24 de abril de 2022
—¡¡BUENOS DÍAS, DORMILONA!! — escuché la voz de Neil entre sueños, mientras golpeaba una cazuela con un cucharón.
El sonido me causó un poco de dolor de cabeza, por el golpe que daba a la cazuela de acero. Protesté entre dientes, pegando una almohada a mi rostro, para soltar un grito en ella. Por un segundo, pensé que se había ido, o incluso, que solo se trataba de un producto de mi imaginación. Respiré hondo, dejándome llevar por la tranquilidad de la habitación. Estaba por quitarme la almohada de la cara, y justo en ese instante, su voz se escuchó una vez más en la habitación:
—¡Vamos! Ya es hora de despertarse —empezó gritando con su voz alegre—. El día se ve muy soleado para que vayamos a nadar un poco, tienes la suerte de vivir a pocas cuadras de la playa. —mencionó lleno de energía en cada una de sus palabras. Una vez más, volví a quejarme entre dientes.
Una luz muy fuerte, proveniente de la ventana de mi habitación, hizo presencia, y para mi mala suerte, estaba acostada hacia ese lado, ocasionando que mis ojos pesaran, y aumentará el dolor de cabeza. Coloqué de nuevo la almohada en mi rostro, tratando que los rayos del sol desaparecieran.
—¡Neil! — grité entre dientes al tratar de acomodarme en la cama, quitándome la almohada de un jalón. Hice lo posible por soportar las punzadas de la cabeza y mi vista borrosa, que apenas lograba ver al chico alejarse lentamente del ventanal. Aun así, lo observaba con mucho detenimiento, expectante de sus movimientos. Especialmente, maquinando la mejor opción de muerte para aquel castaño.
¿A quién le gusta que lo despierten de esa forma?, en especial, luego de una borrachera.
Neil no tardó en darse cuenta de mi mirada sobre él.
—Ahora que lo pienso, creo que nuestro día puede esperar un poco —me aseguró con una gran sonrisa de súplica—. Tu toma tiempo... —me dijo, retrocediendo lentamente hacia la entrada de mi habitación.
—Ah, ¿sí? —empecé diciendo con la voz mordaz, incrédula de sus palabras. Bajé de la cama con mucha lentitud, mientras lo escuchaba atentamente.
—¡¡AYUDA!! ¡¡ESTA LOCA ME QUIERE MATAR!! —alzó la voz al tratar de llegar a la entrada de la habitación, pero fui más ágil y llegué antes que este, para evitarlo.
—¿Cómo me dijiste?... —inquirí con la voz hostil. Mis ojos se mantuvieron fijos en su rostro, observando cada mínimo movimiento que este trataba de dar, al intentar esquivarme torpemente. Neil me miró con los ojos muy abiertos.
—Katie, ten piedad de este apuesto joven que solo ha cometido un pequeño error —balbuceaba en modo de súplica, mientras se tocaba el rostro con suma suavidad, esbozando una pequeña sonrisa angelical. Torcí la boca dudando de mi respuesta.
—Déjame pensarlo un momento... —murmuré, soltando un suspiro al colocar mis manos a la altura de mis caderas, apoyándome en ellas. Dejé que pasaran unos segundos, mientras hinchaba mis mejillas. Él me miraba con mucha atención.
—No. —solté finalmente.
—¡¿Por qué?! —exclamó este en reclamo.
—Neil, estaba durmiendo cómodamente —justifiqué—, y tuviste que llegar a despertarme de mis espléndidos sueños. Soñar con un famoso es muy complicado para mí. Especialmente, si se trata de Andrew Garfield —le reclamé al apoyar mi cabeza en el marco de la puerta. Solté un suspiro al final. Neil me observaba con el ceño fruncido.
—Ahora no me arrepiento de hacerlo, pobre chico —empezó diciendo como si nada. Mis ojos regresaron a él, más expectantes que antes—. Algún día me agradecerá por haberlo salvado, fui un héroe para él.
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Sombras Del Pasado: Tras La Pista De La Verdad
Mystère / ThrillerSe suponía que me olvidaría de la existencia de mis padres, ellos se habían ido sin ningún aviso, dejándome con mis abuelos fingiendo que solo se irán por un fin de semana por trabajo. Se suponía que debían regresar por mí, pero no lo hicieron. El...