19. La mejor persona

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Todo se estaba yendo a la mierda, ese fue el primer pensamiento de Quackity aquel día. Cuando era niño, pensó que al menos tendría derecho de elegir con quien compartir  su vida, ver a sus padres y recordar lo enamorados que se veian, habían hecho  que desarrollará una expectativa muy alta del matrimonio y el amor.

Dicha perspectiva cambió cuando sus abuelos comenzaron a indicarle que cuando llegara el momento tendría que hacer lo que su madre no pudo, desposar a alguien de su categoria, el amor no existía, tan solo poder.

Por ese motivo cualquier expectativa del amor murió en él, incluso cuando era un simple adolescente no se imaginaba nada relacionado a eso, sabía que el sinónimo de matrimonio en el sería meramente político, los sentimientos que tenía por el hermano de su mejor amigo pensó que serían meramente pasajeros, como un amor de juventud.

Pero todo eso cambió un poco con su primer beso, aquel beso que compartió con el castaño avivando lo que sentía y volviendolo fuerte. Ver a Roier y Cellbit solamente le hizo recordar que la definición del matrimonio era justo como la recordaba, compartir tu tiempo y tu vida con la persona que elijas, un privilegio que él no podría ser capaz de lograr.

Nuevamente aquel día le fue recordando cuando llegó hasta su oficina,aquella invitación mandada hacer por parte de sus abuelos, una hermosa invitación, para lo horrible que significaba.

Quackity estaba harto de tener que estar atado a una cadena, sabiendo bien  que sus abuelos eran los que sostenían al otro lado. Más aún saber que después de ese día no  le quedaría más tiempo para compartir con nadie.

Tal vez fue su paranoia actuando, cuando le dio la orden a Cucurucho de llevar a los niños de QSMP hasta las Nevadas, donde se mostraron emocionados e impacientes, siendo acompañados por Roier, Luzu y los otros encargados.

–Mamá.

Llegó tilin hasta él, mientras la tomaba en brazos sonriendo.

–Mi pequeña, finalmente llegaste.

–Papá estará con nosotros, ¿verdad?

–¿Papá?

Pregunto confundido, nunca escuchó sobre que la pequeña hubiera elegido a alguien más.

–Tilin, no desaparezcas de esa manera.

Apareció Luzu, mientras la pequeña le miraba con una sonrisa.

–Papá.

Quackity pensó que esto debía ser un castigo divino, que la pequeña con las que más conexión tenía, viera como figura paterna su desastroso primer amor, maldiciendo internamente ya que ni podía dejar de pensar en aquella escena de tener a la pequeña como su hija y al castaño como su pareja, regañando internamente por aquello.

Después de organizar mejor a aquellos pequeños, comenzó la verdadera diversión, Roier cuidando junto a Cellbit a Bobby, Richard y a Tilin. Mientras se iban turnando cada uno de los encargados

–En verdad es algo dulce de tu parte, hacer que traigan a los niños y puedan disfrutar de todo gratis.

Comentó el doctor, sorprendiendo un poco al contrario por sus palabras.

–Ellos se merecen un poco de diversión, se lo que se siente vivir encerrado las veinticuatro horas del día.

–¿Te refieres a tu familia? Nunca hablas de ellos.

–Porque en verdad no hay mucho que contar.

Contestó en aquel tono tajante, Luzu sabía que se encontraba a la defensiva, siempre que estaba ambos cerca de gente que conocía a ambos era lo mismo, aparecía aquel chico grosero y vanidoso, pero cuando estaban solos era totalmente diferente.

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