Capítulo 37

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- ¿Qué haremos ahora? - preguntó con impaciencia.

- Actuar con calma, nadie debe alterar las cosas - argumentó la pelinegra con una sonrisa - ¿Por qué los hombres siempre deben actuar como corderitos asustados?

El hombre frente a ella la miró con rencor, tomándola por el cuello con fuerza. Alys tosió.

- ¿Otra vez? Ya suéltala, no seas ridículo - murmuró Larys cansado.

La pelinegra a pesar de la fuerza ejercida sobre ella se las arregló para sonreír. Mientras con sus manos sostenía los brazos de Daemion Velaryon.

- Dile a tu puta bruja que no me fastidie o le voy a partir el maldito cuello en dos - dijo molesto presionando con fuerza.

- Esa mujer es la razón por la que estás vivo, sueltala - le dijo Otto.

El chico la soltó, ella volvió a sentarse en la silla dejando escapar una carcajada entre toses. Los hombres estaban resignados a tener a Alys Ríos ahí, nadie podía negar que ella había sido pieza clave muchas veces en sus asuntos.

- Estoy vivo gracias a Larys, no precisamente a ella, cualquier maestre podría haberme ayudado y tampoco gracias a ti Otto. Se supone que tendríamos marcaderiva ¿y que tenemos? Mi padre está muerto, mi hermano perdió la mitad de la lengua y yo casi muero.

- Tu hermano fue impulsivo, llamó si no mal recuerdo - dijo haciendo una seña con su mano - ¡Así, ya recordé! "puta bastarda" a la esposa del príncipe Aegon ¿qué esperabas? Debían ganarse el favor de la casa, no echarse encima a su futuro rey - señaló Larys.

- Es un imbécil - espetó. Lanzando una copa de vino al suelo.

- Imbécil o no - dijo Otto - Será tu rey. Deberás servirle o de lo contrario conformate con no tener nada. Él será feliz dejando la casa Velaryon como esta.

- ¿Y por qué él? - preguntó Alys -. ¿Por qué no el príncipe Aemond?

- Alys - la acallo Larys.

Ella solo giró su mirada hacia Otto, él la miró por unos segundos. Aemond, ahora ya no parecía tan seguro tener a su nieto de su lado y le frustraba, él lo había preparado para ser la voz de la razón de su hermano y ahora parecía encaprichado con la zorra que tenía por hija Daemon Targaryen.

- Estás perdiendo la guerra y aún no ha comenzado, lo sabes - dijo ella dibujando una sonrisa en su rostro.

Otto no quería darle la razón a una bruja, pero la tenía. Por más que movía los hilos a su favor, siempre había algo que no resultaba.

- ¿Cómo vas a convencer al príncipe de tomar el trono? - preguntó Jason Lannister, Otto le miró.

- Para eso voy a necesitar tu ayuda y la de tu gente - le dijo en respuesta.

Hubo un silencio, pero el hombre asintió. Otto sabía lo que tenía que hacer.

- Noticias - dijo un niño de la servidumbre a Larys.

El consejero de los rumores hizo una seña al niño para que se acercara, este le susurró al oído y después de recibir un trozo de pan se fue.

- La princesa Helaena, está en cama - dijo.

Todos los presentes se miraron entre sí.

- ¿Saben que dice el dios del fuego azul? Que cada vez que llega una vida nueva, una se apaga - Alys sonrió. - Dile a mi chica que es hora, querido hermano.

- ¿De qué hablas? - preguntó Otto.

- Me lo agradecerás más tarde y tal vez cuando abra la boca en este salón de nuevo, decidan escuchar en silencio, ya es bastante cansado llevar esta guerra bajo mis hombros.

Hurricane || Aegon Targaryen || Laenaerys Velaryon  💖🐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora