*Valyrio*
Rhaenyra, se sentía incómoda con la situación. Su padre, se había casado con su mejor amiga y ninguno de los dos le había mencionado nada; al parecer su opinión era todo, menos relevante para aquella situación.
Las personas le habían mirado con lástima luego de la muerte de su querida madre, pero pronto sus miradas se voltearon a la dicha de tener una nueva reina, que había sido bendecida ya con la llegada de un hijo y la espera de otro.
Rhaenyra, paseaba por los pasillos de la fortaleza. Era una noche lluviosa, los truenos no la asustaban, pero no la dejaban conciliar el sueño. Pensaba en su tío Daemon, su padre lo había corrido cuando se entero que habían paseado juntos por las calles de la ciudad y la acusaban de entregarse a él. Por supuesto que ella lo había deseado con cada parte de su ser pero eso no sucedió.
Era extraño, la forma en que su tío la entendía como nadie más podía. Por lo que su ausencia la hacía sentirse más sola de lo que ya se sentía. Si tan solo la hubiese desposado...
Había estado tan sumergida en sus propios pensamientos que no fue hasta que el llanto desesperado de un niño llamó su atención, volteo a los lados y se dio cuenta en qué parte del palacio estaba.
Generalmente siempre evitaba pasar por el ala sur, pues era donde se encontraba la habitación de su medio hermano, Aegon.
Le llamó la atención, que no había un guardia en la puerta, tampoco se veía ninguna de las doncellas encargadas de su atención. Pensó en continuar su camino, cuando el cielo se iluminó nuevamente, y el grito desesperado del pequeño la estremeció.
Suspiro, pensando en sí era lo correcto, ¿a ella le había molestado la tormenta de pequeña? No lo sabía, pero si así fuera estaba segura que le hubiese gustado sentirse protegida; con duda y cautela abrió la puerta.
El pequeño niño de dos años, le miró con mucha atención, mientras sollozaba a la vez que estiraba sus brazos pequeños y regordetes hacia ella, eso la sorprendió.
-¿Te asustaste?- preguntó mientras se acercaba a la cuna donde su medio hermano la esperaba ansiosamente. -Tienes sangre de dragón corriendo por tus venas, no tienes nada a que temerle.
Rhaenyra, claro que lo había visto unas cinco veces desde que nació, cuando una de las doncellas pasó con él en brazos por uno de los pasillos, cuando Alicent lo había estado arrullado en el jardín; durante algunas reuniones y durante la celebración que se hizo en su honor, en la cual tuvo la dicha de ver aquel hermoso venado blanco, pero nunca se había detenido realmente a mirarlo. Trataba su existencia como nula, lo evitaba a toda costa, pues se sentía de cierta manera desplazada por él y era una tontería, Aegon era un bebé y ella era una adolescente.
El pequeño Aegon, le seguía mirando con sus ojos llorosos llamándola a tomarlo en brazos, su pecho subía y bajaba conforme su respiración intentaba controlarse. Una parte de sí misma, dudo en hacerlo, hasta que su pequeño suplico dejó de mostrarse en sus hermosos ojos azules pálidos, en sus mejillas rojas llenas de lágrimas, y se manifestó en la gracia del dulce sonido de su voz:
-Nyra.
¿Había escuchado bien? Su intento al hablar había sido tierno, incluso para ella que se hacía recia a la idea de que algún día sería madre.
Lo tomó entre sus brazos, pronto Aegon escondió su cabecita entre su cuello, no sabía cómo tratar a un niño y menos a uno tan pequeño. Por lo que acarició su espalda, mientras paseaba con él de un lado a otro de la habitación hasta que se tranquilizó.
Seguía haciendo ruiditos que fueron cediendo junto a las lágrimas. La sangre de dragón era fuerte, porqué en cuanto la miró, ocurrió lo que tanto había temido, se rindió ante él.
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Hurricane || Aegon Targaryen || Laenaerys Velaryon 💖🐉
Fiksi PenggemarPrincesa Laenaerys, llamada por muchos la princesa de hielo y fuego. De la casa Velaryon; segunda hija de la heredera al trono, la princesa Rhaenyra Targaryen. «No existen personas mas apasionadas que aquellas que poseen la sangre de dragón; tan es...