CAPÍTULO 22

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06 de junio de 2022

—Afortunadamente, todo está en orden, Katie. —anunció el doctor detrás de su escritorio, este mismo nos dedicó una sonrisa. Devolvió su mirada en mi dirección luego de mostrarme los resultados de la radiografía—. Al parecer has estado en buenas manos por lo que puedo ver...

Balanceó sus ojos entre los de Thiago y los míos. Agaché mi mirada sin ser capaz de mostrar un gesto ante aquello.

—Sí, hemos tratado de hacer todo lo posible para que guardara reposo. Por supuesto que nuestra prioridad era ella todo el tiempo, que eso le esté claro. —la voz de aquel pelirrubio a mi lado sonaba afable, calmada. Como si nada hubiese pasado.

—Me alegra saberlo, y con estos resultados uno queda satisfecho. —aseguró el hombre del otro lado del escritorio mientras escribía en un papel pequeño, el cual me entregó segundos después—. Bien, necesito que tomes estas pastillas para el dolor de cabeza. Aparentemente, una parte de tu cerebro sigue inflamada por el golpe, es poco, pero también es necesario que las tomes a las horas indicadas. Eso sería todo.

—Gracias. —esbocé una sonrisa al tomar la hoja y leerla por encima sin entender nada—. ¿Entonces los dolores serán frecuentes?...

—No precisamente. A menos de que estés en un exceso de estrés, entonces así será. Fuera de eso, solo tómalas para que la inflamación disminuya.

Asentí con la cabeza a modo de respuesta. Antes de irnos, Thiago se quedó conversando unos minutos con el doctor mientras yo pasaba a la farmacia para recibir los medicamentos. Momentos después nos encontramos afuera del hospital, viéndonos a los ojos sin saber qué responder.

Entreabrí mis labios para decir algo, pero este se adelantó. Se pausó para dejarme hablar, sin embargo, le dejé la palabra. Realmente yo ni siquiera estaba segura de lo que quería decir. O tal vez sí, pero estaba aferrada a evadirlo.

—¿Quieres que te lleve a tu trabajo? —cuestionó mientras jugueteaba con las llaves en una de sus manos, sin embargo, no dejaba de verme a los ojos—. O igual puedo...

—Está bien. —me adelanté inconscientemente. Creo que eso ya era costumbre a su lado.

Este asintió frenéticamente. Me dio pase para caminar al estacionamiento, el cual fue muy silencioso: él continuó jugueteando con su llave, mientras yo inflaba mis mejillas a modo de distracción o realizaba algún mohín con los labios al adentrarme en mis pensamientos. Absurdos pensamientos. Incluso aquello permaneció hasta que llegamos al edificio de la marca, donde me quedé viendo aquello con emoción, aunque esta la contenía. Pero aun así sentía el hormigueo burbujeando en mi estómago. Ahora era yo la que jugueteaba con mis manos.

—¿Se siente como el primer día? —inquirió aquel pelirrubio a mi lado con una sonrisa burlona. Rodé los ojos en una sonrisa.

—Hasta acá se siente la tensión de las semanas que faltan. —defendí al limpiarme el sudor de mis manos sobre mis pantalones de mezclilla.

—Lo harás bien. Si te dejaron esa área es por algo, es una marca muy prestigiosa como para dejarle algo así a cualquier persona. Debes confiar en tu talento, aunque ahora sea sobre una decoración, de todas maneras, dejarás impregnada tu esencia, eso lo tengo claro. —me animó al balancear nuestras miradas, acompañadas de nuestras sonrisas. Asentí con la cabeza a modo de afirmación.

—Gracias.

Di hincapié de abrir la puerta, pero Thiago intervino al tomarme de la mano.

—¿Te parece que pase por ti cuando salgas del trabajo?, hay algo importante que necesito hablar contigo, pero tomará tiempo... —su nerviosismo se esparció por todo el auto, lo sentía por todas partes. Gran parte de ello era la curiosidad. Intriga.

Sombras Del Pasado: Tras La Pista De La VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora