love's dissonance

9. Perfectamente imperfecto

Nota: ya volviii lo subo porque me convencieron y porque siendo la autora siendo que el 8 y el 9 deben estar pegados porque son acontecimientos que se desencadena jajajaja. Me voy a llevar una regañada porque la persona que me ayuda a leer se va a dar cuenta. Pero sean felices ustedes, que apartir de aquí se acabaron los tiempos felices. 

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Todo debía ser perfecto para la familia Morningstar no debía haber ningún error, pero para la desgracia de sus abuelos, su amada y preciosa hija, la perfección terminó por enamorarse de un muerto de hambre indigena como solían referirse a su papá.

A pesar de las constantes negativas de su madre, terminó huyendo con su papá, abandonando todo lo que conocía como riqueza y lujos, para cambiarlo por amor.

Aún recuerda con exactitud cómo vivían sin lujo alguno, apenas tenían para comer, pero aun así eran felices. Sus abuelos habían amenazado a su madre de hacerla sufrir a ella y a su padre, esperando que recapacitara. Peor fue la noticia de su nacimiento, ahora sabían que su querida hija estaría manchada para siempre.

A la muerte de sus padres, Alexis terminó siendo cuidado por el hermano mayor de su papá, junto a sus dos primos Cochi y Beni. Era feliz, pero así como sucedió anteriormente, la comida comenzó a faltar, víctimas de la presión y las amenazas, apareció aquel matrimonio llevándoselo de todo lo que conocía en México.

Llegar a aquella mansión fue como marcar un antes y después en su vida, ya que a partir de que puso un pie fueron castigos y regaños sin parar, siendo educado por sus abuelos para ser lo que su madre no pudo ser, un niño perfecto.

–Lo único bueno que tienes es que naciste siendo un niño.

Comentó su abuela mirándole con desprecio.

–Arruinaste la vida de tu madre, si no hubieras nacido, sería todo perfecto.

Recordó las palabras de su abuelo, mientras se mantenía sólo en aquella fría habitación. Siendo llevado arrastras hasta aquella escuela.

–Hola, mi nombre es Roier. ¿Cuál es el tuyo?

Alexis se sorprendió mirando a aquel tonto niño, quien le sonreía.

–¿No hablas?

–¿Qué quieres?

Roier se sorprendió al escucharlo hablar.

–Por un minuto pensé que eras mudo.

–¿No escuchaste? Te dije que…

–Solo quiero saber quién eres.

–Todos saben quien soy…

–Eso es cierto, pero solo quiero saber si tú lo sabes.

El pelinegro miró confundido al castaño, quien continuó sonriéndole.

–Yo se quien soy tonto, yo soy… –Se quedó en silencio pensativo– Yo soy…

–Quack.

–¿Qué?

Se asustó cuando de repente, Roier le acercó un pato de peluche.

–El se llama quack.

–Es tonto llamar un pato quack…

Roier se sorprendió mirando aquel juguete serio, volviendo a sonreír.

–Eso es verdad, ¿porqué no lo llamas?

–¿Yo? –roier asintió emocionado, mientras se quedaba pensativo mirando aquel muñeco– calamardo..

–Ese nombre también es tonto.