38. Un nuevo comienzo.

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Todos esperaban que las cosas se pusieran a peor, todos menos aquella parejita, quienes después de haberse reunido no volvieron a la mansión de los Morningstar. Luzu acompañaba a su novio en su apartamento dedicándose solo a darle todo el amor que necesitaba, olvidándose por completo del mundo, tan solo manteniendo contacto con su familia. El tío y primos del chico, fueron ubicados en el apartamento de Haworth cuando era soltero y se había independizado de sus padres en la universidad.

Mientras tanto los negocios los llevaban Cucurucho, Bad y Foolish, los tres se habían reunido y acordado que era mejor para su jefe descansar un poco. Roier, Cellbit, Rubius y Luzu se turnaban para acompañar a Morningstar y no estuviera solo, a pesar de que decía estar bien, los cuatros sabían que no era así. Su popularidad se vio afectada, pero no tanto como lo esperado, claro que las invitaciones a reuniones como propuestas de negocio de aquella alta sociedad había cesado. Pero eso era lo que menos tenía preocupado al chico, quien esperaba paciente para estar con su novio y así acurrucarse en la cama esperando a que el castaño le llenara de besos.

Muchas veces Luzu tuvo que negarse a dar entrevistas, debido a la noticia, incluso a Lana la llegaron a molestar al reconocer que había sido ex pareja del doctor. La prensa quería cambiar la versión creando el rumor de que la razón por la que Lana terminó con Haworth era porque lo había encontrado en pleno acto con Morningstar, cosa que ambos negaron.

–¿Una gala?

Vegetta asintió, mirando a la pareja.

–No lo se veg... No creo que sea buena idea que asistamos.

Quackity frunció su ceño.

–¿Es porque no quieres o lo estas haciendo por mi?

Haworth se sorprendió.

–Cariño, solo me preocupa.

–¿Te preocupa que no pueda con esto? He podido con cosas mucho más difíciles que imbeciles homofóbicos.

–Wow, oigan chavales tranquilos. Los invité porque son mis amigos y creo que es una buena oportunidad para que ambos se relajen, será una gala especial ya que es privada. Solo pienselo han pasado por mucho, no creo que les venga mal darse un respiro.

Luzu suspiro mirando a su patito.

–Sé lo fuerte que eres Quacks, yo nunca creería lo contrario. Pero si me pides que deje de preocuparme por ti, tendré que negarme, pídeme lo que quieras, menos eso y dejarte de amar. Porque yo solo quiero verte feliz.

El chico se sorprendió, sintiéndo se culpable.

–Lo siento, creo que hable antes de tiempo, solo que me frustra tanto. Roier y tu en especial creen que soy alguien frágil, agradezco mucho que me cuiden, pero soy un adulto como ustedes. Yo estoy bien, ¿crees que podrías intentar asistir conmigo?

El mayor asintió en silencio, haciendo sonreír al menor, quien le dio un suave beso.

–No saben cuánto esperaba por verlo, Luzu el niño te tiene comiendo de su mano.

–No me importa, él puede pedirme cantar la canción más ridícula del mundo y lo haré con gusto.

Se acercó dejando algunos besos en su mejilla, haciéndolo reír. Claramente los tíos del chico habían intentando volver a la mansión Morningstar o incluso contactarlo para exigirles que les regresara lo que era suyo, pero todo se manejaba con Jaiden, quien en compañía de los otros abogados del chico y los abogados familiares hicieron valido que no había ningún motivo para que Quackity dejara de ser la cabeza de la familia.

–¡¿Cómo un puto maricon va a dirigirnos?!

Grito alterado su tío a Jaiden, la cual se mantenía firme.

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