cabezota, así que le soltaría una bordería a cualquier persona que le dijera algo que no quería escuchar.

Aunque realmente a las únicas dos personas que no quería ni ver en pintura éramos Charlie y yo. Especialmente yo.

Habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo, y todavía no asimilaba lo rápido que se le había dado la vuelta a toda la situación. Hace un día estábamos bien, con el único problema de que su proceso de recuperación estaba siendo lento y con un enemigo en común. Y de repente, una conversación que empezó tierna y cariñosa, acabó convirtiéndose en un mar de acusaciones. Acusaciones de cosas que jamás haría.

Angel tenía derecho a estar enfadado conmigo, por supuesto. Había tomado una decisión sobre algo que le involucraba directamente a él sin hablarlo previamente. Lo correcto habría sido decirle a Charlie que su idea era demasiado precipitada, que primero tendríamos que esperar a que Angel se recuperara y que, después de su total rehabilitación, hablaría con él para saber si estaría de acuerdo o no.

Pero yo había tenido muy poca paciencia y demasiadas ganas de cargarme a ese cabrón. Así que sí, si quiere llamarme egoísta por tomar esa decisión, adelante. Que me lo llame.

Porque podría haber actuado de mil formas diferentes para que esto se acabara evitando. Y probablemente cualquier otra decisión habría sido más correcta que la que tomé. Pero tenía una cosa muy clara: no me arrepentía de nada.

Si Charlie me propusiera la idea de nuevo, la aceptaría otra vez. El tema de la apuesta se había convertido en lo único que rondaba en mi cabeza durante día y noche, y hasta hace unos días no estaba del todo seguro de si estaba siendo muy inteligente por mi parte meterme en un lío así. Pero cuando vi a Valentino cara a cara en aquel despacho, con esa sonrisa retorcida y sádica y esa apariencia de tenerlo todo bajo control, me di cuenta de una cosa: estaba acojonado. Solo hizo falta ver su expresión al enterarse de que el que iba a jugar era yo y no la princesa. Porque a pesar de que perdí mi alma frente a Alastor, mi reputación en el infierno seguía siendo la misma. Todos sabían que el demonio de la radio hizo trampas, y que yo era un auténtico experto manejando las cartas.

No es que pensara que fuera a ganar. Es sabía que iba a ganar.

Y merecía la pena arriesgarse con tal de ver a Angel feliz sin ser castigado por ello.

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⏰ Última actualización: Nov 18 ⏰

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𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora