~ Capítulo 12 ~

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Angel

- Acuéstate sobre el sofá. 

Asentí mientras colocaba mi cabello correctamente, acercándome y tumbándome lentamente sobre la superficie blanda. Coloqué mis piernas de manera estratégica, resaltando la longitud de las mismas, y eché mi cabeza hacia atrás, mirando directamente hacia la cámara. El flash no tardó en aparecer, acompañado de su característico "clic", que indicaba que me tocaba cambiar de posición. 

El fotógrafo me observaba con atención, ajustando la cámara y el ángulo para capturar cada detalle. Su mirada evaluadora se fijó en mí mientras yo adoptaba una nueva pose, doblando una rodilla y dejando la otra estirada, mis brazos descansando con aparente descuido sobre el sofá.

- Genial, ahora, mira hacia la izquierda y levanta un poco la barbilla.

Giré mi cabeza lentamente, mi mirada perdida en la distancia mientras mi cuerpo se arqueaba sutilmente para crear una línea más estilizada. El flash volvió a destellar, cegándome por un segundo.

Las sesiones fotográficas eran una de las partes más relajadas que tenía mi trabajo. Servían de respiro en el estudio. Lo único que tenía que hacer era posar, y me gustaba sentir que era el protagonista bajo los focos. La ropa que me había escogido Valentino mostraba casi todo mi cuerpo. Era una mini falda de color negro, con unas medias de rejilla muy provocativas y una blusa rosa totalmente transparente. Probablemente aquellas fotos saldrían en la portada de la próxima revista. La verdad era que estaba teniendo suerte: en otras sesiones anteriores había tenido que hacer cosas mucho peores. Al menos esta vez llevaba ropa. 

Me recosté de nuevo, esta vez sobre mi espalda, colocando una mano sobre mi pecho y extendiendo la otra hacia el lado. Cerré los ojos por un momento, dejando que una sensación de calma me invadiera. Al abrirlos, miré directamente a la cámara, permitiendo que la serenidad se reflejara en mi mirada.

El último destello del flash iluminó la habitación, y supe que la sesión había terminado. El fotógrafo bajó la cámara, una sonrisa satisfecha en su rostro.

- Hemos terminado. 

Asentí, levantándome del sofá y ajustando mi ropa. Sentí una mezcla de cansancio y satisfacción, sabiendo que había dado lo mejor de mí en cada toma. Observé al demonio frente a mí mientras revisaba las fotos, su expresión de aprobación confirmando que había hecho bien su trabajo. 

Al caminar por la sala para agarrar mi móvil, sentí la mirada de aquel hombre recorriendo mi cuerpo de arriba a abajo, pero no me importó. Me incliné sobre una de las mesas y contesté a un par de mensajes que me había mandado Cherri. Miré la hora: las cuatro. Tenía una hora para volver al hotel y ducharme antes de volver al estudio para el último rodaje del día. Últimamente estaba con el horario a tope: desde por la mañana hasta por la noche. Y sinceramente, no me quejaba. 

Me venía bien la excusa para evitar a Husk. 

Habían pasado tres días desde que lo besé en el pasillo. 

Sabía perfectamente que no me estaba comportando de manera madura y que parecía un adolescente huyendo de las personas que le caían mal en el instituto, pero no podía evitarlo. Cada vez que me cruzaba con Husk por los pasillos, sentía que me iba a dar un infarto. La misma mañana después de lo ocurrido me desperté temprano sabiendo que él normalmente se levantaba sobre las diez u once de la mañana. Pero al bajar las escaleras y encontrármelo en la cocina, tomándose un café, me entró el pánico. Y cuando dijo mi nombre para intentar iniciar la conversación... me inventé la excusa. 

No había colado, y lo sabía. Husk no era tonto, se conocía mi horario casi mejor que yo. Incluso en los peores días jamás había tenido un rodaje a las siete de la mañana, pero las ganas que tenía de salir de esa situación pudieron conmigo. Ese día decidí desayunar fuera, dar largas caminatas por la ciudad para matar el tiempo y, finalmente, ir a trabajar. 

𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora