Noeul despertó lentamente, parpadeando mientras sus ojos se ajustaban a la luz tenue de la habitación. Al principio, estaba desorientado, sin recordar cómo había llegado allí. Pero en cuanto la memoria volvió, lo primero que le vino a la mente fue Boss. Su corazón latió con fuerza, y un miedo irracional lo invadió. Tenía que ir a verlo, asegurarse de que estaba bien. Se giró para levantarse, pero sintió un brazo firme que se lo impedía.
Cuando volteó, su respiración se detuvo por un segundo al ver a Boss, despierto, mirándolo fijamente. Los ojos de Boss estaban llenos de ternura y preocupación.
– ¿A dónde vas? –le preguntó Boss suavemente, su voz ronca aún por el cansancio.
Noeul no pudo contenerse más. Se lanzó sobre Boss, abrazándolo con fuerza y dejando que las lágrimas fluyeran libremente. Empezó a besarle el rostro, las mejillas, el cuello, como si quisiera asegurarse de que realmente estaba allí, de que no era un sueño.
– Pensé que te había perdido –sollozó Noeul entre besos–. Estaba tan asustado, Boss... No sabía qué hacer. Te amo tanto... no puedo... no puedo vivir sin ti...
Boss lo abrazó con fuerza, acariciando su espalda y sus cabellos, dejando que Noeul liberara toda su angustia.
– Lo siento, mi amor –susurró Boss, su voz quebrada por la emoción–. Me demoré un poco, pero ya estoy de regreso junto a ti. No voy a ir a ningún lado, siempre estaré contigo.
Noeul, aún entre lágrimas, se aferró más a él, como si temiera que pudiera desaparecer de nuevo.
– No importa cuánto tardes –murmuró Noeul contra el cuello de Boss–. Siempre te esperaré, Boss, siempre. Pero por favor, no vuelvas a asustarme así...
Boss besó la coronilla de Noeul, sintiendo su propio corazón romperse al escuchar el miedo y la desesperación en la voz de su amado.
– No te preocupes, Noeul –le susurró–. Estoy aquí, y no me iré a ninguna parte. Siempre estaré a tu lado, protegiéndote, cuidándote. Porque tú eres lo más importante para mí.
Noeul continuó llorando en silencio, pero ahora sus lágrimas eran de alivio, de amor, de gratitud por tener a Boss nuevamente con él. Y mientras Boss lo consolaba, le juró en silencio que nunca más lo haría pasar por algo así. Siempre estaría allí, para protegerlo, para amarlo. Para ser el refugio donde Noeul siempre encontraría paz.
En el gran comedor, la atmósfera era mucho más relajada que horas atrás. La tensión de la batalla había quedado atrás, y ahora los miembros del palacio disfrutaban de un merecido descanso. Cuando Noeul y Boss entraron, todos los ojos se volvieron hacia ellos. Noeul, aún aferrado al brazo de Boss, parecía reacio a soltarlo, pero en cuanto vio a su padre, soltó a Boss y corrió hacia él con una gran sonrisa.
– ¡Papá! –exclamó Noeul, lanzándose a darle un beso en la mejilla.
El Rey Non sonrió y le acarició el cabello con cariño.
– ¿Ya estás mejor, papi? –preguntó Noeul, mirando a su padre con preocupación.
– Sí, mi pequeño –respondió el Rey Non con una sonrisa cálida–. Ya estoy como nuevo, no tienes de qué preocuparte.
Boss, aprovechando el momento, se acercó al Rey y se inclinó ligeramente en señal de respeto.
– Quería agradecerle, su majestad... –empezó a decir, pero el Rey Non lo interrumpió con una suave carcajada.
– Llámame solo Non –dijo el Rey con una mirada amistosa–. Y no tienes que agradecerme nada. No iba a quedarme quieto viendo cómo mi yerno se desangraba.
Boss se quedó inmóvil por un segundo, sintiendo cómo el calor subía a su rostro. La palabra "yerno" resonó en su cabeza, y no pudo evitar sentirse tímido.
Macao, siempre rápido para captar cualquier señal de incomodidad, no perdió la oportunidad de molestarlo.
– Vaya, Boss –dijo con una sonrisa traviesa–, parece que ya eres parte de la familia. ¿Cómo se siente ser oficialmente el yerno del Rey?
Boss, ahora claramente ruborizado, evitó la mirada burlona de Macao y volvió su atención al Rey Non.
– Gracias, Non –dijo con una pequeña sonrisa, tratando de ocultar su timidez.
El Rey Non asintió con satisfacción antes de invitar a todos a sentarse para almorzar. Noeul regresó junto a Boss, y los dos tomaron asiento junto a los demás.
El almuerzo transcurrió en un ambiente ligero y alegre, con bromas y risas compartidas entre todos. Noeul, sentado junto a Boss, no dejaba de sonreír, feliz de tener a todos sus seres queridos reunidos y, sobre todo, a Boss a su lado. Los otros chicos continuaron bromeando, incluso mientras disfrutaban de la comida, creando un ambiente familiar y cálido en el que, al menos por un momento, todos los problemas parecían haberse desvanecido.
Un cap tranqui, después de todo lo que paso.....
Spoiler del próximo cap: – Papá –comenzó Noeul con voz suave–, he estado pensando mucho en esto, creo que es momento de que regrese a Tailandia. Quiero continuar con mis estudios y terminar lo que empecé allá.
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Cloak and Crown // BossNoeul
Fiksi PenggemarEn las sombras de una ciudad dominada por la corrupción y el crimen, Boss y Fort lideran una peligrosa red de tráfico de drogas "Dark Legion". Noeul, un joven universitario se ve arrastrado a este mundo oscuro a través de su amistad con Peat. Mientr...