18. Confesiones continuas

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–¿Estás seguro que es todo?

Cellbit asintió, entregando aquel sobre con toda la información que había recopilado, para el brasileño era un trabajo más, en verdad al principio le había sorprendido cuando un cliente misterioso había solicitado sus servicios, más aún al descubrir que aquel cliente era el mismísimo Quackity, quien era reconocido por fundar Las Nevadas y ser miembro de una de las familias con más poder de todos.

Las sorpresas no terminaron, ya que la orden había sido clara, encontrar todo lo relacionado a la muerte de sus padres. Ciertamente le costó bastante tiempo encontrar información, era como si no hubieran existido, pero finalmente había encontrado un poco de información, la más importante. Su cliente tomó aquel sobre abriéndolo y comenzando a leer el informe detallado de su ardua investigación, palideciendo al momento. Cellbit sabía que sería un shock para él, no conocía al chico, pero si fue él saber que sus abuelos habían hecho sería…

–Lo sospechaba…

Soltó aquel niño rico, dejando a Cellbit confundido.

–¿Cómo?

–Cuando mi abuelo vino por mi… –susurro sacando un encendedor– No era como si luciera feliz, nunca me busco, nunca me dirigió la palabra incluso en mi niñez, sus palabras eran crueles para un niño.

Prendió aquel papel.

–¿Por qué quema…?

–No quiero que continues –hablo serio, Cellbit le miró sorprendido al notar su mirada decidida– Te pagaré lo acordado, a cambio deja de investigar lo que te pedi.

–¿Puedo saber porque cambió de parecer? Si logra encontrar esto, se liberará.

–Puede que sí, pero aún tengo personas que me importan. Yo… no soy como esas personas, yo aun tengo a gente que quiero proteger, si continúo investigando mis abuelos se darán cuenta en un punto y buscarán la forma de hacerme daño, no solo a mí, sino a las personas que amo.

Cellbit se quedó en silencio, notando aquella mirada humana, nunca creyo ver aquel semblante de un privilegiado, pero tenía razón Quackity no era como el resto. A pesar de haber sido saldado algo en él le decía que se quedara junto a aquel chico, terminando no sólo en ser su amigo, sino conocer a Roier.

🍎

Luzu se había ocupado un poco con el papeleo que tenía pendiente, ese día se reuniría con Vegetta y Rubius para ponerse de acuerdo con Cellbit sobre qué más podrían hacer, necesitaban aliados, gente que sabían que ayudarían y tenían alguna relación no solo con Quackity, sino con la familia de este.

Entró a aquella área de niños, cargando aquellas carpetas, junto con un café en mano, pero rápidamente se detuvo al notar una figura reconocida, se sorprendió dejando los expedientes en una mesa, mirando a lo lejos a aquella niña de listón rojo que había visto en su primer día, la cual estaba dibujando, pero a su lado se encontraba el mismo Quackity también pintando, mientras la miraba y conversaban entre risas.

La pequeña estaba bajo su cuidado, su nombre era Tilin, pero simplemente no esperaba que aquel chico también viniera a ver a aquellos niños, más aún interactuar con ellos. Se acercó mostrando una sonrisa.

–Buenos días Quacks, Tilin.

La pequeña le miró dedicando otra sonrisa.

–Doctor Luzu.

En cambio el pelinegro rodó los ojos.

–¿Se le ofrece algo doctor?

–Vine a hacer mi ronda, pero me sorprende ver que nos acompaña el día de hoy señor Quackity.

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