Husk
La única relación estable y larga que había tenido, había sido en vida. Me negaba a contar las relaciones de instituto de dos años contados, porque ¿quién no ha tenido alguna? Esas no cuentan. Eran más juegos de niños que otra cosa. Pero esa relación, la de verdad, fue lo más cercano que estuve de algo serio, algo que podría haber durado si no hubiera sido por... bueno, por mí y mi eterna incapacidad para mantener algo bueno por mucho tiempo. Desde entonces, no había vuelto a intentarlo. ¿Para qué? Era más fácil no complicarse, y mantener las cosas simples, sin ataduras, sin promesas.
Lo bueno de los rollos de una sola noche es que son inmensamente más fáciles, aunque tienen su faena. No se trata solo de decir las palabras correctas o llevar la camisa perfecta. Es más bien como una partida de póquer: saber cuándo soltar una mano buena, saber cuándo retirarse y, lo más importante, saber leer a tu oponente. Y en mi caso, supongo que tengo algo de experiencia. Nada especial, eso de estar en un bar hasta el cierre o merodear por el casino hasta que se vacía. Ahí es cuando la gente empieza a sentirse valiente o borracha, o las dos cosas. Los más lanzados se acercan, te ponen una mano en la espalda, piden otra copa y te ofrecen compañía. Y, claro, a veces me he dejado llevar. ¿Por qué no?
Cuando no había amor de por medio, todo era mucho más simple. Dos personas. Dos copas de vino llenas hasta arriba. Una cama. Y una falta de interés por volver a ver a la persona de la noche anterior.
Algo a lo que recurrir muy de vez en cuando, sin más.
Pero no era ningún experto en ligar, ni mucho menos. Y precisamente por eso no estaba muy seguro de poder cumplir con lo que Pentious me estaba pidiendo.
- Anda, por favor, échame un cable. - pidió, su voz un poco más aguda de lo normal, mientras se retorcía las manos como si estuviera a punto de comerse las uñas.
Lo miré por encima de la copa que estaba limpiando, sin tener mucha prisa en contestar. Pentious no era de mis favoritos en el hotel, pero no era mala gente, solo un poco... insistente. Molesto, a veces. De esos que no captan bien cuando están jodiendo a los demás. Puede que fuera un poco irritante. Y que me molestara que arrastrara la "s" cada vez que hablaba. Y que tuviera un ejército de huevos idiotas paseándose por el hotel.
Vale, sí, me caía mal.
- ¿Me ves con cara de Cupido?
Se giró intentando ser discreto para mirar a Cherri, quién estaba tecleando algo de forma distraída en su teléfono tumbada en el sofá del salón, con Fat Nuggets tumbado en su barriga. Parecía totalmente ajena a nuestra presencia, y era entendible, teniendo en cuenta que el bar estaba en la otra punta de la gran habitación. Volvió a girarse hacia mí, poniendo esos ojos de pena para ver si surtían efecto.
Me dio la sensación de que llevaba rato armándose de valor para pedirme esto, y ahora que lo había hecho, no pensaba echarse atrás. Suspiré y dejé la copa sobre la barra, cruzándome de brazos.
- Por favor, sssssólo esta vez. Te lo prometo.
No sabía exactamente cuánto tiempo llevaba Pentious detrás de Cherri, pero estaba claro que ya lo había intentado todo a su manera. Por desgracia, su manera solía consistir en hablar demasiado, enredarse con tecnicismos y usar demasiadas eses. Y por la cara de aburrimiento con la que Cherri lo miraba, dudaba que hubiera llegado lejos.
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𝙃𝙊𝙋𝙀 ❧ 𝐇𝐮𝐬𝐤𝐞𝐫𝐝𝐮𝐬𝐭
FanfictionEl hotel está yendo cada vez peor, y Charlie ya no sabe qué hacer para arreglarlo. Tras una reunión con la Junta en el cielo, los ángeles proponen lo siguiente: aceptarán el proyecto como método oficial de redención si Angel Dust, la famosa estrella...