~ Capítulo 11 ~

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Husk

La noche anterior estuve a punto de recaer.

No pude dormir del tirón, me despertaba cada quince minutos con un sudor frío recorriendo mi frente. Estuve revolviéndome entre las sábanas durante horas. Hacía tiempo que no tenía insomnio, pero recordaba perfectamente lo agobiante que era. Cuando me ocurría eso normalmente me dedicaba a beber hasta que el propio alcohol me atontaba, sirviendo como somnífero. Caía rendido sobre el colchón y descansaba el resto de la noche, con el único precio de una gran resaca al día siguiente. Pero esta vez no podía recurrir a lo mismo.

Salí de mi habitación sobre las cinco de la mañana, caminando por la oscuridad del pasillo hasta dirigirme al bar. No sin antes detenerme a mirar la puerta de Angel con una sensación intensa invadiendo mi cuerpo. Bajé las escaleras y, sin importarme una mierda mi progreso, me serví un whisky. Me había prohibido a mí mismo las bebidas fuertes, especialmente mi favorita, pero no había nada que me apeteciera más en ese momento que una buena dosis de aquel líquido ámbar.

Sin pensarlo di un trago, aunque no me bebí todo el contenido de una. Al sentir el ardor en mi garganta de nuevo un sentimiento nostálgico me invadió, y entonces sentí la culpa, resonando en mi interior más fuerte que nunca.

No era la solución. No estaba haciendo las cosas bien.

No podía retroceder unos segundos atrás en el tiempo, así que vacié el resto de la bebida en el fregadero, sintiendo lástima por aquellas gotas de alcohol caro y antiguo que jamás serían degustadas por nadie.

Y el resto de la noche me mantuve despierto. A ratos tirado en la cama intentando dormirme. Otras veces rindiéndome y tratando de leer un libro para distraerme. Pero nada servía, ni siquiera tenía concentración suficiente para prestarle atención a las palabras escritas sobre el papel.

Mi mente solo reproducía una y otra vez el momento del pasillo, en bucle.

Sabía que me estaba metiendo en un terreno peligroso. Sabía que estaba jugando con fuego y que, tarde o temprano, la bomba estallaría. Me había imaginado en múltiples ocasiones los posibles gestos que Angel podría tener, sabiendo que él sentía algo por mí. Creía que estaba preparado, creía que sabría como afrontarlo y que, cuando llegara el momento, lo gestionaría de la mejor manera posible.

Pero estaba completamente equivocado.

Me esperaba de todo, menos que Angel me besara.

Sabía que él era seguro de sí mismo, que ligaba conmigo y que hacía insinuaciones. Por supuesto que lo sabía. Pero jamás lo vi capaz de reunir el valor para dar un paso tan importante, para arriesgarlo todo en tan sólo unos segundos.

Después de analizar lo que había pasado, sentí el peso de la responsabilidad caer sobre mis hombros. Yo había tenido la culpa de lo que había ocurrido. Cherri me lo advirtió, me dijo que tuviera cuidado con las esperanzas que le daba a Angel, y creía que lo estaba haciendo bien.

Cuando me dijo de ir a celebrar nuestras dos semanas limpios no pensé que fuera un mal plan. Incluso creí que sería una buena motivación para animarlo a llegar al mes. Al llegar y ver que se había molestado en buscar un club de jazz únicamente porque era mi género musical favorito, pensé que estaría teniendo un detalle y devolviéndome el favor de escucharlo aquella noche en la azotea.

Las velas fueron una señal. Al igual que lo fue su comentario en mitad de la cena. Al igual que los roces de su brazo con el mío mientras caminábamos. Al igual que su cumplido...

Y aun así cometí el grave error de devolvérselo.

Ante un comentario como "estás muy guapo" no podía responder de otra manera. Habría quedado fatal si hubiese dicho un simple gracias. Me forcé a mí mismo a responder para no volver el ambiente incómodo, aunque en su lugar generé tensión.

𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora