En las sombras de una ciudad dominada por la corrupción y el crimen, Boss y Fort lideran una peligrosa red de tráfico de drogas "Dark Legion". Noeul, un joven universitario se ve arrastrado a este mundo oscuro a través de su amistad con Peat.
Mientr...
Había pasado un mes desde que Peat y Noeul se mudaron a nuestra casa. No era algo que hubiese planeado, pero Fort tenía razón: era más seguro para ellos estar bajo nuestro techo. La seguridad era algo que no tomaba a la ligera, y la presencia de Peat le daba a Fort una paz que no podía ignorar. Pero Noeul... Noeul era otro asunto.
Desde el primer día, había algo en ese rubio que me intrigaba. Su actitud desafiante y su mirada intensa despertaban en mí una curiosidad que no había sentido en mucho tiempo. Su presencia llenaba la casa de una energía única, y aunque a veces me sacaba de quicio, no podía negar la atracción que empezaba a sentir por él.
Era temprano en la mañana y la casa estaba tranquila. Me dirigí a la cocina, esperando encontrar a Fort o Peat, pero en su lugar encontré a Noeul. Estaba de pie junto a la ventana, con la luz del sol iluminando su figura. Llevaba una camiseta ajustada y unos pantalones de deporte que resaltaban su esbelta figura. No pude evitar notar cómo su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros.
- ¿Madrugando? - pregunté, intentando sonar casual mientras me acercaba.
Noeul se volvió hacia mí con una sonrisa pícara en los labios. Sus ojos brillaban con un destello travieso que siempre lograba captar mi atención.
- Solo quería disfrutar un poco de tranquilidad antes de que todos se despierten - respondió, su voz suave y seductora.
Me apoyé en la encimera, observándolo con atención. Había algo en su manera de moverse, en su forma de hablar, que me atraía irremediablemente.
- La tranquilidad no dura mucho en esta casa - comenté, tratando de mantener la conversación ligera. - Especialmente con Fort y Peat alrededor.
Noeul soltó una risa suave, que resonó en la cocina como una melodía.
- Sí, ellos siempre encuentran algo en qué entretenerse - dijo, acercándose a la cafetera para servirse una taza de café. - ¿Quieres un poco?
Asentí y lo observé mientras preparaba una taza para mí. Sus movimientos eran fluidos, casi hipnóticos. Sentía cómo la tensión entre nosotros crecía con cada segundo que pasaba.
- Gracias - dije, tomando la taza que me ofrecía. - ¿Cómo te has sentido aquí? ¿Te has acostumbrado a la casa?
Noeul se encogió de hombros, sus ojos nunca dejando de mirarme.
- Es diferente, pero me gusta. Aunque a veces siento que estoy en medio de algo más grande de lo que imaginé - respondió, su tono serio por un momento antes de volver a sonreír. - Pero no me quejo. La compañía es interesante.
Sentí un cosquilleo en la piel ante su última frase. No podía negar que había algo en él que me atraía, algo que no podía ignorar.
- Me alegra escuchar eso - dije, inclinándome un poco más cerca. - Aunque no me cabe duda de que te adaptarías a cualquier situación.
Nos quedamos en silencio por unos momentos, la tensión palpable entre nosotros. Noeul se mordió el labio inferior, un gesto que me hizo querer acercarme aún más. Pero me contuve. Había mucho en juego y no podía permitirme ser imprudente.
- Bueno, creo que debería ir a despertar a Fort y Peat - dijo finalmente, rompiendo el silencio. - Seguro ya es hora de que se levanten.
Asentí, viendo cómo se alejaba. Cada paso suyo parecía tener un efecto magnético en mí. Este mes había sido una prueba de autocontrol, y sentía que las cosas solo se complicarían más. Pero había algo en esa complicación que me intrigaba, algo que me hacía querer saber más.
Mientras veía a Noeul desaparecer por el pasillo, supe que este no sería el último de nuestros encuentros tensos. Y, de alguna manera, eso me emocionaba.
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Fort y yo habíamos estado insistiendo en la importancia del entrenamiento, especialmente después de las recientes circunstancias. No podíamos permitirnos estar desprevenidos, y eso significaba asegurarnos de que tanto Noeul como Peat estuvieran preparados para cualquier eventualidad. Después de todo, los problemas parecían seguirnos a donde quiera que fuéramos.
—¿Están listos para entrenar un poco, chicos? —pregunté, mirando a Noeul y Peat, quienes asintieron con determinación.
Nos dirigimos al área designada para entrenamiento, donde una serie de sacos de boxeo y equipos de ejercicios esperaban pacientemente. Fort y yo nos pusimos en acción, guiando a nuestros compañeros en una serie de ejercicios de calentamiento y técnicas de defensa personal.
A medida que avanzaba la sesión de entrenamiento, comencé a notar algo interesante en Noeul. Sus movimientos eran ágiles y precisos, mostrando una destreza notable en cada golpe y bloqueo. Era evidente que tenía experiencia en combate, aunque no me había mencionado nada al respecto.
—Buen trabajo, Noeul. Tienes un buen control del cuerpo —comenté, observando sus movimientos con atención.
Noeul me miró con sorpresa, como si hubiera sido descubierto en algo. Sin embargo, en lugar de responder, simplemente asintió con gratitud y continuó con el entrenamiento.
Aunque su habilidad para pelear era impresionante, no pude evitar sentir una ligera sensación de sospecha. ¿Cómo había adquirido Noeul esas habilidades? ¿Y por qué había decidido mantenerlas en secreto?
Decidí no profundizar en el asunto por el momento, pero estaba claro que había más en Noeul de lo que parecía a simple vista. Tal vez era hora de empezar a prestarle más atención.
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Noeul nuestro chico secreto jasjasjasjasj
Ya podemos ver como se nos van juntando Boss y Noeul waaaa q bonitoss