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Alexei

Horas antes

El día había llegado, el día en que recuperaría a mi hermano.

Durante varias semanas vigilando al francés, podía intuir que él lo tenía secuestrado o que por lo menos sabía algo sobre su posible paradero. Después de todo, ¿quién más podría querer secuestrar a mi hermano? ¿Quién más, sino Phillipe y Román?

El casino de Phillipe, el edificio imponente en el centro de la ciudad brillaba como un faro de lujo ante mis ojos.

Tenía a varios de mis hombres detrás de mí, cada uno preparado para actuar en cuanto diera la señal. A mi lado, Sasha y Leo, estaban listos para entrar en acción. Sus rostros eran máscaras de determinación, pero los conocía demasiado bien; en sus ojos ardía la misma furia que me impulsaba a mí.

—¿Estás listo? —Me preguntó Sasha en voz baja, mientras observábamos el casino.

—Nunca he estado más listo —Respondí sin apartar la vista del edificio.

El plan estaba claro en mi mente. Solo sabía una cosa: no saldrían de ese lugar sin decirme dónde estaba Andrey.

Leo, que había estado en silencio, dio un paso adelante. Su mirada era fría, calculadora, como siempre.

—Entraremos por la puerta principal y nos mezclaremos con la multitud. Phillipe estará en su oficina, como siempre. Román no estará lejos. En cuanto los tengamos localizados, tomaremos el control.

Asentí. Habíamos repasado el plan hasta el cansancio, pero no estaba de más recordarlo. Nada podía salir mal. No esta noche.

Al entrar al casino, nos dispersamos en silencio. Sasha, Leo y tres de mis hombres se dirigieron a los puntos de entrada a la trastienda, mientras yo me acercaba al área de seguridad junto con Yoshi y dos de mis hombres. Sabía que el primer paso era neutralizar cualquier posible amenaza antes de enfrentarnos a Phillipe y Román.

Cuando me acerqué a la sala de vigilancia, vi a un guardia distraído, mirando las pantallas con aburrimiento. Aproveché la oportunidad. Con un movimiento rápido, saqué el cuchillo de mi pantalón y lo hundí en su costado. No le dió tiempo para gritar. El guardia cayó pesadamente al suelo, y yo lo arrastré a una esquina oscura, tomando su tarjeta de acceso en el proceso.

—Listo —Susurré por el comunicador.

—Entendido. Vamos hacia ti —Respondió Leo.

Mafia Capone #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora