Capítulo 10. 3er Año, Parte 1. 1993.

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Harry, Holly y Susan se encontraron con sus amigos en el tren. El viaje transcurrió sin incidentes y los primeros días de clases fueron iguales. Harry tomó dos clases optativas, Runas Antiguas y Aritmancia.

Durante el desayuno del tercer día de clases, Harry notó a Neville sentado entre Ron y Hermione. El Niño-Que-Vivió agachó la cabeza y jugó con su comida, como había hecho las mañanas anteriores.

Encogiéndose de hombros, Harry volvió a su conversación con Susan.

Más tarde ese día, en Runas Antiguas, Harry se sentó junto a Hermione. La bruja de pelo tupido se movía cada pocos minutos, incómoda.

'¿Puedo ir a sentarme en otro lugar si quieres?' Preguntó Harry, su voz sólo un susurro.

Hermione se giró y lo miró fijamente.

'No, no, no es eso. Hay algo que no entiendo, eso es todo.' Ella admitió y Harry sonrió.

'¿Acerca de?' Preguntó Harry y Hermione suspiró.

"Neville está luchando por entender por qué no es tan bueno como tú". Dijo ella, mirándolo con una pregunta en sus ojos.

Él le dedicó una pequeña sonrisa antes de darse la vuelta para ver a la Profesora Babbling apuntar con su varita al dibujo de una runa en el tablero.

"Es porque Neville pasa su tiempo libre jugando ajedrez y relajándose". Harry dijo por la comisura de su boca.

-¿Y usted no? preguntó Hermione.

'Paso mi tiempo libre entrenando y estudiando.' Él se rió entre dientes ante su expresión de asombro, observó a la profesora Babbling al frente de la clase quien entrecerró los ojos hacia Hermione.

"Señorita Granger, por favor preste atención en clase, en lugar de mirar fijamente al señor Potter".

'Señor Potter, ¿puede quedarse atrás, por favor?' Llamó el profesor Flitwick mientras el resto de la clase salía corriendo del salón para almorzar.

Harry se encogió de hombros y le sonrió a Susan.

"Está bien, los veré en el Gran Comedor en unos minutos". Dijo y Susan asintió.

"No esperes demasiado, Holly se comerá toda la comida que tengas encima otra vez". Susan sonrió y luego siguió al resto de la clase fuera del salón.

Harry se rió entre dientes y arrojó sus suministros en su bolso.

Se dirigió al frente de la sala y se paró frente al profesor Flitwick.

'¿Sí, señor? ¿Le puedo ayudar en algo?' preguntó Harry.

El pequeño profesor agitó su varita y un tomo grueso y polvoriento cruzó la habitación desde un estante hasta su mano levantada. Flitwick le tendió el pesado libro a Harry.

'Pido disculpas señor Potter, entre los acontecimientos del año pasado y el habitual ritmo agitado de vida en este castillo, nunca pude darle esas lecciones de Duelo que le prometí.' Admitió el diminuto profesor.

Harry tomó el tomo sólido con ambas manos y lo miró. No tenía nada escrito en su portada.

'Señor, ¿qué es esto?' preguntó.

Harry Potter y el Cambio mas Pequeño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora