Capítulo 16

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—¿Qué haces aquí? —le preguntó Aemond, cuando vio pasar sospechosamente a su hermano cerca de la puerta de Laena. 

—¿Venías a ver a Laena? —sonrió. —Seguramente sigue dormida, aunque no venía de su habitación. —Aemond bufó. 

—Alejate de Laena— le amenazó. —Sigo sin entender cómo es que puede estar cerca de ti. 

—Que curioso, no recuerdo que ella te haya nombrado su protector o algo parecido para decidir quién puede acercarse a ella o no. 

—Lo digo en serio Aegon, sabes que no mereces estar cerca de ella, es demasiado buena para ti—El príncipe solo soltó una risa. 

—¿Crees que te hará caso? aun esperas que sea esa niña que iba corriendo tras de ti, no puedes tenerlas a las dos hermano, y lo sabes, Laena jamás compartiría su corazón, los dragones son posesivos. — murmuró alejándose. 

—¿Y te haría caso a ti? ¿Ella sabe lo que haces por las noches Aegon? —preguntó Aemond con sorna—¿Qué pensaría Rhaenyra de su hermanito perfecto si supiera? 

Aegon se giró para verlo fijamente, sus ojos se vieron más oscuros, más amenazantes, su hermano comenzaba a tocar sus fibras sensibles y eso no le gustaba. 

—Incluso si no es tuyo— dijo Aemond curvando una sonrisa— no deja de ser tu culpa lo que sucedió, ¿verdad? no puedes evitar correr tras ella en cada oportunidad que tienes, hermano. 

La sangre de Aegon hervía con cada palabra que escuchaba. Palabras que él mismo repetía antes de dormir, era verdad, la culpa lo golpeaba y no podía evitarlo. Cada vez que quería alejarse le era imposible hacerlo, sentía como la responsabilidad de todo caía sobre sus hombros de manera inevitable. 

—Tu no entiendes, no podrías. No te metas en mis asuntos, como yo no me meto en los tuyos, hermano. —respondió con frialdad. 

—Eres un imbécil y nunca te has esforzado por nada, Aegon. —Había molestia en la voz de su hermano menor. 

—¿Y tu si Aemond? madre te ha puesto todo en bandeja de plata, ¡oh si! —dijo haciendo un además con las manos— Ganaste un puto dragón y metiste la nariz en libros ¿y que? ¿qué significa eso? nada. 

—Es más de lo que tú harás alguna vez en tu vida, eres un borracho y serás eso siempre, ni siquiera Rhaenyra puede cambiar esa mierda en ti.  —contraataco su hermano. 

—Porqué yo lo decí —se defendió— pero te recuerdo que sigo siendo tu hermano mayor y que te patee el trasero cuando eras un niño y puedo hacerlo ahora si yo quiero.  

Aemond sonrió con burla, empujando a Aegon contra la pared. Su brazo presionó con fuerza su cuello, él solo pudo sonreír incitándolo a hacer más que eso, si se atrevía. 

—Dioses. — se escuchó una voz joven —Acabo de volver y ustedes dos ya se están matando y yo interviniendo, es la mejor bienvenida de mi vida. —Daeron les sonrió a ambos. 

Aegon quitó las manos de su hermano de su chaqueta, los dos se acercaron a su hermano menor. 

—Extrañe esta mierda de dramas familiares. —murmuró el príncipe joven. 

—Eres un idiota, Daeron. — dijo Aegon. 

—Bueno, pero ¿me extrañaron o no? — Daeron estiró sus brazos con una sonrisa agrandada. 

—Mmmh— bufó Aemond. 

Los dos hermanos mayores abrazaron a su hermano menor con cariño, aunque Daeron vivía lejos de ellos no era ajeno a lo que sucedía en la fortaleza, solían enviarse cuervos con regularidad… Tal vez un poco más con Aemond, pero eso no significaba que  Aegon no amara a su hermano también.

Hurricane || Aegon Targaryen || Laenaerys Velaryon  💖🐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora