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Los chicos, a pesar del incómodo incidente con Luke, decidieron continuar con su entrenamiento. Noeul, sintiéndose más seguro de sí mismo, ya no se contenía y mostraba todas sus habilidades. En el centro de la sala, se estaba llevando a cabo una intensa pelea entre Noeul y Fort.

La sala de entrenamiento era espaciosa y bien iluminada, con paredes de piedra decoradas con armas antiguas y trofeos de combate. El suelo estaba cubierto por colchonetas gruesas para amortiguar las caídas, y había varias áreas designadas para diferentes tipos de entrenamiento. Noeul llevaba ropa de entrenamiento ajustada y flexible, de color oscuro, que resaltaba su figura atlética y le permitía moverse con agilidad.

Fort y Noeul intercambiaban golpes rápidos y precisos, sus movimientos eran una danza sincronizada de ataque y defensa. Fort lanzó una serie de puñetazos, que Noeul esquivó con gracia, contraatacando con patadas rápidas y precisas. Cada golpe resonaba en la sala, mostrando la fuerza y habilidad de ambos combatientes. Noeul notó que Fort estaba conteniendo su fuerza y decidió detenerse.

—¡Fort, no te contengas! —gritó Noeul, su voz llena de frustración. —¡Pelea conmigo de verdad!

—No quiero hacerte daño —respondió Fort, visiblemente preocupado.

Noeul se acercó a Fort, posando sus manos en su rostro, una acción que hizo que Boss y Peat fruncieran el ceño por la cercanía de sus rostros.

—No me harás daño, Fort. —dijo Noeul con una sonrisa. —Pelea conmigo como en los viejos tiempos. Que sea una pelea justa.

Fort asintió, tomando una decisión. —Tienes razón. —dijo, preparado para darlo todo.

Comenzaron a pelear nuevamente, esta vez con todo su poder. Fort lanzó un puñetazo que Noeul apenas logró bloquear, respondiendo con una patada giratoria que hizo retroceder a Fort. La sala se llenó de sonidos de golpes y jadeos, los movimientos eran rápidos y precisos, mostrando la destreza de ambos.

Los chicos que observaban la pelea se mostraban preocupados, especialmente Boss y Peat, que no podían evitar temer por sus parejas. Phee, notando su inquietud, los tranquilizó.

—Esto no es nada. —dijo Phee con una sonrisa. —Deberían ver cómo es cuando pelean con cuchillos o flechas.

Los chicos hicieron unos chillidos de asombro y terror, lo cual distrajo a Noeul por un instante.

—¡Cuidado, Noeul! —gritó Macao.

Noeul giró rápidamente, viendo el puño de Fort acercándose rápidamente hacia su rostro. Sin tiempo para esquivar, hizo lo único que se le ocurrió.

—¡Duerme! —gritó Noeul.

Inmediatamente, sintió el peso de Fort encima de él. Fort había caído dormido en el acto. Noeul, alarmado, se dio cuenta de lo que había hecho.

—¡Oh no! —exclamó, tratando de mover a Fort y despertarlo. —¿Qué he hecho?

Los chicos corrieron hacia ellos, preocupados por la situación. Boss y Peat llegaron primero, ayudando a levantar a Fort mientras Noeul trataba de despertarlo.

—¡Yo no quise, yo no quise! —decía, sus ojos llenos de lágrimas y su mente inundada de imágenes del pasado —¡Yo no quise!

Phee, lleno de preocupación y rabia, le gritó a Noeul.

—¡Noeul, ¿qué has hecho?! —la voz de Phee resonaba en la sala.

Los demás chicos intentaban sin éxito levantar a Fort, sus esfuerzos eran en vano. Noeul, atrapado en su pánico, no podía dejar de llorar y repetir que no había querido hacerlo, que había sido un accidente.

—¡Yo no quise! —lloraba Noeul, sus sollozos llenando la sala.

Boss se acercó rápidamente, abrazando a Noeul con fuerza, intentando calmarlo.

—Tranquilízate, Noeul —le susurró Boss al oído, acariciando su cabello. —Todo estará bien, fue un accidente.

Pero Noeul seguía en estado de shock, repitiendo que no había querido hacerlo. Fue entonces cuando Peat, desesperado y llorando, se acercó a Noeul y lo sacudió violentamente.

—¡Despierta a Fort ahora! —gritaba Peat, su voz llena de desesperación.

Noeul solo podía negar con la cabeza, incapaz de articular palabra alguna. Phee, viendo que la situación se salía de control, ordenó a Joong y Dunk que llevaran a Fort a una habitación cercana.

—Llévenlo a una habitación y pónganlo cómodo —dijo Phee, tratando de mantener la calma.

Joong y Dunk asintieron y, con mucho esfuerzo, llevaron a Fort fuera de la sala. Phee se acercó a Noeul, tratando de calmarlo.

—Noeul, todo estará bien —dijo Phee, acariciando su rostro. —Necesitas calmarte, no fue tu intención.

Noeul lo abrazó con fuerza, sus lágrimas mojando la camisa de Phee.

—No quise hacerlo, de verdad, castíguenme por esto —sollozó Noeul, su voz rota por la desesperación.

Phee, viendo que Noeul estaba al borde del colapso, no tuvo más remedio que inyectarle un tranquilizante. Lentamente, Noeul comenzó a relajarse, sus ojos se cerraron y finalmente se durmió.

Los chicos que quedaron en la sala empezaron a hablar entre ellos, tratando de entender qué había sucedido.

—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Mew, su voz llena de incertidumbre.

—No lo sé, pero Noeul debe haber usado su poder sin querer —dijo Macao, preocupado.

Peat, todavía llorando, gritaba pidiendo explicaciones.

—¡¿Alguien puede explicar qué demonios pasó aquí?! —su voz resonaba en la sala, llena de angustia y desesperación.

Cloak and Crown // BossNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora