CAPÍTULO 27 (parte 2)

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—PARTE DOS—

12 de junio de 2022

Visualicé mi panorama con detalle. La cálida bienvenida con la que nos recibía el sol desde el otro lado del mar. Me dediqué en apreciar cada color que resplandecía entre ese amanecer. Quise permanecer de esa manera, con el sonido del mar, golpeando sus olas con fuerza, arrinconando la arena. Anhelé poder quedarme en ese instante donde todo el mundo dormía y no había murmullos a mi alrededor.

Me detuve en ese instante.

Quise volverlo eterno, hasta lograr olvidarme de todo.

Pensé que tal vez eso era lo que ella había hecho con su vida..., olvidar todo aquello que en su momento le lastimaba, porque ahora estoy segura de que fue así. A veces creo que ella misma se encargó de olvidar su pasado, con tal de dejar de consumirse en vida. Prefirió condenarse de una manera en la que ella no se enteraría... Entonces quise poder hacer lo mismo. Seguro que así, dolería menos el peso que tenía que cargar cada día.

—¿Qué haces despierta?

Di media vuelta para poder verlo y encontrarme con ese pelinegro de rostro adormilado. Incluso su voz ronca lo delataba. Sus ojos entreabiertos que se debatían entre cerrarlos o abrirlos por completo.

—Lo mismo te pregunto —le repliqué, ladeando ligeramente la cabeza.

—No estabas a mi lado...

Rodé los ojos en una risita que me enrojeció las mejillas.

—No es normal que despiertes a estas horas, Arlett... O al menos no es normal en ti, ¿sucedió algo? —inquirió al acercarse para colocar un mechón que llevaba suelto tras mi oreja. Negué con la cabeza sin saber qué responder—. ¿Los nervios?

Hice un mohín en mis labios mientras balanceaba mis ojos en los suyos. Había algo que no me dejaba dormir, una comezón que subía lentamente con murmullos entre mis pensamientos. Era un tipo de sensación que me dejaba intranquila.

—¿Crees que estemos haciendo lo correcto?... —cuestioné sin dejar de verlo a los ojos. No esperé su respuesta para continuar—. Me refiero a que justo esto es lo que hemos estado tratando de evadir... Todos estos años han sido de eso, tratamos de buscar otras soluciones, las cuales no los involucraran, pero ahora...

Frené mis palabras, porque descubrí que ni siquiera yo lo sabía, y mucho menos comprendía lo que estaba sucediendo. Había aceptado su decisión porque era la única salida que encontraba, pero ahora las cosas tomaban otro sentido.

—... Ahora es justo eso lo que vamos a hacer. Tal vez no hemos pensado lo suficiente y en realidad hay otra salida que podemos tomar... —busqué una respuesta en sus ojos claros. En cambio, él esperaba que terminara de desahogarme— ¿Y si todo sale mal?, tengo miedo de que las cosas se nos vuelvan a salir de las manos, y todo se ponga en contra nuestra. Debemos protegerlos, pero siento que, con esta decisión, simplemente estamos caminando a la boca del lobo por nuestra cuenta..., y eso me preocupa.

Un nudo se fue encajando en mi garganta, cortándome lentamente la voz. Mis ojos advirtieron que derramarían lágrimas si continuaba hablando, y quise detenerlas. Enjaular mis sentimientos por un segundo, pero sabía que a su lado eso era imposible. No podía hacerlo.

Entonces dejé que las lágrimas salieran y el nudo tomara la fuerza que necesitaba para adueñarse de mi garganta. Un segundo después él se acercó para limpiarme el rastro que dejaban sobre mis mejillas.

—Arlett, eres la mujer más valiente que he conocido en toda mi vida. Me enamoraste con ese valor que tienes para hacer las cosas, sigues lo que tu corazón te dice, aunque sea lo más estúpido del mundo... —rodó sus ojos en una sonrisa—. Aun así, me encanta que te esfuerzas para que el resultado sea el más conveniente para todos... Y, sí, tal vez estemos cometiendo una mala decisión, pero es la única salida que tenemos. Podemos escapar, pero al final, nos terminarán encontrando. Porque, Katie tiene razón al decir que tal vez sea esto, por lo que nunca hay un fin del problema, todo este tiempo nos hemos concentrado en escapar, huir de esta mierda... Y, tal vez, llegó el momento de enfrentarlos. —ladeó su cabeza sin dejar de acariciar mi mejilla en círculos. Bajé mi mirada al suelo—. ¿Acaso estábamos seguros de que las cosas saldrían bien cuando subimos a este tren de carga?, O ¿qué me dices del día que nos colamos en la boda de tu hermana para que la pudieras ver?... —me cuestionó con su voz calmada—. ¿Recuerdas el primer día que pisamos la cabaña? No estábamos seguro de qué sería lo que nos encontraríamos al entrar por esa puerta, incluso tú fuiste la primera en atravesar la puerta sin importar lo que estuviera allí...

Sombras Del Pasado: Tras La Pista De La VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora