11. Incompleto

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Luzu no sabía cómo sentirse al respecto, o tal vez continuaba negando el hecho de sentir aquel vacío en su pecho, en el momento que Quackity se fue dejándolo solo en aquel estacionamiento a la luz de la luna y el frío tan solo era su acompañante. Fue como si se hubiera llevado una parte de él, una que había desconocido por tanto tiempo, pero que ahora mismo aparecía en el vacío de su corazón.

Y eso era una tontería, él era un médico especialista, el sentir amor no era más que reacciones químicas y neurológicas, no existía las famosas mariposas en el estómago y mucho menos aquel órgano que solo tenía como deber principal bombear sangre podía sentirse dañado, pero a pesar de eso se sentía mal. Intentó negarlo nuevamente para sí, pensando que era lo mejor para ambos. Aunque la realidad era otra.

¿Luzu conocía desde tiempo atrás los sentimientos de Quackity? La respuesta de por si era compleja, en verdad creyó que solo era el odio que se sentían, ese sentimiento que siempre lo acompañaba cada vez que está al lado de aquel molesto chico o pensando en él.

Ni siquiera él sabía a ciencia cierta porque había decidido besar a Quackity aquel día cuando ambos eran solo unos pubertos hormonales, tampoco sabía la respuesta de porqué había tomado el primer avión aquel verano, para llegar el día de graduación del chico. Sin llamar a sus padres, a sus abuelos o amigos. Tan solo se presentó aquel día con la idea de ver a aquel molesto chico, ¿y qué importa si fue con la idea de solo verlo a él y su horrible actitud? ¿Qué importa que a mitad de camino se detuvo para comprar el arreglo de girasoles más grande y bello que pudo encontrar para poder sorprenderlo y causar una reacción? ¿Qué importa que en realidad continuaban las estúpidas peleas para poder seguir viendo aquellas expresiones que en el fondo le gustaban?

Nada eso significaba nada, porque el mismo Alexis le había dejado en claro, solo era para irritarlo, su personalidad de mierda, su sonrisa burlona y aquella mirada orgullosa, no tenía ningún significado. Pero entonces, ¿por qué sentía que había cometido el peor crimen de todos?

Regreso adentro con la persona que se supone amaba, su Auroncito, pensando que aquel sentimiento de abandono pasaría, aquel sentimiento que no quería ponerle nombre pasaría si dejaba las cosas así, continuó autoconvenciendose de eso, que todo pasaría.

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–No estás feliz.

El castaño se detuvo, mirando confundido a Lana, quien le miraba detenidamente.

–¿Perdón? Creo que te escuche mal –la chica soltó un suspiro.

–Me refiero a que no luces feliz y eso que estás por casarte.

–Tal vez es el trabajo.

–Vas a compartir tu vida con esa persona Luzu, aun asi no te ves emocionado.

–Sabes últimamente me he sentido extraño, tal vez enfermo.

Lana se mantuvo en silencio.

–¿No sientes que algo anda mal? ¿Cómo si te faltara algo?

–Tal vez se me esté olvidando llamar a Sara y que re agende a mis pacientes.

La chica rodó los ojos cansada de las negativas que le daba.

–¿Tienes tiempo este fin de semana?

–No lo sé, debemos volver a Barcelona para poder planear mejor la boda y nuestros trabajos.

–Por favor, hace tiempo que no salimos. Pensaba que podrías ayudarme.

–¿Yo ayudarte? Lana soy un médico, ¿en qué podría ayudar a una reportera como tu?

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