Descubrir su pasado la llevó a enfrentar una nueva realidad, donde la fuerza y la determinación se convirtieron en sus mejores aliados.
Después de varios meses de que Dayla entrara como infiltrada a la mafia rusa, su momento de ser coronada como l...
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Dayla
"Boda"
Eso es lo que no dejaba de sonar en mi cabeza, la boda de ensueño del empresario Alexei Lebedev junto a la modelo rusa Sophia Goldman.
Tiré con fuerza el periódico al suelo con la ira creciendo en mi interior. ¿Como podía ser posible que ese imbécil se haya casado?
No me lo podía creer. Tampoco me esperaba nada de su parte pero ¿una boda? maldito infeliz, después de todo lo que me hizo sufrir con la muerte de George y también que por su culpa Leonardo todavía siguiese en coma, él estaba tan feliz casándose con esa tal Sophia.
Ya habían pasado seis meses desde la última vez que nos habíamos visto en aquella fábrica a la que tuve que ir para rescatar a mis padres adoptivos, y un mes desde que secuestré a su querido hermano Andrey, siendo sincera no fue tan difícil secuestrarlo.
Tenerlo aquí conmigo me sirvió de mucho, gracias a él pude enterarme de las rutas que hacían para varios cargamentos importantes, les robé todo tal y como ellos hacían tiempo atrás con nosotros. Con el simple hecho de querer joderles.
Recogí el periódico del suelo y lo lancé a la chimenea , observando como las llamas consumían las fotos de la feliz pareja. La chica tampoco era fea, una típica chica rusa, modelo de cabello rubio, ojos azules y cuerpo delgado casi en los huesos.
Agarré mi móvil y llamé a mi contacto de Moscú.
—Necesito información sobre la familia de Sophia Goldman.
La voz al otro lado del teléfono, un tono tranquilo y seguro, respondió:
—Con que ya te enteraste, está bien, en unas horas te lo enviaré todo. Colgué y me dirigí al sótano donde estaba Andrey. Mientras que me llegaba mi información quería saber con antelación algunas cosas.
Al abrir la puerta, lo vi encadenado, con los ojos llenos de odio mientras me acercaba hacia él.
—¿Que fue el mal que tú hiciste para que tú querido hermano no te invitara a su fabulosa boda?—Le dije observando su rostro de sorpresa.
—No me digas que Alexei se casó—Dijo irónicamente, con una risa amarga que escapaba de sus labios.
—¿Quien es Sophia Goldman?—Pregunté sin rodeos, no iba a perder mi tiempo con él.
Volvió a sorprenderse. Sus ojos, que momentos antes estaban llenos de odio, ahora mostraban un atisbo de confusión.
—¿Se casó con Sophia?—Preguntó incrédulo, casi susurrando para sí mismo.
