Laena había disfrutado de la fiesta sin duda alguna. Era cómodo que hubiese risas de nuevo cerca de ella. La gente solía reprimirse ante su presencia porqué el duelo aún era existente, sin embargo, eso la hacía sentir miserable. No quería que fuera así. Se consideraba bendecida y estaba agradecida de que los que amaba fueran felices.- No importa si no estás aquí, en mis sueños aún puedo verte - murmuró mirando hacia el mar oscuro.
Camino por la orilla en busca de su dragón, le habían recomendado esperar una luna más antes de volver a volar. El maestre no había reprimido el suspiro cuando le vio de mala gana y termino diciendo: "cuando su cuerpo se sienta listo, princesa" aquello la ánimo un poco más.
Laena nunca había destacado por su obediencia, sin embargo aunque se sentía mejor todavía no se atrevía a hacerlo y fingía que era la mirada reprendora del maestre cuando la veía vagar por ahí con su dragón lo que la detenía. Era una realidad que si Laena no había volado en su dragón ya, era simplemente porqué así lo había decidido.- Moony - sonrió.
La reina blanca se acercó ella restregando su enorme cuerpo, Laena le dio unos golpecitos cariñosos cerca del hocico. Se quedó unas horas sentada a su lado, tarareando canciones para su dragón. Respiro el aire salado del mar, las olas hacían un ruido tranquilizador para su alma y la brisa fresca le acariciaba el rostro, podía sentir la arena suave bajo sus muslos y el cielo estrellado mostraba la belleza qué poseía el lado oscuro, titilantes, bastas, formando formas y contando historias. Cómo aquella que su padre Ser Laenor contaba en sus sueños y nunca terminaba, podía ver las sombras entre las nubes escasas que amenazaban con la lluvia. Era un lugar mágico, no como la fortaleza, no como el hedor insano de la ciudad. Esto era la paz, la verdadera belleza de su legado, Rocadragón.
- No, Moonlight - rió cuando su dragona movió su ala de forma silenciosa salpicando un poco de agua en su rostro.
La respuesta que obtuvo fue un gruñido cariñoso.
- ¿Ya extrañas a Sunfyre? Ese malcriado no puede estar sin ti y tu sin él, son cómo Aegon y yo - murmuró.
Echó un vistazo hacía el castillo. Las luces de las velas encendidas y las siluetas de las personas que pasaban por ahí. La piedra gris resplandecía, no era lúgubre como se sentía a su llegada, se volvía a sentir el calor de un hogar. No pudo evitar formar una sonrisa al recordar los momentos vividos de ese día, especialmente la felicidad de sus abuelos, era emocionante que el futuro señor de las mareas finalmente contrajera matrimonio y era sin duda, un matrimonio afortunado... el legado de su tía Laena Velaryon sería quién diera futuro a su casa ¿Quién lo diría?
No mentía cuando decía que no quería escuchar a la gente fornicar, le dio risa el solo imaginar el rostro de Daemon al saber lo que Luke y Rhaena llevaban hace tiempo haciendo, o quizá su padre había decidido huir de la fiesta también. Después de todo no había soportado los chistes de Aegon, Baela y Addam, los había asesinado con los ojos al menos cinco veces, bueno, esas eran las que ella había contado.
Tal vez era hora de volver adentro, se puso de pie y acarició sus brazos, la brisa comenzaba a sentirse más fresca y no llevaba consigo ningún chal, ninguna capa. La había dejado en la cueva donde Moony y Sunfyre se escondían juntos.
- Tranquila - murmuró a su dragón que se movió un tanto desesperada - ¿Qué te sucede?
Moony bufó. Ella le miró con una extraña sensación, la dragona le dio un golpecito reconfortante en el hombro y entonces el mundo se detuvo por un instante, un zumbido molesto sus oídos y una sensación de escalofrío le recorrió las palmas de las manos.
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Hurricane || Aegon Targaryen || Laenaerys Velaryon 💖🐉
FanfictionPrincesa Laenaerys, llamada por muchos la princesa de hielo y fuego. De la casa Velaryon; segunda hija de la heredera al trono, la princesa Rhaenyra Targaryen. «No existen personas mas apasionadas que aquellas que poseen la sangre de dragón; tan es...