45. Athena, la extrovertida

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Días más tarde, se reunió con sus compañeros. Ren la abrazó, Kenji chocó puños con ella y Aya le guiñó el ojo. Le dijeron que la extrañaban y que esperaban que pronto pudiera estar de vuelta. Luego, acordaron ir al bar.

Una vez ubicados en una mesa, Ren preguntó qué querían tomar.

—Sake, por favor —respondió Athena.

Aya le lanzó una mirada inquisitiva.

—¿Ah? ¿Y desde cuándo tomas eso?

Athena se encogió de hombros.

—Desde hoy.

—Guau, esta chica está que arde —intervino Ren, divertido—. ¿Los demás también?

Ken asintió, y Aya pidió cerveza.

A medida que las botellas se iban vaciando, Athena se iba sintiendo cada vez más mareada. Y, tal como le pasaba siempre que se prendía, empezaba a sentirse más desinhibida. Su risa era más alta y constante, y los chistes no le faltaban.

—A ver, confiésalo, ¿tienes novia? —le preguntó Kenji.

—Pfft. Ojalá —replicó Athena—. Las mujeres en Konoha son muy esquivas, engreídas, agresivas...

Aya le dio un manotazo juguetón.

—Oye, ¿qué te pasa?

Athena rio.

—No me dejaste terminar... También son hermosas, tiernas y muy sexis —le guiñó un ojo.

—Aya, ¿te estás sonrojando? —preguntó Ren con picardía.

La chica le sacó la lengua.

—Por supuesto que no.

Kenji estaba fulminando a Athena con la mirada.

Athena levantó las manos en señal de paz.

—No estoy coqueteando con tu novia, lo prometo. Mi corazón ya tiene dueña.

—Qué cursi —resopló Kenji y puso los ojos en blanco.

Las bromas y el alcohol continuaron.

***

Esa noche, Tsunade estaba a punto de retirarse a sus aposentos cuando la figura de uno de los ANBU a cargo de la vigilancia de Athena se materializó.

—Buenas noches, lady Hokage. Vengo a reportarle algo.

Tsunade asintió.

—La kunoichi Athena se encuentra en un bar con sus compañeros de equipo. Y no estoy seguro de si la ingesta de alcohol pueda suponer un problema para su autocontrol.

—Athena ha bebido alcohol desde que llegó a la aldea y nunca se ha presentado ningún incidente. —Tsunade no entendía por qué esa situación podría alarmarlo.

—Pero nunca se había embriagado.

Eso la confundió.

—¿Te refieres a que... está borracha?

—Así es.

Vaya, eso sí que era una sorpresa. Y una que ella misma quería presenciar.

—¿En qué bar están?

—En KT'S.

Era al que había entrado como Ema.

—Iré a verla. Buen trabajo.

El ANBU asintió y desapareció.

Tsunade no quería llamar la atención ni dar la impresión de que estaba siguiendo a Athena, así que se transformó en un aldeano para pasar desapercibida. Al entrar al bar, vio a la chica con sus compañeros en una mesa, riendo y tomando. Ahora entendía la preocupación del ANBU, Athena estaba bebiendo sake y se veía visiblemente intoxicada, muchísimo más que sus compañeros. Decidió hacerse en una mesa cercana para vigilarla.

Entre el amor y las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora