15. Luzu y Quacks

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Tal vez si hace un par de semanas le hubieran dicho a que se encontraría en un bar con la persona que más detestaba en su vida y a la vez a la que estaba perdidamente enamorado se hubiera reído, ya que él mismo sabía lo mucho que el doctor Luzuriaga Haworth le odiaba.

Pero ahora mismo eso era lo que menos le importaba a Quackity, porque ahora eso era lo que menos importaba. Ya que ambos se encontraban bebiendo entre risas divertidas por las bromas del otro, el ambiente incluso no se mostraba hostil como de costumbre, incluso para Luzu ver a un Quackity tan relajado provocaba cierta dicha.

–Anda Lusu, bailemos.

Comentó animado el chico, señalando que el alcohol ya había hecho su trabajo. Por su parte Haworth río al ver aquella alegre actitud, negando con suavidad.

–No Quacks.

–No seas aguafiestas Lusu~, sabes que iré yo solito entonces.

–Solo ten cuidado Quacks.

Río nuevamente al ver como el menor se iba a la pista de baile de aquel bar, comenzando a bailar aquella música animada que sonaba. Luzu se mantuvo en silencio admirando como el chico le miraba con aquella sonrisa, mientras se dedicaba a tomar un trago de su bebida.

Nunca imaginó tener que pasar un rato con aquel revoltoso chico, pero fue interrumpido cuando escuchó su celular. Notando que era el mensaje de Auron, él cual le expresaba lo mucho que le extrañaba y sentía todas sus actitudes, el castaño suspiro concentrándose en su pareja. Quackity por su parte se detuvo, notando como el doctor dejaba de mirarlo, concentrándose en su aparato.

La sonrisa se esfumó presintiendo que era lo que sucedía, la molestia golpeó el corazón del menor, sintiéndose decepcionado y molesto, no solo con el mayor, sino con el mismo al recibir aquel golpe de realidad. Haworth continuaba comprometido y él solo era el molesto amigo de su hermano, tan solo estaba ahí para ser su niñero, para ver que no se excediera.

Se acercó a la barra pidiendo un trago de tequila, el cual se tomó de golpe, ahogando sus sentimientos en aquel ardor de su garganta. Volvió a la pista donde comenzó a bailar intentando distraer su mente y así por el contrario olvidarse de él.

–Hola lindo, ¿qué haces tan solo?

Se acercó un hombre intentando lucir coqueto, pero solamente era burla, estaba más ebrio que el chico. Pero Quackity simplemente rodó los ojos sonriéndole divertido.

–¿Y quién dijo que estoy solo?

–Nadie con buen juicio, dejaría a una hermosura como tú tan solo.

“Con que con buen juicio, eh”. Pensó el pelinegro, decidido a continuar con aquel juego antes de mandarlo a la mierda.

–Vaya me halagas.

–¿Qué dices si nos vamos de aquí? Conozco un lugar mucho más divertido que esta lindura, podremos divertirnos solos, tú y yo.

–No lo sé, la verdad no nos conocemos de mucho.

–Vamos amor, estoy seguro que te la pasaras en grande.

Lo tomó de la cintura sorprendiendo al chico, quien frunció suavemente su ceño, mientras el hombre se acercaba a susurrarle.

–Y puede que te haga pasar un muy buen rato.

Aquello le dio escalofríos a Morningstar, sintiendo asco por dichas palabras, más aún al sentir como aquel asqueroso hombre comenzaba a acariciar su cintura, fue señal de que debía parar y mandar a chingar a su madre a este tipejo, pero antes de poder decir o hacer algo, pudo sentir como alguien más lo atraía hacia él apartandolo lejos de aquel hombre, mientras le protegía con su brazo.

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