Fort y Peat salieron apresurados de la habitación, escuchando cada vez más cerca los gritos y disparos provenientes del exterior del palacio. Mientras corrían por los pasillos, se encontraron con Boss y Noeul, que venían hacia ellos con rostros preocupados. La tensión en el aire era evidente, pero Fort no pudo evitar notar los detalles desarreglados de su apariencia: las ropas un poco arrugadas, el cabello despeinado, y un chupetón en el cuello de Boss que resultaba inconfundible.
Noeul se llevó una mano al cuello de Boss, intentando disimular la marca con un rubor evidente en sus mejillas. Fort y Peat se miraron por un breve segundo, conscientes de que no era momento para bromear sobre lo que sea que hubiera pasado entre sus amigos.
—¿Qué está pasando? —preguntó Peat con el ceño fruncido, intentando mantener la calma.
—No lo sabemos, pero parece grave —respondió Noeul, tomando la mano de Boss, apretándola con fuerza.
—Tenemos que llegar al salón del trono, ahí es donde se escuchan los disparos —añadió Boss, sus ojos revelando la preocupación que sentía.
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Fort, Peat, Noeul y Boss corrieron a toda velocidad hacia el salón del trono, siguiendo el estruendo de los disparos y los gritos. A medida que se acercaban, el eco de las explosiones resonaba por los pasillos de mármol, haciéndoles apresurar el paso. Al doblar una esquina, se encontraron con una escena alarmante: las puertas del salón estaban abiertas de par en par, y dentro, había una confrontación tensa entre el rey y un grupo de intrusos armados.
El rey estaba de pie frente a su trono, su expresión seria mientras discutía con un hombre que parecía ser el líder del grupo. Este hombre, de rasgos afilados y ojos penetrantes, llevaba un traje elegante, como si su presencia allí fuera parte de una reunión formal y no de una incursión. Los guardias del rey estaban apostados alrededor del trono, con las armas desenfundadas, pero parecían dudar en atacar.
—Kim Heechul, ¿qué es lo que estás haciendo? —exigió el rey con voz firme, sin un rastro de temor en su rostro.
Kim Heechul, el hombre de pie frente a él, esbozó una sonrisa irónica. —Solo asegurándome de que mis intereses estén bien protegidos, Su Majestad —respondió con un tono frío y calculador. A su alrededor, una docena de hombres armados mantenían sus armas apuntadas hacia los guardias y el rey. La tensión en el aire era palpable, una chispa esperando encender un conflicto.
Fort, Peat, Noeul y Boss se detuvieron en la entrada, evaluando rápidamente la situación. No había lobos ni vampiros como habían temido inicialmente, pero lo que estaba ocurriendo era igualmente peligroso.
—¡Ustedes! —llamó el rey al verlos entrar—. Tengan cuidado. Kim Heechul no es quien dice ser.
Heechul permanecía firme frente al rey Non, su postura relajada contrastaba con la tensión evidente que se respiraba en el salón del trono. Los guardias del rey mantenían sus armas alzadas, y Phee, el líder de la guardia real, se adelantó para proteger al monarca con su propia vida si fuera necesario. Los ojos de Heechul se entrecerraron cuando observó a los cuatro chicos que acababan de llegar. Reconoció a Fort, Peat, Noeul, y Boss al instante, pero lo que captó su atención fue la forma en que uno de ellos, Noeul, se acercó rápidamente al rey.
—Papá, ¿estás bien? —preguntó Noeul con preocupación en su voz, colocándose al lado del rey Non.
La sonrisa de Heechul se ensanchó al escuchar esa palabra. —Así que el príncipe está aquí, después de todo —murmuró, como si hablara consigo mismo, pero lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan.
El rey Non le lanzó una mirada fulminante, claramente irritado por la insolencia de Heechul. —¿Qué es lo que quieres, Heechul? —preguntó con severidad—. Ya te he dicho que no tienes nada que buscar aquí.
