En las sombras de una ciudad dominada por la corrupción y el crimen, Boss y Fort lideran una peligrosa red de tráfico de drogas "Dark Legion". Noeul, un joven universitario se ve arrastrado a este mundo oscuro a través de su amistad con Peat.
Mientr...
Este capitulo esta dedicado aLa_Fan_bossnoeulespero te guste el cap!!
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Cuando Boss comenzó a tambalearse, Noeul lo sostuvo con todas sus fuerzas, pero no podía evitar sentir el pánico apoderarse de él al notar la sangre que brotaba de la herida.
—¡Boss, por favor, mantente despierto!—gritaba Noeul, su voz quebrada por el miedo mientras las lágrimas comenzaban a caer.
Boss, con el rostro pálido, trató de sonreír, aunque su respiración se hacía más débil.
—Estoy... bien...—murmuró Boss, tratando de mantener los ojos abiertos.
Pero Noeul sabía que no era cierto. La herida era profunda, y la sangre no dejaba de fluir. Los otros chicos rodearon a la pareja, mirando con preocupación y desesperación la escena. Joong intentó presionar la herida, pero la sangre seguía manando.
—¡Necesitamos ayuda!—gritó Fort, desesperado mientras buscaba a alguien que pudiera hacer algo.
Noeul no podía pensar en otra cosa más que en Boss. La desesperación lo estaba consumiendo, y las lágrimas no dejaban de correr por su rostro.
—No... no te vayas, Boss. No me dejes...—suplicaba, su voz apenas un susurro mientras sostenía a Boss con más fuerza.
Boss levantó una mano temblorosa y la colocó en la mejilla de Noeul, limpiando las lágrimas que caían.
—Te amo, Noeul...—susurró, su voz apenas audible.
—No, no...—Noeul sacudió la cabeza, negándose a aceptar lo que estaba sucediendo. —Tú vas a estar bien, vamos a superar esto juntos, como siempre.
—Por favor...—murmuró Noeul, su voz quebrada por el dolor—. No me dejes... no así...
Boss intentó sonreír de nuevo, pero sus fuerzas se desvanecían. Su mano, que estaba en la mejilla de Noeul, comenzó a caer lentamente. Noeul la tomó rápidamente, llevándola de nuevo a su rostro.
—Quédate conmigo... por favor...—susurró Noeul, su corazón rompiéndose con cada segundo que pasaba.
Pero Boss no pudo responder. Sus ojos comenzaron a cerrarse, y su respiración se volvió más débil.
—¡No!—gritó Noeul, abrazando a Boss con todas sus fuerzas mientras las lágrimas caían sin control—. ¡Por favor, no te vayas...!
Los demás chicos se quedaron en silencio, sus corazones pesados por la escena que se desarrollaba ante ellos. Sabían que debían hacer algo, pero en ese momento, todos se sintieron impotentes.
En ese momento, Phee llegó corriendo con el Rey Non y Peat detrás de él. El Rey, al ver a su hijo en esa condición, dejó escapar un grito de desesperación.
