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Reino de Elysium

En el gran salón principal del palacio, el rey Non estaba sentado en su majestuoso trono, rodeado por la magnificencia de los tapices dorados y los brillantes candelabros de cristal. Las paredes de mármol blanco reflejaban la luz del sol, creando un ambiente solemne y regio. A pesar de la grandeza del entorno, había una tristeza palpable en el aire, una ausencia que no podía ser ignorada.

Phee entró en el salón, haciendo una reverencia profunda.

—Mi señor, he vuelto —dijo el susodicho, levantando la mirada para encontrarse con la del rey.

Non esbozó una sonrisa cálida al ver a su amigo de regreso.

—Me alegra que estés de regreso, Phee —dijo el Rey de Elysium, levantándose del trono y bajando los escalones para encontrarse con él—. Tengo un mandado para ti.

Phee inclinó la cabeza respetuosamente.

—Claro, todo lo que me pida.

Non hizo un gesto para que Phee se relajara.

—Pero antes dime, ¿qué hiciste todos estos años fuera? ¿Cómo estuvo? —preguntó el rey, visiblemente contento de volver a ver a su amigo.

Phee sonrió, recordando los años pasados.

—He estado en una misión encomendada por el consejo real. Fue una tarea difícil, me tomó tres años completar. Tenía que infiltrarme en varias facciones y asegurar alianzas para el reino. Vi muchos paisajes increíbles y conocí a gente interesante, pero extrañaba mucho estar aquí, contigo. Te extrañé a ti y a nuestro pequeño.

La expresión de Non se ensombreció.

—Él se fue, después de que tú te marchaste. Se fue sin decir nada, mi bebé se fue.

Phee frunció el ceño, preocupado.

—¡¿Qué?! ¿Cómo es eso posible? ¿Qué pasó?

Non suspiró profundamente, su tristeza evidente.

—No lo sé. Simplemente se fue y no ha regresado. Al día siguiente de que se fue, mandé tropas a todas partes para buscarlo, yo mismo fui a buscarlo, pero no pudimos encontrarlo. Pero... ahora ya sabemos dónde está. Irán pronto por él, y quiero que tú vayas también, por favor, Phee.

Phee puso una mano en la mejilla de Non, tratando de reconfortarlo.

—No llores, Non. Iré. No te preocupes, estaremos los tres juntos otra vez. Me quedaré aquí contigo. Lo prometo.

Non sonrió, aunque sus ojos seguían tristes.

—Hablemos cuando vuelvas —dijo, acariciando la mejilla de Phee.

—Claro, y no te preocupes tanto. Encontraremos al príncipe y lo traeremos a casa.

Non asintió, sus ojos brillando con un destello verde mientras leía los pensamientos de Phee.

—Gracias, Phee —dijo Non con una sonrisa—. Sé que lo lograrás.

Phee se levantó y se dirigió a la puerta del salón.

—De acuerdo, saldremos mañana a primera hora. Me retiro, su alteza —dijo, con una sonrisa y un guiño, antes de salir del salón.

Mientras Phee salía del palacio, su mente estaba llena de determinación. Encontraría al príncipe y lo traería de vuelta. Los tres estarían juntos de nuevo, como siempre debió ser.

 Los tres estarían juntos de nuevo, como siempre debió ser

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Cloak and Crown // BossNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora