35. Día de campo

118 27 9
                                    

Los invitados llegaron aquella mañana a la hermosa casa de campo, que era más como una mansión un poco más reducida de la que tenían los Morningstar en la gran ciudad. Cosa que dejó a varios sorprendidos, entre ellos a la familia paterna de Luzu. Incluso Marc estaba sorprendido, pero sumamente molesto.

–¿Cómo dejaste que el presumido de Morningstar organizara...?

–Marc, Alexis quiere demasiado a mi papá. Es como si fuera él suyo, además papá también lo aprecia así que te pediré que lo respetes.

–¿Qué sucede contigo? Últimamente te noto diferente, es como si hablara con Roier. ¿Dónde está mi primo?

–Marc estás exagerando... Y si quieres seguir aquí, te recomiendo que no hagas enojar a Alexis, su tio también está presente.

–Entonces también trajo a su familia, dios nos libre. ¿Cómo puedes dejar que haga todo lo que quiere?

Se fue furioso.

–¿Cómo le sentó a nuestro primo la noticia?

Luzu suspiro sonriéndole a su novio.

–Con qué primo, eh.

–Sabes creo que lo único que no me gusta de nuestra relación, es tener a Marc de primo, dios es asqueroso.

–Te acostumbraras, así como Roier lo hizo.

Ambos se miraron con una sonrisa secreta.

–No sabes cuanto quiero besarte en este momento.

–No puedes y no debes doctor Haworth, estamos con tu familia.

–Que técnicamente es ahora la tuya cariño.

–Shh, nada de apodos melosos. Se supone que nos odiamos.

–Lo hago, te odio hasta querer callarte a besos.

–Vaya que atrevido doctor Haworth –rió burlón.

–Oigan si no supiera de su relación, estaba sospechando ahora mismo,

Roier apareció asustando a ambos, metiéndose entre ambos.

–Irradian energía muy gay.

–Roier...

Quackity rio al escuchar la queja de su novio.

–Los quiero chicos, de verdad. Luzu eres mi hermano favorito.

–Soy tu único hermano...

–Y Quackity, eres como el hermano que pedía y nunca tuve, no sabes lo que esperaba por que volvieras mi cuñis. Pero en serio, estamos en una fiesta para papá, dejen sus romance secreto para otro momento, sino quieren que todos crean que efectivamente ambos se comen la boca y no por odio.

–Roier tiene razón, Lusu.

–Odio admitirlo, ¿cuándo te volviste así de precavido?

–Hermano, cuando comenzaste a reconocer que suspirabas por mi amigo, yo ya estaba armando el plan.

–Bien, los dejo. Iré a ver que todos los invitados estén instalados.

–Quackity no te enfrasques en el trabajo, tu no estas trabajando.

El chico solo movió su mano en señal alejándose, mientras Haworth lo miraba sonriendo.

–En verdad luces feliz.

–Estoy feliz Roier, de hecho creo que no me había sentido así desde hace tiempo.

–Te sienta bien el estar enamorado.

love's dissonanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora