Athena estaba temblando, con la respiración aún agitada; Tsunade estaba segura de que luchaba por recuperar el control. Había estado tan perdida en la sensación de los besos y las manos de la chica que ni siquiera se había percatado de que podría haber estado fuera de sí.
—¿F-fui brusca? —preguntó Athena con preocupación, aún recostada sobre su hombro.
Tsunade le acarició la espalda con movimientos lentos.
—No —Le besó de nuevo la sien—. Quizás entusiasta, pero si te soy sincera..., me encanta todo lo que me haces.
La respiración de la chica se entrecortó.
—S-son muchas emociones a la vez —admitió con voz ronca.
—Lo sé. No te preocupes —murmuró Tsunade, apretándola con más fuerza en su abrazo—. Era mejor parar, de todos modos. Primero tenemos que hablar.
Después de unos minutos, Athena se apartó un poco, lo suficiente para poder mirarla a los ojos. En su mirada ya había calma, como si hubiera encontrado un ancla en medio de la tormenta.
—¿Le parece bien si busco algo de beber y nos sentamos en el sofá?
Tsunade asintió con una sonrisa. Mientras esperaba a la chica, deambuló un poco por la sala, sus ojos deteniéndose en los detalles que hacían de ese lugar el hogar de Athena. Sonrió al ver las tres fotos en la cómoda: una de Athena con su abuela, otra con sus compañeros de equipo y la última con Hana. «Habrá una cuarta foto conmigo», pensó, y sintió cómo se le aceleraba el corazón al imaginar su futuro juntas. Ansiaba compartir su vida con ella, cada momento y cada recuerdo.
La chica regresó con un té y una botella de sake.
—El día de tu cumpleaños —comentó Tsunade, tomando la botella de la bandeja—, no caí en cuenta de que tenías sake, aun cuando no lo bebes. —Miró a la chica y esbozó una sonrisa juguetona—. Imagino que no lo tienes para tus compañeros ni para Hana, ¿verdad?
Athena se sonrojó, y Tsunade sintió las ganas locas de besarla de nuevo, de perderse en esa inocencia y timidez que tanto la atraían.
Se sentaron en el sofá. La cercanía hacía que el aire se llenara de una tensión dulce y expectante.
—M-milady, entonces, ¿la cena era una cita? —preguntó Athena, sus ojos buscando los de Tsunade con una mezcla de esperanza y temor.
—Por supuesto. —Arrugó el ceño ligeramente—. ¿No lo tomaste de esa manera?
La chica se pasó la mano por la nuca.
—Por un momento, tuve la esperanza de que lo fuera. —Bajó la mirada—. Pero preferí pensar que era una cena para premiar mi entrenamiento.
Tsunade comprendió que Athena no se había permitido tener esperanza para no lastimarse más. La tomó de la mano, entrelazando sus dedos y, mirándola profundamente a los ojos, le dijo:
—Era una cita... Y si me das la oportunidad, podremos tener esa... y muchas más.
—¿E-eso significa que quiere que estemos juntas? —Sus ojos brillaban.
Tsunade levantó la mano para acariciarle el cabello.
—Lo quiero todo contigo —dijo esbozando una sonrisa.
La chica la miró boquiabierta.
—Guau —suspiró.
Tsunade sonrió con ternura al ver esa mirada tan soñadora en Athena.
—Pero, milady, ¿qué pasó con los motivos por los que no podía estar conmigo? — la duda volviendo a teñir su voz.
—Puede que aún me considere una anciana persiguiendo a una mujer joven..., pero viviré con eso.
![](https://img.wattpad.com/cover/369478699-288-k98306.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre el amor y las sombras
Fiksi PenggemarTsunade Senju, la poderosa y atormentada Quinta Hokage de Konoha, tras años de aislamiento emocional, se enfrenta a la posibilidad de amar nuevamente. La aparición de Athena, una joven con un pasado doloroso y un misterioso poder, sacude las barrera...