Tsunade se dirigía a la oficina en compañía de Shizune. Su mente aún merodeaba la chica que había dejado en la cama del hospital. Se sentía contrariada. Por un lado, estaba preocupada por el episodio de ira de Athena, pero, por el otro, la alegría y ternura la llenaban al recordar la cara de la chica cuando supo de la preocupación del equipo Gai. Había estado allí cuando pasaron a verla, y Athena les pidió perdón. Se sentía orgullosa de esos chicos, pues habían manejado la situación con madurez. Sin embargo, aún no se recuperaba del susto que se había llevado cuando Gai la había ido a buscar para que curara a Athena.
Chica tonta, aún tenía pendiente un sermón por el mini infarto.
—¿Lady Tsunade?
Una voz a su lado interrumpió sus pensamientos. Se había olvidado de que su asistente estaba con ella.
—Shizune, hay que investigar qué fue lo que le pasó. Un arrebato de ira no termina en superfuerza y velocidad. ¿Viste todos esos hematomas en sus brazos y piernas? Neji tuvo que bloquear sus ataques con seriedad. Ni siquiera la adrenalina podría desencadenar algo así.
—Derribar un árbol de un puñetazo..., así como usted.
—Sí, pero yo no me fracturo los brazos al hacerlo. —Tsunade detuvo sus pasos—. Es como si tuviera la fuerza para hacerlo, pero no la resistencia y el control necesario.
—¿Se refiere al control del chakra?
Tsunade se puso la mano en el mentón mientras pensaba.
—Sí, con un buen control de chakra, las extremidades no sufren daño alguno, ni siquiera se siente dolor. —¿Por eso Akira se la había enviado? ¿Eso era de lo que hablaba en la carta?—. Hay que hacerle unos análisis ahora que está en el hospital.
—Milady, ¿y si al final sí es un peligro? Quizá debimos de ser más precavidos con ella.
Tsunade arrugó el entrecejo y la miró de soslayo.
—¿Qué?
Shizune agitó las manos a modo apaciguador.
—Lady Tsunade, s-solo estoy preocupada por lo que la situación de Athena pueda desencadenar.
¿De qué demonios estaba hablando Shizune? Se giró para encarar a su asistente y se posó una mano en la cintura.
—La chica ha estado más de medio año en Konoha, y todo iba normal; ¿vamos a considerarla un peligro porque perdió la cabeza durante un entrenamiento? Sí, hay que investigar la causa, pero no voy a permitir que su buen comportamiento sea descartado solo por un incidente. ¿Queda claro?
Su asistente solo tragó saliva y asintió.
No sabía bien de dónde provenía ese instinto de querer proteger a Athena, pero no iba a permitir que se le juzgara por lo ocurrido. Es que hasta las «víctimas» del incidente habían sido comprensivas.
Durante los días posteriores, visitó el hospital con frecuencia para ofrecerle tratamiento médico a Athena y cerciorarse de que estuviera descansando y recuperándose bien. La chica se veía más tranquila, y hasta había bromeado con el hecho de que casi había podido patearle el trasero al chico byakugan.
Tsunade le realizó varios análisis, de sangre y demás, solo faltaban los físicos para verificar que no tuviera marcas de sellos, y también para hacerle un chequeo general del chakra. Así que cuando le informó que debía desnudarse (con su ayuda, por supuesto) y que podía quedarse únicamente con la ropa interior, la chica cerró los ojos con fuerza, tragó saliva y enrojeció.
—Athena, no tienes de qué avergonzarte, ¿sabes cuántos cuerpos he visto en mi vida? Además, ya te he visto el torso, ¿acaso no te acuerdas? —bromeó.
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Entre el amor y las sombras
FanficTsunade Senju, la poderosa y atormentada Quinta Hokage de Konoha, tras años de aislamiento emocional, se enfrenta a la posibilidad de amar nuevamente. La aparición de Athena, una joven con un pasado doloroso y un misterioso poder, sacude las barrera...