Heechul, todavía sonriendo, levantó una mano en señal de paz, aunque la expresión en su rostro estaba lejos de ser pacífica. —Quizás podamos evitar más derramamiento de sangre, Su Majestad, si consideramos un pequeño acuerdo —dijo con tono casual—. Estoy dispuesto a retirar a mis hombres y dejar su reino en paz... si el príncipe Noeul acepta casarse con mi hija.
El salón quedó en un silencio absoluto. Los ojos de todos se abrieron en shock ante la inesperada proposición. Phee apretó los puños con fuerza, dando un paso adelante. —¡Eso es inaceptable! —exclamó con furia—. No puedes venir aquí y exigir algo tan descabellado. No involucrarás al príncipe en tus maquinaciones.
El rey Non estaba igualmente enfurecido. —¡No metas a mi hijo en tus asuntos sucios, Heechul! —gruñó, sus ojos brillando de enojo—. Noeul no será una moneda de cambio para tus ambiciones.
Noeul se volvió para mirar a Heechul, su expresión era de absoluto desprecio. Vio a los dos jóvenes junto a él: una chica con una expresión fría y desafiante, y un chico con una sonrisa burlona en los labios.
—Ni en tus sueños más salvajes, Heechul —respondió Noeul con un tono de voz firme—. No haré nada de lo que pides. Así que vete de aquí antes de que sea demasiado tarde para ti.
Noeul dio un paso hacia adelante, claramente dispuesto a enfrentarse a Heechul si fuera necesario, pero Boss rápidamente lo sujetó por la cintura, tirando de él hacia atrás. —No, Noeul, no te precipites —le susurró Boss, tratando de calmarlo.
Heechul, viendo la interacción, dejó escapar una carcajada burlona. —Ah, ya veo... —dijo, alzando una ceja con una expresión de burla en el rostro—. No sabía que el príncipe tenía inclinaciones por el otro lado. —Sus ojos se dirigieron al chico que estaba a su lado—. En ese caso, ¿por qué no te casas con mi hijo? Estoy seguro de que él podría darte lo que tanto deseas.
La burla abierta en sus palabras hizo que la ira de los presentes subiera. El rey Non dio un paso adelante, su rostro una máscara de furia contenida. —No voy a permitir que vengas aquí a insultar a mi familia y mi reino —espetó, su voz temblando de ira—. Y mucho menos toleraré que amenaces a mi hijo. ¡A él déjalo en paz!
Heechul no perdió la compostura, aunque su sonrisa se desvaneció, reemplazada por una mirada más fría y calculadora. —Muy bien, Su Majestad, como desees —dijo, alzando una mano para señalar a sus hombres—. Pero no me culpes cuando mi paciencia se agote y decida tomar lo que quiero por la fuerza.
Los hombres armados a su alrededor levantaron sus armas, preparándose para lo que claramente era una amenaza directa. La tensión en el salón del trono alcanzó un punto álgido, y los guardias del rey, junto con Phee, Fort, Peat, Noeul y Boss, se prepararon para defenderse.
Heechul dio un paso atrás, observando con calma mientras la tensión seguía aumentando. —Tienen una última oportunidad, Su Majestad —dijo, su voz baja pero claramente amenazante—. Entregue al príncipe... o afronte las consecuencias.
El rey Non mantuvo su postura, su mirada fija en Heechul, mostrando que no cedería ante ninguna amenaza. Los otros también se mantuvieron firmes a su alrededor, listos para lo que vendría. Heechul y sus hombres estaban al borde de desencadenar un conflicto, y solo el tiempo diría si la paz o la guerra prevalecerían en ese momento crucial.

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Cloak and Crown // BossNoeul
FanfictionEn las sombras de una ciudad dominada por la corrupción y el crimen, Boss y Fort lideran una peligrosa red de tráfico de drogas "Dark Legion". Noeul, un joven universitario se ve arrastrado a este mundo oscuro a través de su amistad con Peat. Mientr...